31 octubre 2011

Las mareas



Tenía por costumbre leer primero el último renglón de cada libro y solo después comenzaba con la contratapa y luego por el primer capítulo. Y por eso mismo no miraba, casi nunca, películas en la televisión y sí  gastaba fortunas en el videoclub. Porque así llegaba con el dividí, lo metía en el aparato y con el ff llegaba hasta la última escena antes, incluso, de elegir el idioma y sentarse en el sillón del living.

 Nunca pudo entender del todo esa manía de sí mismo, que le gustaba llamar costumbre. Aunque había, claro, con los años, los libros y las películas, elaborado algunas teorías, algunos supuestos, algunas hipótesis. Más que nada para excusarse.

Se decía, y también decía a los otros, cuando trataba de explicarse, que la ficción era segura, tangible, estable. Y en eso, vale decir, hay que admitir que era irrefutable. Que un libro puede ir para un lado y para el otro, seguir un desarrollo clásico o rayuelesco, una novela decimonónica o postmoderna, o lo que sea que esté de moda. Pero que sin dudas había un punto final y siempre lo había. Y antes de eso un último párrafo. Y después de eso un fin, a veces puesto, como en los viejos libros de la Colección Robin Hood, con mayúsculas. Así: FIN. Y a veces no, pero después del punto terminaban y chau. A otro libro. A otra historia.

También decía, por las noches, sentado en los bares a los que había dejado de ir, que extrañaba esas películas de sábados de super acción que al final ponían “the end” sin más vueltas cuando, sencillamente, terminaban. Y abominaba militantemente, y se ponía enfático, de esos recursos tan noventistas de colar una última escena entre los títulos, sobre todo cuando eran supuestos gags con equivocaciones del rodaje.

Por supuesto que admiraba con devoción, y también lo contaba en los bares, a las personas que lograban establecer finales claros e indubitables. Decía que todos esos elegidos eran protagonistas de historias que él tenía la obligación moral de escribir para hacer docencia entre los indecisos y las almas sensibles y cagonas. Y ponía como ejemplo, siempre el mismo ejemplo, a la mujer esa que una noche había entrado a una clase de canto allá por un barrio del oeste y, pidiendo permiso, había sacado del enorme estuche con ruedas un arpa y ahí nomás se había puesto a tocar una canción de navidad. Y que cuando terminó de tocar levantó la cabeza de entre las cuerdas y dijo, ante el silencio de los aspirantes a cantores: terminé. Así, fácil, dijo: terminé. Y luego se paró y se fue sin saludar.

Que no, decía. Que buscaba, en la ficción y en las noches de luna llena, preguntas en los desarrollos y certezas en los finales.
Que para dudas ya tenía el ir y venir de las mareas, las mujeres, los sinónimos y los espejos. 

29 octubre 2011

PNT

Buenos Aires, Miércoles 26 de octubre de 2011.


- Bip, bip, bip.
-Hola petiso, cómo andás?, soy yo.
- Ah, hola, que decís, acá estoy, escribiendo.
- No me tomés por pelotudo, por favor, qué carajo vas a estar escribiendo, si escucho el ruido de las pelotitas de tenis.
- Eh, jeje, bueno, sí, estoy pegando unos tiritos, pero las dejo todas en la red, no sé qué me pasa.
- Es la altura, te caga la altura. Bajá las rodillas, flexioná, agarrá la pelota de abajo, dale con top. Mucha rosca.
- Jeje, rosca, eso me gusta.
- Bueno, petiso, dame bola a mí un minuto. Te necesito. 
- PNT o blanco? Si es blanco tenés que hablar con mi productor comercial, eh.
- PNT, la puta madre. De qué carajo me sirve hacer publicidad con vos. Lo que necesitamos es que hables un cacho mal de nosotros. Cada vez nos lee menos gente. Hay que hacer algo.
- Eso les pasa por no investigar. En cambio yo escribí 500 páginas. 500 páginas escribí! Y vendí a lo loco.
- A los locos, querrás decir. Bueno, vamos a lo concreto. Me ponés algo así: 
"Kirchner era un hombre que evitaba aportar a su interlocutor información sensible sobre él mismo y sobre sus asuntos más personales. Pero, al mismo tiempo, usaba sus relaciones esporádicas para obtener datos que pudieran servir a sus fines. 
- Esperá, despacito que estoy tomando nota...
- Metele petiso, no tengo todo el día. Sigo:
"Un día, durante su primero o segundo año de gobierno, me empezó a hablar de los comentarios anónimos en Internet. Estaba obsesionado con las descalificaciones que recibía en los portales de noticias. Preguntó, como al pasar, qué se podía hacer para neutralizarlos. Le sugerí que lo mejor era ignorarlos: si no eran críticas lógicas y bien argumentadas, en el fondo no tenían ningún valor. Pero El no opinaba lo mismo. Consideraba que eran un arma política muy agresiva y efectiva. Y se preguntó qué pasaría si cada una de esas agresiones pudiera ser respondida con un insulto más fuerte. 
- Jeje. Ya entendí para dónde vas. Qué hijo de puta que sos.
- Shhh, callate que ahora viene lo mejor. Copiá.
" Sin saber bien de qué estaba hablando, casi por intuición, Kirchner había empezado a crear, a partir de su necesidad y desde la pura voluntad, el primer ejército de blogueros k que un día se metió en las redes sociales y que ahora es "hegemónico", igual que muchas usinas de poder oficial".
- Brillante. Además quién carajo me va a desmentir, no? Dalo por hecho, mandame la tarasca esta noche. Mañana sale

27 octubre 2011

Los abrazos.



Anoche decía, embriagado por el sueño y un inexplicable malestar, que estaba un poco triste. Pero tampoco era eso. Vamos, que nunca aprendí del todo a darme cuenta por qué me asalta a veces un sentir que mezcla tristeza, melancolía, nostalgia y ganas de pelear. He derrochado palabras tratando de entenderme y también me he resignado a, simplemente, atravesar esas confusiones del modo más caballeroso posible.

Es (soy) raro. