30 diciembre 2008

Por qué escribimos

Y se acaba nomás el año y, aunque lo disfrace con frases de ocasión y supuestas rebeldías inconducentes, hay algo que necesita ser escrito. Y leo a Lucas filosofando el por qué escribir un blog y pienso que las razones o sinrazones de escribir un blog no es la cuestión. No, Umberto. El medio, acá, no es el mensaje.

A veces, el mensaje es el mensaje y la pregunta del millón es, simplemente, por qué escribimos. Por qué escribimos en un blog, en un cuaderno de espiral o en una hoja de diario humedecida, en esa mesa que tambalea en la penumbra de un café desheredado de las avenidas. O esas cosas que escribimos sin ponerlas en papel, mirando por la ventanilla yendo a un pueblo al que nunca fuiste antes.

Esos quizás sean mis mejores escritos: los que nunca llego a escribir porque no traspasan la barrera de la imaginación. Porque así como está el pánico a la hoja en blanco, a la falta de ideas, a la repetición, también hay otro pánico, mucho más inasible y turbador: el pánico a la idea brillante, a la originalidad extrema, a esas poquísimas veces en que hay algo que se desvela sólo para nosotros y se nos entrega ahí, en un instante que debe parecerse al nirvana, pero no sé. Para que me entiendan: hablo de esa curva tan cerrada llegando a Río Cuarto, donde se estrellan tantos autos. O hablo de esa primera noche en que se durmió en tus brazos, después de tanto llorar, porque sintió que tu abrazo era de verdad protector y supistes que eras padre.

Y ahí sospechás que estás muy cerca de conocer un secreto, pero los secretos son algo demasiado importante como para transformarse en palabras. Y lo dejás ir, mitad con alivio, mitad con desazón, porque sabés que era eso lo que tanto buscaste escribir y lo dejás ir. Síndrome de los que fracasan al lograrlo, me digo a mí mismo y me prometo hablarlo en la locóloga y me acuerdo de tantas finales perdidas, eterno subcampeón. O pedantería en grado supremo, narcisismo populachero y culposo.

Porque también está todo eso que escribimos en el día a día y que tiene la maldita puta costumbre de no dejarse corregir: nuestra vida. Ahí no hay tecla de delete ni licuipeiper que valga.

Por eso, algunos, escribimos. Mientras tanto, escribimos. A ver si nos sale un poco mejor que esa otra novela que nos tiene como protagonistas y que lleva como único destino polvo y olvido.

¿Y qué? Vamos a hacerlo igual.

28 diciembre 2008

En el bar, haciendo campaña

- Dale, hablemos un cacho de política.
- ¿Te parece? La verdad es que no tengo muchas ganas. Hace años que no nos veíamos y malgastar el tiempo primero peleándonos y después poniéndonos de acuerdo es un desperdicio.
- Y por qué nos vamos a pelear? Somos amigos de la infancia, nos conocemos.
- Precisamente. Entonces vos vas a decir que todos los políticos son iguales, que cómo pueden ser peronistas si Perón se murió hace mucho, que la culpa es de los sindicatos y esas cosas que decís. Ojo: no sos original. Digamos que el ochenta por ciento de la clase media piensa o, mejor dicho, piensa que piensa, como vos.
- Uh, yo quería ponerle onda. Para algo me trajiste acá.
- Te traje acá porque me gusta, la cerveza es barata y hay buenos tangos. Nada que ver con la política.
- ¿Y me podés explicar por qué hace un rato cantaban la marchita?
- Porque hay algunos turistas extranjeros y queda lindo, para empezar. Es más, si la hubieras cantado, esa rubia gringa que estaba meta mirarte desde ahí se hubiera acercado a nuestra mesa para pedirte fuego e iniciar una salvaje noche de estudio antropológico con un peroncho sudaca. Jodete por gorila. Ah, también la cantamos porque hay turistas galácticos, ¿ves aquellos, en esa mesa? Bueno: son troskistas y les mostramos que seguimos siendo mayoría. Una cosa folclórica, ponele.
- Vos estás cada vez más loco.
- Puede ser. Y también más escéptico.
- Ajá! Viste. Estás crítico del gobierno, como yo.
- Seguro, aunque dudo que sea por las mismas razones. Tendría que aflojarle al escabio. Pero pedí otra cerveza y prometo hacer como que te escucho y no recordarte cada dos minutos que si fueras peronista hoy tenías una alegría.
- Ok, ahí voy. Creo, yo de política no entiendo nada, viste, que este gobierno se equivoca generando tantos conflictos, no buscando el consenso, los acuerdos entre todos. ¿Y? Dale, contestame a eso eh!
- Esa es fácil. Te joden los conflictos, que son propios de la democracia. La democracia “es” conflicto. Y te jode porque sos de clase media y la clase media es la única que potencialmente tiene algo que perder en un conflicto. Los de clase alta ya sabemos que acá no pierden nunca y los pobres pierden siempre. Quién pude perder con un quilombo? Vos. Eso te jode, aunque el conflicto te permitiera estar mejor, no te bancás la incertidumbre. Lo hablé en terapia, eso, me ha pasado en otros órdenes de la vida. Seguí.
- Tampoco me gusta que se les note tanto que lo único que les importa es acumular poder, perpetuarse.
- A mí no me gusta que a tu negocio le vaya mucho mejor que al de la competencia. Creo que tendrías que empezar a cobrar más caro, cagar a tus clientes, que se vayan al otro boliche y que haya alternancia de clientela.
- Me estás jodiendo. No tiene nada que ver.
- Ah no? ¿Por qué che? Claro que te estoy jodiendo. Capaz que tendrías que reclamarle eso a la oposición, no? Que bajen los precios y que traten mejor a sus potenciales clientes. Y seguí hablando fuerte de política que la rubia te está mirando otra vez.
- No me convenciste para nada. Es imprescindible que los gobiernos no se perpetúen. Por la República.
- Largá el casette que me aburro. Lo que es imprescindible es aceptar que no hay gobiernos neutros. Que no se puede gobernar para todos en forma individual si no, a gatas, para el bien común. Y ahí ya cagamos, porque el bien común no es común para todos. Entonces hay que aceptar que uno tiene una determinada ideología, quiera o no, y es en base a esa ideología que mensuramos las acciones de un gobierno. O sea: lo que para uno está bien, para otro está mal y se acabó. Y la democracia es contar cuántos están a favor de quién. Así de aburrido y de igualitario. Tu voto vale igual al de todos los demás, uno. Pero para no esquivarle el bulto a la cosa te voy a hacer una promesa: si yo llegara a ser Presidente y hago un buen gobierno, te prometo que te mando a buscar en el Tango para que vos me digás a quién de la oposición lo dejamos ganar, para que haya alternancia.
- Vos estás re loco. Si llegás a Presidente yo te apoyo en la reelección.
- Caíste. Te lo decía porque estoy en campaña. Los políticos somos así de mentirosos con tal de ganar un voto. Y dejá de perder el tiempo y encará a esa rubia por el amor de dios. Acordate, empieza así: “Los muchachos peronistas…”

25 diciembre 2008

Mi amigo Alejandro es un buchón

Ah no. Si me faltaba algo, este día, a esta hora, en que las sombras de la noche empiezan a resultarme amenazantes y que las reuniones familiares terminaron, era esto. Que Alejandro me mande en cana así, exponiendo mis más oscuros sentimientos en la blogosfera, es imperdonable.

Lo peor es que tiene razón. La remé todo lo que pude y la pasé bien.

Pero ahora estoy acá. Y no está bien. Y tengo melancolía. Y tengo ganas de emborracharme y no tengo ganas de ir a comprar más cerveza.

Y ya es hora de derribar algunos mitos: un libro no es ninguna compañía cuando estás así, un 25 de diciembre y ya se hizo de noche. Los libros están ahí, pero no me contestan cuando les hablo. Yo quiero un asado con los amigos y un abrazo.

Y sé, positivamente sé, que Poli Armentano querría lo mismo. Me lo dijo una vez. Porque no sé si les conté, pero uno de mis karmas es escuchar demasiado y entonces te cuentan cosas. El Poli, mientras se sacaba dos rubias de encima y se servía la décima copa de champagne, me dijo: “Mendieta, yo lo que quiero es volver del laburo, abrir la puerta del departamento y que me den un abrazo. Eso es glamour”.

Todos queremos lo mismo. Salvo en la noche de fin de año, en la que todo vale, pero todavía para eso falta.

23 diciembre 2008

El viaje

Y de golpe, se vio solo. Por una parte de la ventana, la que daba al balcón y al oeste, entraba, a pesar de las nubes, un potente brillo. De esos que lo hacían lagrimear cuando caminaba por la calle y lo obligaban a los lentes de sol. Siempre hacía el mismo chiste malo: es por mis ojos claros, decía, y sus interlocutores hacían como que se reían.
La otra parte de esa ventana, oscurecida por la hoja de la persiana entornada, le devolvía su imagen en el vidrio.

Lo asombró verse ahí, en esa habitación, tan llena de presente. De vez en cuando escuchaba el motor de los colectivos acelerando para doblar en la esquina, pero reinaba –en esas primeras horas de la tarde- el ruido del silencio y un martillo a lo lejos.

Se sobresaltó cuando prestó atención a su propia cara, ahí en el espejo-vidrio: las ojeras ya no eran el subproducto de una madrugada de bares y vino tinto. Esas intrusas habían llegado para quedarse, sin preguntar ni pedir permiso. A pesar de eso, no se sintió del todo viejo y empezó a pensar que le quedaban bien con el personaje. Ya era hora de que no me dieran menos años de los que llevo en la espalda, se dijo.

Se aflojó la corbata, prendió el anteúltimo cigarrillo que iba a fumar hasta el próximo anteúltimo y prendió la computadora para chequear el correo por enésima vez en el día. Despacio, muy despacio, con todo el tiempo del mundo a pesar de que todavía no había comprado esos malditos regalos de Navidad, fue hasta la cocina para poner la pava y cebarse unos mates.
Para ese entonces ya sabía, con profunda certeza, que el momento –ese que tanto había gambeteado los últimos días- había llegado. Como las ojeras, sin pedir permiso. Hizo un último intento de resistencia, pero sin demasiada convicción: ahora no, todavía no, me falta un poco por favor, necesito aunque sea una semana más. Igual fue en vano, estaba ahí y no se iba a ir, mucho menos si la estrategia para que se fuera era suplicarle.
Así que cuando la pava empezó a silbar aflojó los hombros y se entregó: estaba solo y tenía que parar y ponerse a reflexionar.
Sin embargo, cuando ya se daba por vencido y, obsesivo y meticuloso, empezaba a garabatear en una hoja de diario las palabras sueltas que lo llevaban por el arduo sendero dosmilochense, algo sucedió.

La música empezó a sonar desde los parlantes llenando la habitación sin que nadie –recuerden, por primera vez en mucho tiempo estaba solo- apretara play.
Dejó el mate, se paró y escribió en su celular: todo está ahí adelante después de esa curva, ¿sabés?, yendo al norte, bien al norte. Y apretó send.

Y ya no fue necesario ningún balance, ninguna anotación, ninguna palabra.

El viaje sigue igual.

Felicidad

Hoy escribí acá. Y vale por el saludo de fin de año para todos los que pasan por esta cucha.

Buen año. Y que ganen los buenos.

21 diciembre 2008

Las frases del año

Éste es un post que haría si no fuera tan vago: las frases del año.
Incluso más, hasta podría calificarlas en “frases copadas” y “frases desafortunadas”; “los que acertaron, los que no” o algo así. O clasificarlas por temáticas: las políticas, las deportivas, las culturales, las de los blogueros.
Pero ya saben. El nuevo Mendieta asume su vagancia con menos culpas que antes y en vez de estar tres horas revisando archivos o googleando, prefiere irse al bar. Sobre todo un domingo tan otoñal como el de hoy.
Así, como para empezar, me vienen estas:
“Voto no positivo”, de Julio Cleto;
“Vamos a festejar mañana sábado”, de casi todos los periodistas deportivos después del triunfo de Nalbandian, el viernes en primer turno contra España en la Davis;
“el efecto Jazz no afectará a la Argentina” (o algo así) by CFK;
“Creo que el 2008 va a estar aburrido”, Mendieta el 31 de diciembre de 2007, antes de quedarse sin laburo, encontrar uno nuevo, cambiar a otro, cambiar de casa y de barrio, cambiar de estado civil, asumirse en terapia como un existencialista tanguero y sentimental, hacer muchos y buenos amigos, volver a la ruta y enredarse en un bucle rubio.
Bueno: queda abierto el registro. O las dejan escritas en los comentarios o pasan por el bar del Gallego y las escriben en una servilleta. Gracias.

17 diciembre 2008

No será Roland Garros, pero…

Aviso a Papá Noel: yo quiero esto. Y después volver al pueblo y que me paseen en la autobomba.

(Bah. ¿Quién carajo va a saber en mi pueblo lo que es el Pulitzer, no?)

14 diciembre 2008

Domingo antes de leer los diarios

Me acosté muy tarde siguiendo la luna y me levanté muy roto. Me duele la garganta, tengo moretones en las piernas y en la cabeza un timbal. Así que todavía no leí los editoriales ni los diarios de hoy.

Antes de hacerlo y olvidarme de lo importante, digo: muy lindo todo el paquete de medidas reactivadoras impulsado por el gobierno. Que el crédito para los taxis, que la eliminación de la tablita, que la inyección para el turismo, que la rebaja de las retenciones, que los préstamos para pymes, que el plan de obras públicas que dicen que se viene, que financiar el consumo y así.

Sí, todo muy lindo. Eso sí, dos cosas: a) ni la más mínima idea de si va a ser efectivo para afrontar la recesión; b) es “políticamente” incompleto. O sea: inyectar guita en la clase media y alta me hace acordar a las flores que le regalaba a esa chica que una vez había salido conmigo y hasta la había pasado bien pero ya estaba enamorada de otro.

Así que: aumento de jubilaciones, universalización (cómo se les ocurra, eh) de asignaciones familiares o algo así, subir los montos de los planes sociales. Algo.

Guita, aparte de palabras de amor, a la chica que nos quiere bien y es fiel.

Eso.

11 diciembre 2008

Morocha me gusta todavía más




Alguna vez intenté, muy vanamente, claro, hacer un “elogio del resentimiento”. Quería, ay que petulante!, resignificar el “resentimiento”, ese adjetivo que te lanzan por el rostro cuando se te ocurre plantear algún tipo de reivindicación popular. Porque la cosa es así: como uno es un típico exponente clasemediero en su aspecto –o sea: usa traje y corbata, es profesional, tiene auto y vive en Little Horse- algunos no se bancan que asumas posiciones populares, de defensa de los más humildes, de los excluídos, de los negros, de los cabezas, de los grasas, de los pobres, de esos, bah. Porque está rebien estar en contra de la pobreza, viste, pero muuuy mal estar en contra de la riqueza. Está muy bien decir que en las villas no se debiera vivir, pero está muy mal decir que no se debiera vivir en los countries. Está muy bien estar en contra de la desnutrición, pero muy mal estar a favor de la distribución de la riqueza. Entonces te dicen: “Vos sos un resentido”. Así, muy orondos. Por cierto: no se lo dirían en la cara a un negro, cabeza, grasa, descamisado. Nah. A ese no. A vos sí.

Lo que se me había ocurrido, esa vez que, como ya dije, quería “resignificar” el resentimiento, esa palabra tan fulera, era decir: “sí, soy un resentido. Porque siento dos veces, por mí y por ellos. Y qué?”.

Bueno. No funcionó. No convencí a nadie. Así que desistí de esa operación discursiva.

Claro que, de vez en cuando, me vuelvo a acordar. Como hoy, por ejemplo.

Claro que también me acuerdo que siempre hay maneras de burlar esa encerrona de los discursos (¿dominantes?, ¿depende de dónde no? En mi barrio seguro, en los medios masivos seguro también) .¿Bourdieu?¿De Certau? Ni idea.

A los bifes que no es tiempo de sutilezas parece. Nada de enojo ni de sacarse con lo que hicieron los patrones del campo en Paraná o en Crespo ayer pintarrajeando los bustos de Evita.

Nada de enojo. Es más, ¿saben qué? Morocha me gusta todavía más.

Hasta es un lindo slogan para una campaña. "Morocha me gusta más"

Y sí. Debo ser un negro resentido, nomás.

10 diciembre 2008

25 Años: En el camino, caminamos.

Hace apenas un rato salí del laburo en compañía de Cachorra, que como está de vacaciones tiene la penosa tarea de acompañarme a la oficina. La cosa es que, para tomar el subte vacío, nos caminamos unas cuadras hasta Plaza de Mayo. Pasamos por la Catedral y me preguntó: “¿ahí es donde está San Martín, no?, pobre, tendría que estar más a la vista de todos, ¿no?, se lo merece”.
Después nos topamos con la Marcha de la Resistencia y me volvió a preguntar: “¿y estos qué hacen?” Me dispuse a tratar de explicarle mientras los acompañábamos con una vuelta a la pirámide. En la mitad de la vuelta me frenó: “ah, ya sé. Lo de la dictadura y los militares y los desaparecidos me lo contaron en la escuela. Demos dos vueltas, ¿sí?”.
Al ratito pasamos caminando frente a la Rosada y dijo: “te imaginás si en este momento sale Cristina y la vemos? Sería fantástico, pa. Es la que más votaron en las elecciones y por eso ganó y es la Presidenta…sí, sería fantástico”.
Qué maravillosa diferencia con mi infancia a esa edad, donde no tenía ni la más mínima idea de lo que era votar. Y que orgullo inmenso escuchar a mi hija, nacida y criada en democracia, hablar así.
Todo, todo, está por hacerse. Y por eso caminamos. Atrás de las Madres, que abren la senda.
Y sí. Estoy baboso, que tanto.

A 25 años, poca sarasa y una propuesta

Como dirían los pibes de Un Día Peronista, un día como hoy, pero hace 25 años, mi vieja me pedía amablemente que despegara del vidrio de la cocina la calco celeste y blanca de RA que un infantil Mendieta había pegado en plena campaña electoral. Sí, también confieso eso: cuando tenía 12 años me gustaba Alfonsín. Era moderno y más entretenido que el otro, un tal Luder. Y decía cosas más interesantes y optimistas. Supongo que también ganó por eso.

En mi casa, por aquellos tiempos, se hablaba bastante poco de política. Con el tiempo supe que era mitad por miedo y mitad porque la familia estaba dividida en sus pasiones. Pasiones que habían quedado ocultas, tan ocultas como la 22 que mi padrino había enterrado en el patio del fondo, durante los largos años de la dictadura.

El choque generacional había impactado con fuerza en esa familia: un abuelo peronista de los clásicos y, por ende, más bien ortodoxo. Una tía joven y de la Tendencia. Y mi vieja en el medio, una sospechosa ama de casa.

Y así como no tengo muy presente el tener “recuerdos políticos” de aquellos días, sí recuerdo muy claramente uno de dos años antes a eso: Mendieta entrando muy emocionado con el Clarín en la mano al grito de “las Malvinas son nuestras” y mi vieja con cara de enojada sentándome en la mesa de la cocina para decirme: “todas las guerras son malas, aprendetelo ahora”.

Lo loco es que, apenas dos años después de aquel 10 de diciembre de 1983, yo empezaba a patear el barrio como un novatísimo militante de la JP. Me sentía muy grande censando ranchos en la villa y muy avergonzado (vergüenza que me dura hasta hoy mismo) cuando mi compañero me retó muy fuerte luego de que le rechazara con inocultable cara de asquito un mate a una familia que vivía en el basural de mi pueblo.

Todas estas anécdotas por demás idiotas y que no interesan a nadie tienen un motivo: yo creo que para conmemorar, festejar, recordar o como corno quieran llamarle a los 25 años del retorno de la democracia no suman casi nada los suplementos de los diarios, las revistas, los especiales por televisión (Perdón Martín, espero que esta noche vea tu documental y me arrepienta de esto).

(Un paréntesis. Qué notable, lo leo ahora y lo pienso: es el “retorno” o la “vuelta”, como que vino sola, no? No es la “recuperación” de la democracia, lo que implicaría que alguien, el pueblo, la sociedad, la recuperó. No. Se había ido y volvió, así, solita, neutral).

Retomo: creo que el mejor homenaje que podríamos hacer a la democracia, más allá de retóricas y discursos de ocasión, es autorizar el voto para los menores de 18 años. Ponele a los 16. Si querés optativo. ¿Quieren que los chicos se interesen por la política y por lo público? Déjenlos votar y elegir.

Sólo eso quería decir un día como hoy.

Hoy a la noche, Canal 7

La columna televisiva del Movimiento Blogueril avanza sin descanso hacia el prime time. Así que desde acá le damos manija, y rating esta noche, al compañero Martín Rodríguez.

El chivo, acá abajo.

En el cumpleaños de la Democracia,

un balance necesario en un aniversario que es de todos.

Diez DEL DOCE

Un programa dirigido por Sebastián Mignogna

proximo miercoles 10 de diciembre

23.00 HS.

El perro en la Luna / canal 7 / Canal Encuenro / Ministerio del Interior

www.elperroluna.blogspot.com

08 diciembre 2008

Furia creativa blogueril

La cosa es así: los muchachos del Movimiento Argentina Libre me hacen llegar una cordial invitación a que el próximo 10 de diciembre participemos de “un gran cacerolazo contra la korrupción y el sakeo”.

También nos piden que lo difundamos. Ajá.

Mucho no entiendo a estos chicos. Con decirles que me tienen linqueado entre los “Blogs por la República”. Tamaño honor me conduce a dos cosas: a) difundir lo que me pidieron. B) cortarme los dedos antes de volver a escribir alguna boludez como debo haber escrito en algún momento para que me pongan ahí.

La cosa es que charlábamos de esto anoche en el picnic blogueril nac&pop.

No. No voy a contar intimidades de ese encuentro. No voy a contar cosas como Eva chapando con Bob atrás de la pérgola, ni Lucas Carrasco bajándole línea comunista a los muchachos de Un día peronista, ni cómo cantamos a coro insultando al Escriba por su ausencia, ni la coreo al ritmo de la marcha peronista de Anyuletta, la señora Bibiloni y otras chicas, ni los autógrafos que firmó el bloguer metrosexual de Faco a sus admiradoras y admiradores!, ni Manolo, El Canilla y Omix planificando la toma de un rascacielos de ahí enfrente. Tampoco voy a contar como MEC y Pablo bailaban reaggetón arriba de la mesa, ni el trencito que encabezaba Verboamérica, el Ingeniero, Sergio y Udi. Muchísimo menos lo del Licenciado Baleno repitiendo a voz en cuello el teórico de Cristian Ferrer mientras guiñaba un ojo a las chicas del contingente de PAMI que pasaba por ahí. Y ni a palos, ni que me hicieran cosquillas en el ombligo, lo de Carpe Diem y Político Aficionado tirando dardos envenenados a la foto de TNbaum. Había un montón más de los inadaptados de siempre, esos que llegaron arriba de un camión de Moyano tirando tetras vacíos y jugando sucio con Macri.

Menos mal que estaba yo, que soy en verdad serio y que a pesar de los reiterados brindis a la salud de los ausentes como Alejandro, DagNasty, Derek, Polycarpo, Primo Louis, Tomás y toda la expresión federal de la Runfla, logré explicarle al comisario que eso no era un montón de borrachos si no una performance titulada “Así no es PRO” del Programa Cultural en Barrios.

Así que, en ese clima tan cool, se nos ocurrió que estaría muy bueno que el 10 de diciembre, por la noche, salgamos a las calles a cacerolear a favor de la democracia y el voto popular. Es más, si fuéramos el Gobierno, organizaríamos una gran partusa callejera con cumbia en las plazas. Que se viene el populismo jodón, que tanto.

No es nada Albistur. Lo hacemos de onda.

ACTUALIZACION: Se me va pasando la resaca y me doy cuenta que me olvidé de citar -entre otros tantos, seguro- al groso de DiegoF. No voy a contar lo que hacía Diegote, sólo decir que lo envidié.

07 diciembre 2008

Cómo somos algunos

- Yo leí eso que escribiste de que somos minoría. Y de hecho lo pienso, pero no deja de molestarme la contradicción.

- Ajá. Traé otra Stella, Rodolfo. Y decile al Gallego que deje de pichulear con los manís. Este bar se está yendo al carajo. Con el café ahora te traen esos amarettis del orto y con la cerveza palitos. ¡Estamos todos locos, amarettis! En cualquier momento el gallego cuerea el colchón y lo pone al bar Palermo cool en pleno Almagro y yo me mato.

- Ves. Ahí tenés una de las contradicciones que te decía, esas que me molestan: ahora tomamos Stella. Pero bien que te jode que las cosas cambien, se modernicen.

- No. No me molesta que las cosas se modernicen. Me molesta que se uniformen. Que no es lo mismo, aunque ahora parece que sí. Y tomamos Stella porque es más rica y trae más. Y sobre todo porque nos da el billete para garparla. Si esas son las contradicciones estamos salvados.

- No te hagás el piola. Vos sabés de qué hablo, sólo que no la quiero hacer larga y puse ese ejemplo, tan ilustrador.

- ¿No la querés hacer larga? ¿Y desde cuando estás apurado? Se supone que venimos acá, nos sentamos en ésta mesa y miramos por la ventana cómo gira el mundo precisamente para hablar de estas cosas trascendentales. Dale, dale…

- Ahí tenés. Otra de las contradicciones. Ahora estamos apurados, cada vez más apurados aunque no tenemos la más pálida idea de para qué. ¿O me vas a decir que no te pasa? Antes sentía que me apuraba a hacer las cosas pero tenía un sentido, un rumbo. Ahora me apuro porque…qué se yo.

- ¡Dijimos maníes Rodolfo! Gallego! Maníes! Ahora nos apuramos porque, precisamente, no sabemos dónde vamos. Somos náufragos de un barco llamado modernidad en mares posmodernos. Estamos jodidos, bien jodidos. No somos viejos ni pendejos de la JP. No somos setentistas ni noventistas. No somos obreros ni yuppies, aunque ser yuppies dicen que ya fue. No somos ricos ni pobres. No somos exitosos ni fracasados. No somos militantes, o sí, ni apolíticos. No nos refugiamos en cómodas certezas, pero tampoco en relativismos autoexculpatorios. Somos todo eso, definidos por la negación, como siempre, pero atracando un rato en cada playa. Habitamos nuestro propio no-lugar. Un lugar incómodo.

- Listo. Eso es lo que quería decir. O algo así. Pero sigo, sobre todo después de la parrafada que te mandaste sin tocar el vaso, sin saber qué hacer. Servime más.

- ¿Qué hacer? Linda pregunta como para título de un libro. La verdad que mucho no sé. Supongo que lo mismo de siempre: ser amigo de los amigos y compañero de los compañeros. Estudiar. Convencer. Ser convencido. Ganar. Perder. Equivocarnos como me equivoqué ayer, tratar de repararlo y pedir perdón, diciendo esto hoy. Pensar. Leer. Escribir. Llorar. Reír. Amar. Habrá días en que hacer eso lo sentiremos como una poco heroica forma de resistencia. Y otros en que hacerlo será la antesala de un inminente triunfo. Y al otro día, como siempre, vuelta a empezar.

-¿Tomamos otra? Ahora te quiero hablar de algo de verdad importante. Conocí una mina.

- Esto sí me interesa. Gallego, otra más. Y maníses Gallego!

Sur y choripán: Una cita de honor




Hoy a la noche, en la Costanera Sur, el picnic de los montoblogueros.

Somos tan hippies, pero nos vamos poniendo tecnos.

Patria bloguera o muerte de embole viendo TN!

Empataremos!

Comando Mendietista de Liberación, Presente!


Apariciones




Era un tipo en verdad raro. En esas etapas de la vida, la adolescencia ponele, en que la mayoría acostumbra a plegarse a la manada, él andaba a contramano de todo y de todos. Aunque en realidad ya era así de chiquito. A los ocho te invitaba a merendar a su casa a eso de las diez de la noche. A los trece se le había dado por el breakdance y nos atormentaba con su espectáculo en el quincho de su casa.

En la adolescencia se recibió de sí mismo y dio rienda suelta a su autonomía. Si los pibes decidíamos ir a jugar al fútbol, él se destacaba con un “yo me voy a patinar a la costanera”. Si arreglábamos salir a morfar una pizza, chupar birra y después ir a bailar, él decía: “los veo más tarde, tengo que terminar un libro de ciencia ficción que me compré ayer”. Y caía al boliche a las seis de la mañana, fresquito, recién peinado y con medialunas.

Era raro nomás. Te aparecía un miércoles a las 2 de la mañana –cuando todavía apolillabas en casa de tus viejos-, tocaba el timbre como si nada y le preguntaba a Lucy, que salía con la escopeta y el desabillé: “qué, ya están durmiendo? Decile a tu hijo que se ponga la campera y venga que la noche está hermosa para caminar hasta el muelle”.

Creo que en esa época yo pensaba que estaba un poco loco y por eso lo admiraba.

No sé cómo carajo lo lograba, pero tenía los mejores discos que podía haber en un pueblo tan chato como ese. Y encima te los hacía escuchar atentamente, en su bandeja technics no sé cuanto, que sonaba realmente bien. De hecho, fue él quien me enseñó a escuchar esos discos que todavía sigo escuchando cuando escucho y pongo The Smiths y vuelvo a sufrir como allá cuando era invierno y había neblina y la chica que te tanto te gustaba andaba en camioneta con algún aburrido ganador.

Era raro nomás David. Tan raro que hoy, a casi veinte años que se matara en la rotonda de Gesell cuando se pegó el palo bajo la lluvia, no me sorprendió verlo, desde mi balcón, parado abajo del semáforo de la esquina, con un sobretodo negro.

Era de noche ya, pero me sonreía y me susurraba que me baje el nuevo disco de The Cure. A pesar del ruido, yo lo escuchaba en estéreo.

04 diciembre 2008

Una ayuda para opinólogos

Atención a todos los frecuentadores de programas de cable. Desde aquí, una modesta ayuda para darles letra acerca de las recientes medidas económicas anunciadas por la Presidenta Kirchner.

Usen en cada frase las siguientes palabras: "expectativas" y "señales".
Mechen con producción, empleo, seguridad y trabajo. Y, por favor, algún tipo de cifra lo suficientemente grande como para que los que escuchan pierdan dimensión.

Algo así: "los 13.200 millones anunciados en el paquete fortalecen las SEÑALES necesarias para que las EXPECTATIVAS retomen la senda de la PRODUCCION. Es fundamental, hoy, ante la crisis global, preservar el EMPLEO y el TRABAJO, pues sólo eso da SEGURIDAD en los mercados y en la sociedad" A partir de ahí póngase en contra si es opositor o a favor si es oficialista. No importa: ya quedó bien.

Listo. Van a quedar como que saben.

De nada. Laburo de estas cosas.

03 diciembre 2008

Preguntas al centroizquierda K

Si yo no fuera tan de centroizquierda progresista, un día como hoy escribiría un post acerca de aquellos miembros del gobierno nacional que, sin provenir del PJ, ahora se muestran un tanto molestos con Néstor Kirchner por la tan mentada “pejotización”. Ya sé que no son gorilas, pero…

Si yo no fuera un tipo desmemoriado, les diría que tienen más funcionarios ahora que cuando fueron gobierno con De la Rúa. Hay ministros, secretarios, subsecretarios y directores de entes descentralizados por doquier ¿Cómo los aprovechan para, aparte de destacarse en la gestión, organizarse y sumar voluntades?

Si yo no fuera tan apoco afecto a los armados políticos, si creyera en la importancia de los trabajos en equipo, de la organización y del debate les (nos?) contaría las costillas a ver qué armaron en cinco años de gobierno. ¿Cuántos consejeros escolares, concejales, intendentes, diputados provinciales, etc. lograron meter?¿En cuántas cooperadoras escolares están? ¿En qué barrios son referentes sociales para sus vecinos?

Es más, si yo fuera un jodido, directamente les preguntaría: ¿qué partido político armaron –de Jujuy a Tierra del Fuego- capaz de aportar al proyecto del cual forman parte?

Y si, directamente, yo fuera un reverendo guacho, me sentaría con cada uno de ellos y les soltaría un ¿por qué están siempre más pendientes de sus respectivos egos y posiciones individuales en vez de pensar en un colectivo superador de los sellos, sellitos y pymes familiares? ¿Por qué no se miran un cacho al espejo con sentido crítico además de mirarse antes de entrar al set de televisión?

Menos mal que soy un vago y no escribo nada de eso. Y que no me gusta andar criticando en los demás lo que ni siquiera yo soy capaz de hacer.

Pero un día de estos me caliento y lo escribo. Juro que lo escribo.

01 diciembre 2008

Pagni en la banquina

Hasta no hace mucho tiempo nos parecía, por lejos, el mejor editorialista de la tribuna de doctrina. Y esperábamos sus columnas de los lunes con interés, sobre todo después de leer los domingos a Grondona y Morales Solá.

Pero últimamente (¿del campo para acá?), la labor de Carlos Pagni nos viene defraudando. Pasó de los análisis con rigor crítico y una visión opositora sensata e inteligente al panfleto fanático. Algo que es mucho más propio de los blogs como el nuestro que de una señera institución de la prensa libre y democrática como La Nación.

Un ejemplo de hoy, textual, cuando viene criticando el anunciado “blanqueo de capitales” anunciado por el oficialismo con el argumento de que el kirchnerismo está arriando una “bandera moral”:

“¿Qué gran evasor querrá desnudarse ante un Gobierno que manifiesta semejante voracidad fiscal? "El blanqueo puede ser la forma de meterte en el zoológico para cazarte más rápido con la AFIP. Además, ¿cómo sabés que, con lo que odian al empresariado, no publicarán tu nombre en los diarios para después perseguirte?" Palabras de un banquero.”

O sea: un banquero admite que es evasor. Y que no quiere blanquearse por temor a la AFIP y a que lo persigan. O sea: a que se cumpla la ley. ¿Y esa declaración no amerita una condena moral, Pagni?

29 noviembre 2008

El drama de leer blogs

Ayer me había levantado profundamente antikirchnerista. En el ascensor le dije a mi vecina: “así ya no se puede vivir, es una bar-ba-ri-dad, no sé dónde vamos a ir a parar”. Ella me miró con esa cara con la que me miran últimamente y me dijo: “¿A planta baja?”.

Claro, la entiendo. Es que no había captado mi flamante republicanismo cívico-opositor. Y tiene motivos, ya que nuestro último intercambio fue la noche en que la vi en el balcón maraqueando con las cacerolas, en el fragor del conflicto con el campo, y le pregunté cómo iba a hacer para subir la cosechadora hasta el quinto piso.

Pero bueno, la cosa es que había escuchado con suma atención el editorial de ese periodista de Radio Mitre del cual no puedo acordarme su nombre (no, Dady Brieva, no. Pagani tampoco. El que está antes, che. Ese.) Y digamos que me convenció: “el gobierno tiene que llamar a los mejores para elaborar sus políticas, porque está bien que hasta ahora tuvieron suerte, pero la suerte se acaba, no?, y ahí hay que convocar a los que saben”, decía. Yo miraba fijamente mi celular y hasta lo puse a cargar por las dudas, pero nada. Luego empecé a revisar autocríticamente todo el apoyo obsecuente que le había dedicado a este gobierno de mafiosos, ladrones y chantas improvisados mientras me duchaba. Al mismo tiempo seguía pispeando el celular -que ahora estaba al lado del cepillo de dientes- por si me llamaban de la Rosada o de Olivos. Pero tampoco sonó. Así que me hice opositor ahí nomás, que tanto. Que uno tiene sus convicciones y sus valores morales bien firmes.

Después de eso fue que bajé en el ascensor y hablé con mi vecina. Y más tarde subí al subte y me trencé en una acalorada charla con ocasionales vecinos de vagón acerca de lo intolerable que había sido estar anoche una hora sin aire acondicionado. Debuté con esta frase: “Y claro, aparte de que nos mienten con las obras que anuncia De Vido, encima les siguen dando luz gratis a los de las villas para que vean Direct TV”. Ahí me sonrieron cómplices y sentí que volvía a enamorarme de esta maravillosa ciudad.

Después entré a la oficina, hice un par de boludeces de esas que quizás ayudan algo a alguna gente y me dispuse a redactar la renuncia mientras pensaba: “está bien que soy un funcionario de cuarta línea, pero algún peronista debe dar el ejemplo”, como dice Pablo Unamuno en la 23 anunciando su pase a la Coalición Cívica de Carrió de la mano de Patricia Bullrich y Prat Gay.

Justo cuando la terminé y le puse el gancho, me dispuse a disfrutar del momento. Ahhh, que sensación de libertad y de orgullo cívico me embargó. Al fin iba a poder decir lo que de verdad no sabía que pienso pero que pugnaba por salir de mi inconciente. Lástima que con la censura tremenda que hay en los medios de comunicación pocos iban a enterarse de mi sacrificio republicano. Pero me di fuerzas pensando en lo que siempre dice Lilita: lo que importa es el camino. Ahí me puse a pensar que quería irme de vacaciones a Salta y Jujuy y que ruta me convenía más.

Como todavía era un poco temprano y quien debía recibirme la renuncia estaba inaugurando una de esas obras públicas que en realidad no se hacen pero sí se inauguran y la gente de esos barrios va y las usa y se atienden y llevan a los chicos al médico y los viejos van y sacan turno para operarse de cataratas o para que les den anteojos gratis o todas esas boludeces con las cuales los siguen teniendo cooptados dentro de la maquinaria electoral y espuria del partido gobernante, me puse a leer los diarios. Porque los pobres giles esos van a esos lugares que en realidad no existen pero de puro crédulos que son, nomás, van y hacen esas cosas y encima están contentos. Todo por unos dientes o unos anteojos. Nuestro país nunca va a salir adelante con tan bajas expectativas ciudadanas, pensé, mientras ojeaba La Nación.

La cuestión es que cuando terminé de leer toda la prensa escrita a punto de desaparecer culpa de Moyano decidí darme una vuelta por los blogs. Obvio que no podía leer los mismos que leía antes, cuando era un miserable simpatizante del oficialismo. Así que decidí rumbear para lados más pro. Y caí en esta nota de La Lectora Provisoria en donde Quintín empieza así: “Hoy al mediodía pasé por Artepolítica, un blog colectivo ultrakirchnerista (de hecho, una especie de blog de blogs K)”.

Apa. Upalalá. Eso sí que no. Con Artepolítica no jodan eh!. Que el único ultraoficialista, alcahuete y chupamedias de los Kirchner ahí soy yo (salvo cuando escribo cosas como ésta) No hablen mal de mis amigos ni de los más de 300 blogueros que, cuando quieren, postean lo que quieren y como quieren en La Comunidad.

Listo. Qué suerte. Hoy ya se me pasó la onda opositora. Vuelvo a la barbarie, ese magma difuso donde no se es -precisamente- ni opositores bobos ni oficialistas ídem.

28 noviembre 2008

Ay Dios, como mediría el amor!




Leo en Clarín ésta interesantísima nota acerca de la relación de los Kirchner con las “convicciones religiosas”. Mamita. Que difícil ha de ser volverse una personalidad pública. Te empiezan a sacar las fichas de tu pasado y no se detienen hasta averiguar esa vez en que te copiaste de tu compañerita de adelante en segundo grado.

Por las dudas, nomás, aviso: cuando tenía siete años me robé un alfajor Balcarce del kiosco que estaba a la vuelta de mi casa. De chocolate era. Listo, confesé. Volvamos a lo importante.

La nota ya citada esconde una pepita de oro. Que digo pepita…un lingote!!!!

Néstor y Cristina no se casaron por Iglesia. No se casaron…todavía!!!!

Imaginen que bombazo sería ese casamiento. Ahora que se reconciliaron con Bergoglio lo podemos hacer hasta en la basílica de Luján. Horas y horas de televisión en todos los programas que de verdad mira la gente (no esos que vemos nosotros con Zlotogwiazda y ese otro que no me acuerdo el nombre), cataratas de notas en las revistas del corazón y la señora Legrand emocionada. Hasta podemos hacer un plebiscito vinculante para elegirle los padrinos. Yo voto por el Diego padrino. Pero no se me ocurre una madrina.

No. Otra que Caniche´s Style. Si la armamos bien rompemos el medidómetro. ¿O no Artemio?

26 noviembre 2008

En el diván

- Escúcheme, licenciada, creo que no voy a venir más.

- Mmmm, ¿de nuevo la resistencia?

- Ahí va, usted me entiende. Creo que vamos a pasar a la Resistencia. Y por eso dejo la terapia, ¿vio? Es que ya no soporto tanta porteñidad.

- ¿Cómo? Pero si usted “es” porteño…aunque se haga el bonaerense, nació acá.

- No me lo recuerde que es un trauma de la infancia ese. Casi tan fuerte como aquella vez en que le dije a la mamá de una novia que yo era peronista.

- ¿Lo miró mal?

- Me miró con una cara, no sé, ¿cara de porteño? Una mezcla de horror, cierta lástima y antropólogo sueco en el Amazonas.

- No sea exagerado.

- No exagero. En esto no exagero. Igual lo feo es lo que me dijo: “ay, yo te hacía inteligente. ¿En serio? ¿Peronista? Menos mal que vas a la facultad y te podés curar. Hasta podés hacerte zurdo, total después crecés y se te pasa”

- Ese chiste es viejo.

- Es que ella no lo decía en chiste. Como sea: ya no aguanto a los porteños. Ya no me aguanto, licenciada. Así que le aviso: voy a dejar de escuchar tango, ir a los bares de San Telmo, tomar café en el Tortoni y mis sesiones de psicoanálisis. Como para empezar a tomar distancia, vio?

- ¿Y se va a mudar? ¿Dónde va a ir?

- Y, no sé. Santa Fe me gusta, pero no lo veo. Creo que ahí entramos segundos, a lo Lole. Córdoba estaría bien. Algo en las sierras, tranquilo, peperinesco. Pero tampoco me tengo fe y ahí ganar es perder. Mendoza siempre fue conservadora, con decirle que Bordón era de izquierda y Cobos transversal. Río Negro, Santiago del Estero, Catamarca y Corrientes no. Ya sabe que a mí, más que la traición consumada, me duele la traición latente. Con eso ya tengo que descartar casi todos los partidos del conurbano bonaerense. Tucumán dicen que es lindo, aunque de ahí lo único que conozco hasta ahora es Simoca, Concepción y los sanguches de milanesas del Chacho. Pero bue, cuando fui Alperovich era radical. San Juan es muy seco. En Jujuy o Salta no da porque me pongo hipocondríaco con el apunamiento. Formosa o Misiones o Chaco me sale salpullido por el calor. Entre Ríos podría andar, lástima que está Carrasco que siempre me corre por izquierda y me gana.

- Ajá.

- No me interrumpa. La Pampa es aburrida y hay demasiado campo. Y en el campo me miran mal. Chubut me da cosa, es como que prometía, pero conocí a varios chubutenses. Neuquén no, ni a ganchos, porque me acuerdo de Cutral-Có y me vuelven a llorar los ojos de los gases. Tierra del Fuego es hermosa, pero demasiado masomenos que SI, que NO. Y la duda me mata, sabe…

- ¿Le falta mucho?

- Siempre falta mucho. En La Rioja no vivo a ver si me lo cruzo en Anillaco y me convence, yo que ahí vengo invicto.

- Del sur le queda Santa Cruz.

- Noooo. Ahí no. Todos dicen que Santa Cruz ya fue o estaría yendo o va a ir. Y estoy cansado de llegar siempre tarde a las fiestas.

- Le queda San Luis.

- San Luis menos. Ya le dije que al exterior no me quiero ir.

- Nada le viene bien a usted.

- Lo que me vendría bien es volver al distrito único. Ahí, cuando sumemos todos los votitos de a uno, vamos a ser mayoría. Aunque sea en eso.

¿No quedé lindo?


Ya sé. La plantilla esta la deben tener otros tres millones de blogueros. Me faltan enlaces, una cabecera diferente y un par de retoques más.
Pero bue...hasta esto me da nomás.

25 noviembre 2008

Así no.

Sss una bar-ba-ri-dad!!

Esto es una bar-ba-ri-dad!!

Vamos camino a un régimen despótico, antirepublicano, fascista. Y lo digo: dic-ta-to-rial.

Yo mañana, sí o sí, estamos, quiero leer el horóscopo y mi sudoku. Digo. ¿Me siguen?

Un chivo para rosarinos

Me entero por La Capital de Rosario (disculpen la falta de link) que el próximo viernes, a las 19:30 horas, en la librería Homo Sapiens (Sarmiento 825), el amigo Juan José Giani presenta su libro "Filosofía política".
Lo acompáñarán Horacio González; la ministra de Cultura provincial, María de los Angeles González y el diputado Agustín Rossi.

Como no vamos a poder estar, hacemos esta publicidad a ver si nos ligamos de rebote que Juan José nos regale un librito (Claro: el pobre Giani ni sospecha quién está oculto tras Mendieta. Copate, Juan José)

24 noviembre 2008

La última hijaputez

Tarde, pero me quiero sacar una idea que ronda en mi cabezota desde que escuché la noticia del suicidio del Malevo Ferreyra en Tucumán..

Ese suicidio es la última hijaputez de un hijoputa. Y me explico: si hubiera sido por arrepentimiento, debiera haber sido hace rato (aparte de que fue clarito diciendo que no se arrepentía de nada). Si hubiese sido por honor, cual japonés digno, hubiese sido en soledad, con recato.

Hacerlo en cámaras, en vivo y en directo, cuando estaba por ser detenido por crímenes de lesa humanidad, es el último mensaje de alguien que se sabe a sí mismo por sobre la ley. Es otra matoneada de un falso valiente.

Y es, también, y lo peor de todo, un modo perverso de intentar victimizarse ante un sector de nuestra sociedad (¿la mayoría?) en el cual ha calado hondo, cuanto menos, la infame teoría de los dos demonios.

Ni aún muerto sos la víctima Malevo. Siempre serás un victimario.

21 noviembre 2008

Impotencia y testarudez

"Donde sea que estén los que nos supieron querer y fueron correspondidos, habrá sol"

Dos


Digamos que uno anda acostumbrado a ser minoría. Y a ser perdedor.

A ser perdedor más por el fútbol que por la política: somos de Racing. En el caso de Racing, perder es casi una forma de identidad constitutiva. Recuerdo a Juan preocupado, el día después de que Mostaza nos sacara campeón, diciéndome: “cagamos, ahora cagamos, se acaba la mística”. Porque con Racing casi nunca, pero en la política hemos ganado algunas veces. Por caso, aquella vez que nos alzamos con el Centro de Estudiantes con la UES en 1985. Ahí había que ganar, cuando ser de Franja Morada era cool, democrático y se come, se educa y se cura. O la vez que sacamos con el Frente Grande 14 por ciento en 1994 en Capital. Esa vez ganamos mucho más que cuando en 1999 ganó De la Rúa. Porque ahí, con la Alianza ganamos para perder.

También hubo veces en que perdimos pero no importaba. Como aquella asamblea de la JP de 1990 en que sólo un tercio decidimos desafiliarnos del PJ ante los indultos de Menem. Porque uno es populista, pero no tanto como para comerse cualquiera. Esas son las veces en que perder es una forma de orgullo triunfante. Esa se las voy a contar a mis nietos.

Decíamos que a veces ganamos y a veces perdemos. Pero nunca tenemos dudas de que somos minoría. Minoría porque nos gusta y nos apasiona la política, en una época en que no queda bien. No da Mendieta. No somos buen partido de las chicas ni de las suegras. Otra vez hablando de los pobres, sos un bajón.

Minoría porque somos esa clase de tipos que se sienten incómodos en el mundo del individualismo, el éxito personal y el rating. Nos gusta la buena vida y el sushi, claro. Pero preferimos el asado con los amigos y la copa de tinto la agarramos mal. Y somos minoría porque la buena vida sería mucho mejor si fuera menos buena para nosotros y mejor para todos.

Somos minoría porque somos giles. Porque nos bancamos a los amigos de la infancia, esos que te vieron crecer, despotricar contra lo políticos y la demagogia, y el clientelismo y los negros vagos –mientras nos tomamos un mojito en Palermo Bobo- cinco minutos antes de preguntarte si la estás levantando con pala y manguearte un contrato de ñoqui.

Somos minoría porque no nos creen nuestros vecinos. Porque no quieren creernos. Porque si nos creyeran tendrían que mirarse al espejo de su puto individualismo y se darían algo de vergüenza hasta que empiece Pergolini. Y ahí se vuelven a olvidar de su vergüenza para decirle a la pantalla: son todos iguales, no como nosotros que somos distintos.

Somos minoría porque tampoco confían en nosotros en los barrios en los que no vivimos pero son nuestro desvelo. Esos barrios que caminamos con temor de que no nos reconozcan y nos vengan a chorear el celular al susurro de eh gato, rapidito, lo billete, no te ortibés gato.

Somos minoría por todas estas cosas y muchas más. Y eso trae mucha impotencia.

Pero de vez en cuando una brisa nos levanta y metemos un gol previsional. O una cloaca. O una escuela. Aunque algunos de “nuestros” goleadores no sean nuestros. Y vemos que la mayoría con voz está re loca, nerviosa, sacadita y escribe editoriales en los diarios. Y ahí decidimos que nos chupa un huevo ser minoría: que no estamos acá para ser minoría ni mayoría, si no para seguir haciendo y siendo lo que somos: testarudos enamorados de la vida y la justicia social.

Así de fácil. Así de difícil.

Redistribución de la felicidad ya. Para todos. Pavada de plataforma.

Que mierda. Sigo firme acá.

20 noviembre 2008

Boludeando con Cleto





Aviso a los amigos lectores: creo que se viene una serie de post más estúpidos que lo habitual. De nada.

Miren la foto. Despacito. Otra vez. Tomensé su tiempo. ¿Listo? ¿Seguro?

Bueno: una foto como esa revela que en esa reunión no se habló nada serio. Las reuniones de verdad, donde se labura, se hacen en mangas de camisa, el cuello de la camisa abierto, alrededor de una mesa. Si hay una notebook abierta o papeles, mucho mejor. Ahí sí podés decir que estás gestionando, aunque capaz sea mentira.

Esto que vemos arriba se llama protocolo. Algo a lo que los amigos radicales son muy afectos. Y es, ni más ni menos, que para la foto.

PD: Me estoy rompiendo los cuernos con el HTLM o como corno se llame. Se viene chapa y pintura en el rancho.

19 noviembre 2008

Coincidencias


¿A quién se le ocurrió primero?

Chas gracias amigos

Juanedu. Sin dioses. Manolo. Gracias. Roberto. Eva. Surito. Gracias. Tomás. Gerardo. Néstor. Gracias. Musgrave. Horacio. Contradicto. Gracias. Luciano, Simbolito, Charlie. Gracias. Baleno. Mariano. Galimatias. Gracias. WW. Cosas dichas. Juan Cruz. Gracias. Anyuletta. Guille. MaxD. Gracias. Pupi. Cehaj. Magui. Gracias. MOO. Damiánivanoff. DiegoF. Gracias. Ignacio. Polycarpo. Goliardo. Gracias. Cine Braille. Anónimo. Mariano. Gracias. Dagnasty. Bostero y peronista. Gladys. Gracias. Erik. Marice. Fabiana o Gaviot. Gracias. La cola del diablo. Ni buena ni mala. Mario W. Gracias. Jorge. Fede F. Demóstenes. Gracias. Chelus. Laura. Pata. Gracias. Hernán G. Walter Besuzzo. Graciela B. Gracias. Moncho. Anónimo. Laura. Gracias. Pepe Subizar. Tiacosas. Gracias. MEC. Pablo. Escriba. Alejandro. Gracias. Juanchi. Te quiero, hermano.

Muchas gracias a todos por el apoyo.

Ahora vamos a intentar ladrar más y más fuerte. Que nos gusta.

17 noviembre 2008

Chau vieja.

Es hincha de Estudiantes de La Plata. Lo decidió hace muchas décadas, una tarde en que su padre la llevó a la cancha. Mi abuelo era peronista y, a pesar de ser de Boedo, había decidido ser bostero por vocación de mayorías populares. Sin embargo esa tarde de domingo la llevó al Gasómetro a ver a San Lorenzo, que le ganó a Estudiantes algo así como 8 a 0. Esa tarde, Lucy decidió hacerse pincharrata, por identificación con los humildes y los perdedores. De esa y otras mezclas de decisiones, está hecho el que escribe en Mendieta.

Cuando se casó dejó la Capital y, con mi viejo, huyeron al pueblo del que siempre hablo y en el cual crecí. A poco de establecerse allí, dos jóvenes muy clase media y capitalinos, en medio de las penurias y la soledad, un mediodía había cocinado una tortilla de papas esperando la vuelta de mi viejo, en ese entonces obrero de la construcción. La tortilla era lo único comestible que había en ese hogar. La cuestión es que, mientras esperaba, Lucy decidió lavarse el pelo en la pileta de la cocina y la tortilla se deslizó a la bacha y terminó llena de espuma del shampú. Mi vieja, con tranquilidad, la agarró, la enjuagó con agua caliente y la puso en la mesa. Siempre contó esta anécdota a sus hijos, anécdota que –en su sencillez tragicómica, marcó gran parte de mi formación.

Cuando me recibí del secundario, los otros padres abrazaban exultantes a mis compañeros, sus hijos, y hasta les hacían regalos. Mi vieja me esperó con el diploma en el escenario, me palmeó suave en la espalda y dijo: muy bien, cumpliste con tu obligación.

La última lección de su vida me la está dando ahora, en esta larga enfermedad que sufre. A poco de saber que tenía un cáncer terminal me confesó que le daba bronca morirse sin haber hecho muchas cosas que hubiera deseado hacer y que, por el mandato del deber ser, no había concretado. Éste fue su último ejemplo y lo vivo, tan psicoanalizado yo, como una segunda oportunidad de vida que me da.

Escribo esto mientras escucho su lastimosa agonía en la habitación que está aquí al lado, esa en que los hermanos nos vamos turnando de a ratos para acompañarla y ayudarla.

Escribo esto con una fantasía mítica y un deseo, sin atisbo de culpa, esperando que cuando ponga el punto final a este post, todo su sufrimiento termine de una buena vez.

Y lanzando una botella al mar: ¿Quién será el valiente diputado o diputada que instale el debate de la eutanasia y la muerte digan en nuestro país? ¿Es que podemos ser tan inhumanos los humanos?

Aunque resulte difícil de creer, lo anterior lo escribí a mano en una servilleta hace cuatro horas. Cuando ponía el punto final, mi vieja se empezaba a ir. Y por algo, también inexplicable, esta mañana escribía el post anterior. Sigo dudando de publicar esto, tan inmensamente personal, pero escribir me ha ayudado mucho en estos tiempos y le debo a eso, y a ustedes, un agradecimiento. Supongo que me tomaré unos días de descanso.

Te voy a hacer caso, mamá.

16 noviembre 2008

Mañana de domingo

Pero, bajo la piedra pesada de los tiempos
la flor va a darnos su escándalo.
Ya aprendimos con los años que la justicia sólo se hace en el corazón.
No sé si vas a caer, sólo sé que el amor es tenaz
y vuelve a salir como el sol.

Los arrepentidos. León Gieco

Hay días en que hay mucho, demasiado, dando vueltas por ahí. Días en que te levantás y la rutina de siempre es otra cosa y otras las cosas que pasan por la ventana. Esa ventana que da a un balcón que da a un cielo celeste y a un sol brillante, pero no, porque no estás ahí.

Días que vienen de otro tiempo, de otros lados, de otros mundos. Días que traen un canto triste como un fado entre las hojas de los árboles.

Días en que el mate de la mañana es más amargo y la vigilia de una noche en silencio pasa a cobrarte el alquiler. Y fracasan los ritos y las costumbres, en esos días que la radio transmite palabras de estática. Y los diarios y sus editoriales nada dicen, nada importa, nada. En esos días al segundo párrafo te indignás y la sangre borbotea y el ruido te impide leer. Y por eso pensás demasiado, pero no sos vos. O sos demasiado vos para vos mismo. Y te cuesta llevarte más que de costumbre.

En esos días no hay pasado ni presente ni futuro. Y una irrefrenable tendencia a humedecerte los ojos con neblina y sal. Y la bilis es negra ahí dentro. Y la impotencia es refulgente ahí fuera.

Días en que muchas lenguas desconocidas te hablan suave al oído con palabras que sí reconocés: madre, padre, hermana, hermano, ansiedad, dolor, miedo, muerte. Soledad. Hija, amor, abrazo, marinero, remar, seguir.

Días, esos días, éste domingo, en que quisiera volver a despertar y escribir finales felices para pedirles perdón por tanta debilidad.

15 noviembre 2008

Sueños son

Hace unos años había inventado un personaje que era el protagonista de los cuentos que le contaba a la Cachorra antes de dormirse.

Cada noche había una historia nueva sin ninguna pretensión de originalidad. Se llamaba Julio Agosto y era un marinero que, ya de viejo, retirado, vivía en una casa frente al mar, en el mismo pueblo que me veía crecer. Julio Agosto tenía todos los lugares comunes propios de los marineros: barba tupida y gris, gorro de lana, una campera impermeable amarilla y voz aguardentosa. Todos los cuentos, los que Cachorra escuchaba en la oscuridad del cuarto, eran un burdo plagio de la Colección Robin Hood, la de tapas amarillas. Julio Agosto había sido asaltado por el Corsario Negro en el Caribe y se había unido a ellos, había pescado en alta mar en un camaronero, había naufragado en la misma isla de Robinson Crusoe, había navegado por las costas de la India con la tripulación de Sandokán.

Cuando se me acabaron los libros de dónde robar empecé a inventar historias con sabor local: Julio Agosto era el capitán de un barquito amarillo del puerto de Mar del Plata que tenía como mascota un lobo marino, dueño de una chalupa que salía de la Tapera de López en San Clemente contratado por Mundo Marino y socio con otro viejo marinero en un gomón que cada mañana de verano se internaba al océano saliendo de la playa de La Lucila para buscar corvinas rubias para vender a los turistas.

Lo mejor de Julio Agosto era su casa. Estaba pegada a un médano muy alto, en dónde con Angel y Pinino y el Gordo Gómez y Marcelo y tantos otros, teníamos nuestra cueva de tres ambientes entre los tamarindos. También desde ese mismo médano yo veía el fondo de la casa de Paula y soñaba con sus besos y sus rulos rubios. La casa de Julio Agosto era sencilla, común. Pero tenía un enorme jardín florido, aún en pleno invierno. Julio decía que había soñado con un jardín así en cada madrugada en altamar y ahora se había dado el gusto. Esto lo sabíamos porque nos contaba sus historias mientras regaba las flores con una regadera verde de plástico. Incluso, muy de vez en cuando, nos dejaba cortar algunas rosas para llevar a casa.

Así como una noche había empezado la saga del marinero Julio Agosto, otra noche dejé de hacerlo y me fui olvidando de él.

Pero esta tarde, después de meses, dormí una siesta larga y profunda y allí me encontré con Julio Agosto, en esa casa al lado del médano, en medio de un jardín florido. Yo en sueños pensaba: “no puede ser, si esto lo inventé para contarle a Cachorra”. Pero Julio Agosto venía, me abrazaba fuerte con sus manos callosas y su barba gris y me decía, con voz aguardentosa: gracias por todo, ahora te toca navegar a vos.

14 noviembre 2008

Rol del Periodismo: Ah, bueno!!

Según dice Clarín aquí ayer hubo un debate en el Congreso Nacional sobre el “Libertad de expresión y rol del periodismo”.

A juzgar por la notita, esperamos que la jornada haya sido más rica que las miserables cinco líneas que le dedican en el diario. Y, sobre todo, que haya habido otras conclusiones un poco más profundas que aseverar que “el periodismo debe ser el perro guardián de la democracia”.

Aparte perros perros son Verbistsky y un servidor.

13 noviembre 2008

Que lo cumplás muy felices!

"El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza." Arturo Jauretche

Esta debiera ser nuestra frase de cabecera. Siempre.
Feliz cumple, Don Arturo. Gracias.

Y dale!!

Sigamos dándole pasto a las fieras. Vamos bien.

A ver quién es el primer boludo que elogió el homenaje a Alfonsín y sale a criticar este.

Más que polarización, se viene el polarizado. ¿O no, Escriba?

11 noviembre 2008

Alianza CC-UCR: ¿una buena para Néstor?

Parece que, con prisa pero no tanto, que son todos radicales, avanza la unidad de varios sectores de la oposición política al gobierno nacional.

No voy a ponerme a chicanear ni a Carrió ni a Morales acerca de las linduras que se dijeron hace poco más de un año, cuando eran adversarios electorales. Y no lo voy a hacer por un motivo sencillo: no soy buchón ni me gusta practicar la anti-política como vienen haciendo ellos para acumular. Una de las claves de la política, para este humilde servidor, es juntar más que los otros. Y para eso hay que juntarse con otros. Así de fácil.

Para empezar, me parece bien que se unan y que traten de ganar elecciones. Porque de eso se trata: de ganar elecciones. Después vendrán los análisis de si esta nonata Alianza está cimentada sobre valores e ideologías comunes o no. Y seguro también vendrán los versos de siempre: que habrá un acuerdo programático, que no persigue un objetivo meramente electoral y así.

Sarasas, mentiras, chantadas. A otro perro con ese hueso. A mí no me la cuentan porque ya me la contaron con la –otra vez, perdón- alianza UCR-Frepaso (me acuerdo ahorita del IPA, Instituto Programático de la Alianza que presidía un tal Terragno. Se metieron los cuadernitos celestes y blancos en el tujes y De Santibañes y Cavallo los usaban de anotadores, ¿o no Puri?).

Así que empecemos por decir la verdad, Lilita, Gerardo, Rubén?: se juntan para tratar de ganar una elección, ¿estamos? Nosotros, los bárbaros populistas no le tememos a blanquear ese tipo de objetivos.

Lo que en verdad creo que importa es mirar para el otro lado del ring. Al oficialismo y sus satélites. Y bosquejar algunas reflexiones. Si este acuerdo de la oposición avanza (e incluso crece, con la probable incorporación del socialismo o del cobismo), se obturan o decrecen las chances de las colectoras o de posiciones como ésta. Claro que también obliga a estos a un grado mayor de apertura que la que naturalmente venían insinuando.

Pero, sobre todo, y aquí lo paradojal, la novedad de la alianza CC-UCR es que puede llegar a ser una buena noticia para éste señor. Sí, me la juego: suben las acciones de Néstor en el armado, ya que pasa a tener el fantasma de la unidad opositora para disciplinar hacia adentro y, por ende, mayor autonomía relativa de las distintas facciones oficiales.

Por si no se entiende. Está bien que los cívicos-radicales se junten para ganar. Tan bien como que se junten los progres-nac&popu-peronchos-pejotistas.

En una próxima entrega, quién sabe cuándo, una mirada veloz sobre los otros actores de este circo: Cobos, Macri, De Narvaez, Duhalde y Jorge Asís. Y también sobre el Si Pero, Propuesta Sur y nuestro pollo para Capital, el joven brillante moronense, que debiera mudarse a Mataderos de vuelta.

Si ella lo dice…

Alguien muy, pero muy muy, cercano a Mendieta no anda bien de salud. La morfina le pega duro y le da bronca como se equivoca al hablar, confundiendo nombres y palabras. También le da sueño. Pero me dice, ayer, desde la cama: “Esa Carrió está rematadamente fanática y el odio le brota por el bronceado. Pero loca no está: quiere capitalizar el gorilismo que resurgió en el país. No pensé que iba a volver a vivir cosas tan tristes como el desprecio abierto por los pobres. No aprendemos más, nene”. Y eso que no lee a Manolo.

Tenés razón vieja.

07 noviembre 2008

Cosas que prefiero




Prefiero:

La Justicia a la Verdad

La verdad a la mentira

La mentira a la nada.


La realidad a la esperanza

La esperanza al desánimo

El desánimo a la resignación.


Los bombos sonando a las cacerolas sonando.

Las cacerolas cocinando a las cajas de alimentos

Las cajas de alimentos al hambre.


La alegría a la duda

La duda a la tristeza

La tristeza al cinismo.


Ganar que perder

Perder de a muchos que ganar solo

Empatar con los amigos.


El amor al odio

El odio a la injusticia

Y la injusticia a mi desidia.


La vida a la muerte

Y la muerte a la inmortalidad.


Las margaritas a los cactus

La Luna y el sol a las nubes

Y el horizonte bajotodo, sobretodo.


Tu sonrisa. Y la tuya. Y la mía también.

Un mar de sonrisas,

Y bañarnos ahí.

06 noviembre 2008

La marcha de hoy

Lo voy a decir sin vueltas. Estoy en contra de la marcha de hoy al Congreso para apoyar la sanción de la reforma previsional.

Creo que es un error y que no aporta nada. Y que habría que dejar en las retinas catódicas de los que miran el partido por la tele el patetismo de De Angeli y de Bergman de ayer.

Tiro mis números para hoy: 152 votos positivos.

Igual, y aunque esté en contra, creo que me escapo para ver a los blogueros amigos.

15 horas en Callao y Mitre. Si ven un perro por ahí, soy yo.


ACTUALIZACION DOCTRINARIA:

Dijo Mauri K: "Mendieta, explique porq es un error y porque no apota nada,si puede".

Dijo mendieta: "a) no va a ser masiva. Y los medios te lo van a hacer notar.

b) se corre el riesgo de que te armen algún bardo y te la pudran cuando estás ganando.
Por citar dos nomás.

Hoy se vota



Ponela en el vestuario antes de salir a la cancha Agustín.

05 noviembre 2008

Están ladrando y en llamas

Primero leo esto. Después esto. Y al ratito esto.

¿Yo estoy un poquito loco o estos muchachos están desbarrancando?

Parecen bloggers, che.

Vamos Negro!!!!

Como diría Homero: "Señor presidente, hice campaña por el otro candidato pero voté por usted!".
Ganamos!!!!
Ies, ui quen!!!
Que alegría negroi!!!

(Cómo? También me van a criticar ahora? No era que nos tenemos que integrar al mundo? Bue: yo ya empecé)

PD: Querido Obama: Las invitaciones al Simposio de "Interculturalidad, Género y Nuevas Tecnologías" en New York, al Congreso de "Jóvenes Líderes por un Mundo sustentable y amigable con las minorías" de Chicago y a la Mesa Redonda de Formación Sistémica e Integral de Recuperación de Países mishú-mishú en California, favor de dirigirlas al gmail. Gracias)

04 noviembre 2008

On live: La reunión de Comisión de Previsión y Presupuesto.

Vamos a hacernos los periodistas por un rato.
Acaba de pasar a un cuarto intermedio la reunión conjunta de las Comisiones de Presupuesto y Previsión de la Cámara de Diputados. Allí se está tratando la reforma a la ley provisional.

El oficialismo presentó un dictamen de mayoría que contempla dos grandes modificaciones al proyecto original del Poder Ejecutivo.
Por un lado, la creación de un Consejo (el meneado Consejo Cuatripartito de Control). con la siguiente conformación: 1 representante de la ANSES, 1 de la Jefatura de Gabinete, 2 representantes del Congreso, 2 por la banca, 3 por los trabajadores (CGT/CTA), 2 empresarios y 2 del Organo Consultivo de la ANSES (los jubilados).

Por otro lado se especifica que los fondos “sólo podrán ser utilizados para el pago de beneficios provisionales”, remiet al Art. 74 de la Ley 24241 (la Ley Provisional) con respecto al menú de inversiones autorizadas y prohíbe taxativamente la inversión de fondos en el exterior.

La UCR y el PS abandonaron la comisión (no entendí muy bien por qué, quizá por costumbre) y se pasó a un cuarto intermedio hasta las 19 horas para que la oposición “pueda estudiar las modificaciones”. Un gesto de caballerosidad del oficialismo, ya que tienen el apoyo del SI y de Lozano con estas incorporaciones.

Así que a las siete y cuarto, máximo, se aprueba.

Mendieta el Renegau, Buenos Aires, Argentina. Volvemos a estudios, gracias.

ACLARACION: los errores de tipeo los dejo. Es que todavía no tengo editor.

Haciendo amigos progres.

El que la sabe lunga lunga de esto es el Criador. Yo no tengo la más pálida idea de la diferencia entre Kansas y San Francisco.

Lo único que voy a decir es esto: si fuera norteamericano supongo que votaría por Obama y hasta quizás usaría un pin de él.

Pero no lo soy. Por eso quiero que gane Mc Cain. Porque en todo caso los republicanos te empoman pero antes no te hacen el verso progre, ese que te hace ilusionar con que traen un cambio y te muestran una campaña de lo más cool (encima con Scarlett). No. Los republicanos no te dicen “te quiero, y esto lo hago por tu bien” antes de zamparte el cachetazo o un misil aire-tierra.

Pero bue. Otra vez voy a perder, supongo.

Y sí. Ahora critíquenme por bárbaro amiguitos de Palermo Algo.

03 noviembre 2008

Epístolas: de las vanguardias políticas

Un lector de este blog nos envía el siguiente correo:

“Mendieta: te leo bastante seguido, pero no me gusta comentar. Sólo que tu post de ayer, el de “Sueños de los años felices” me hizo demasiado ruido interno. Vos ahí planteás una serie de “sueños” que tendrían distintos exponentes de la clase trabajadora. Y el ruido es que todos ellos suponen no poner en discusión el sistema capitalista actual, ese que hace –precisamente- que la clase obrera sólo tenga pesadillas. O sea: un tanto demasiado conservador tu post. No lo dejo como comentario pues no quiero que te ofendas. Saludos. Roque”.

Roque: no me ofendo, la próxima dejá tu comentario así el resto también se prende. Pero me das pie para pensar algunas cosas y compartirlas con vos y con el resto de los que leen estos ladridos.

Detrás de tu no-comentario hay un sinfín de supuestos. Pero me voy a centrar en uno: las vanguardias políticas. Un tema de lo más prolífico e interesante y polémico. Así que voy a sentar una posición personal, como si a alguien pudiera interesarle.

En mi devenir militante he ido aprendiendo, lentamente, la importancia de reconocer al otro en tanto tal y no en tanto lo que espero de él. Generalizando, supe aprender –recorriendo rutas y barrios, pueblos y ciudades- que los sectores populares tienen para enseñarnos mucho más a nosotros –clasemedieros, universitarios, ideologizados- que nosotros a ellos. Así, he tropezado con varias piedras que fueron golpeando y abriendo una cabeza dogmática y prejuiciosa, la mía. Por supuesto que no pretendo tener la iluminación de cuáles son los “verdaderos” sueños de los sectores populares. Hay tantos sueños como personas. También es cierto que provengo de una familia culturalmente clasemediera pero bolsillísticamente obrera, así que ese cruce no me resulta tan extraño. Para que se entienda: mi primer vacación fue a los 23 años y sentía culpa.

Pero sí tengo en claro algunas cosas: cuando estás desempleado, querés empleo. Cuando tenés hambre, querés comer. Cuando no tenés vacaciones, querés vacaciones; cuando no sos efectivo en un laburo, querés ser efectivo; y así. Esto es muy sencillo y primario y supuestamente desideologizado. Pero sólo supuestamente. Porque cuando tengas comida, laburo, vivienda, salud y escuela para tus pibes vas a ejercer tu derecho a reclamar y luchar por otros derechos.

Por eso, así como creo en la fuerza movilizante de las vanguardias artísticas, culturales o, incluso bordeando el oxímoron, académicas, no creo en la potencia transformadora de las vanguardias políticas. Y ojo que no hago un juicio de valor sobre sus intenciones, sólo sobre su eficiencia y eficacia a la hora de representar y conducir a los sectores sociales que pretenden conducir y representar.

¿Son necesarias las vanguardias políticas? Sí, claro. Son necesarias pues te obligan a tener siempre a mano un pensamiento crítico sobre la propia praxis militante de aquellos que no somos vanguardistas ni lo queremos ser. Por ejemplo, este post, producto de tu comentario y de mi consiguiente reflexión.

O sea, para mí: Ni un paso adelante, ni un paso atrás. Adentro.

Para terminar esta respuesta chapucera. Así como respeto profundamente a la generación del 70 y me representa en valores éticos e ideales políticos, soy de los que piensan que hoy por hoy no hay mejor revolución que un reformismo constante y sostenido. Y que quien hace un cordón, pone una cloaca o mejora un camino rural, está cambiando el mundo. Ese mundo.

Y por último. Gracias Roque por hacerme pensar. Trataré de seguirla en otro momento. Da para mucho más, no?

02 noviembre 2008

“Lo que no se puede es dejar de escribir”

Saben que no acostumbro a copiar y pegar textos enteros. Pero este de acá abajo hizo, esta mañana, antes de preparar el nesquik con tostadas para Cachorra, que sintiera un escalofrío.

La emoción, la soledad y el encuentro, el compañerismo. La resistencia. El amor a la vida. Qué maravilla esa pluma, que, como bien dicen, no es anónima. Es colectiva.

“Perder ganó”, en Miradas al Sur.

POR H.I.J.O.S
Nota colectiva

¿Ganar o perder? Los polos opuestos se atraen y eso lo sabemos muy bien. Raquel Robles es hoy flamante ganadora del Premio Clarín de Novela 2008. Su obra, Perder, presenta a la autora como ganadora pero... ¿cuánto podemos decir de su pérdida? De nuestra pérdida.
Porque fue por la pérdida que nos encontramos y así, perdiendo, crecimos juntos. Y eso es todo ganancia.

Hace 15 años comenzamos a mirarnos a los ojos, a ver y observar con profundidad. No podíamos encontrar por ningún lado a nuestros padres. ¿Estaban perdidos? No. Habían perdido. Sí. ¿Si? En definitiva, cuando te pasa algo así, esa ausencia se transforma en derrota y así nos encontramos, perdiendo, desde hace mucho tiempo.

Perdimos a nuestros viejos, pero tan sólo eso sería insignificante. Porque además de perder su abrigo, perdimos su espíritu; nos lo robaron, mejor dicho. Nos quisieron robar sus nombres y sus rostros. Sus sueños. Y sobre todo el futuro.
Pero la pérdida no implica no ganar.

Porque ganar va implícito en cada acto de la vida, si se lo busca. Y para buscarlo es que nos encontramos. Y empezamos a caminar. A reconocernos en nuestras historias y a reconocer que, para ganar nuestra historia, era imprescindible apretarnos fuerte. Brazo con brazo, hombro con hombro. Eso hicimos. Poniendo la mira sobre un objetivo claro: pelear contra la impunidad.
Ganamos. Encontramos ese proyecto por el que lucharon nuestros compañeros y compañeras. Nos reconocimos en sus ideales y los asimilamos como parte de cada uno. Ganamos madurez y crecimos como personas, como colectivo y como actor político. Y junto a esta victoria fuimos conociendo a Raquel. Ganadora desde el primer día. Dispuesta a perder, pero jugando a fondo y sin mezquindades.

Hoy se la premia como escritora, como novelista, pero debemos decir que en el brillo de la estatuilla o en el de sus ojos encontramos no sólo palabras brillantes o una buena historia con sentimiento. Porque en Raquel, además, hallamos una novela de derrotas y victorias. El compromiso por una lucha que trasciende generaciones. Una lucha por la dignidad. Este premio tiene un pañuelo blanco sobre la frente. Es un grito, alarido de los despojados, consuelo de los humildes. Es una denuncia desesperada Por los que no tienen techo o mueren bajo las balas del gatillo fácil. Para los que escondemos tras las rejas o desterramos con el paco.

A cada integrante de la agrupación puede gustarle o no la novela Perder, pero si buscamos una crítica común, una que lleve las posiciones del conjunto, esa síntesis que tiene que incluir a todos y a todas, caeríamos sin lugar a dudas en un melancólico ejercicio de memoria que nos dejaría moqueando por una largo rato. Porque precisamente esa es una de las grandes virtudes de Raquel. La síntesis colectiva. Su palabra conciliadora ante las posturas más distantes, su claridad política para mostrar un panorama mucho más amplio al contemplado y su adicción por la justicia.
Así es que con cada palabra de nuestra compañera encontramos la construcción de un relato común, de un mismo posicionamiento ante la vida, de una filosofía de lucha. Un cuento de múltiples autores. Ninguno anónimo. Todos forman parte de la organización H.I.J.O.S. Los que hoy estamos y los que están volviendo. Cada distinción nos enorgullece. Las que van al colectivo o las que reciben los compañeros y compañeras en forma personal. Eslabones de una misma Identidad, se enriquecen mutuamente y se disfrutan como una única verdad.

Hace algún tiempo esta entrañable compañera decidió seguir su propio rumbo, con el mismo horizonte y con la plena convicción de llevarse consigo todo nuestro apoyo y deseos de fortuna. Nos dejó con el vértigo de tener que poner en palabras lo que piensa un colectivo. Quedamos con la difícil tarea de suplantar una tinta punzante y en colores.

Este artículo no pretende ser un homenaje a Raquel Robles. Intentamos en su persona reconocer a todos los compañeros y compañeras que triunfan en sus vidas dejando bien alto el nombre de esta agrupación. Sabemos que si ella lo lee va a darse cuenta de que seguimos siendo los mismos. Verá que la extrañamos y que también la necesitamos.

Necesitamos que siga con esa fuerza. La que nos marca que todavía podemos Perder. Que Julio López no está y que muchos genocidas se siguen muriendo impunes. Fuerza que nos muestra que para ganar hay que arriesgarse y que tomar la voluntad de hacerlo es más importante que cualquier resultado. Porque si junto a Raquel no hubiéramos salido a escrachar a los genocidas, leyendo los discursos discutidos por todos pero escritos por ella, hoy no podríamos llorar al ver que ratas como Bussi lloran, pero entre rejas. Porque mientras no sepamos qué pasó con cada uno de nuestros desaparecidos, vamos a seguir necesitando de alguien que nos cuente un cuento, que los pinte grandes y que los traiga al recuerdo. Porque mientras sean los apropiadores de nuestros hermanos los que nos entreguen los premios, nobleza obliga, vamos a seguir escribiendo esta novela viva del Juicio y Castigo.

No nos vamos a engañar. A veces perder y ganar van de la mano. De eso se trata esta nota.
Perdemos porque nos duele la ausencia La de nuestros compañeros pero por sobre todo la de una sociedad que no puede entender que entregar premios no limpia los delitos.

Ganamos porque la compañera se lo merece. Ganamos porque este premio nos devuelve energía para seguir luchando, nos muestra que lo imposible sólo tarda un poco más y que ya estamos un pasito más cerca.

Porque más allá de si logramos llegar o no, lo importante es transitar este recorrido, sabiendo que se puede perder o se puede ganar.
Lo que no se puede es dejar de escribir.
Gracias Raquel.

Gracias H.I.J.O.S., hermanos, digo yo.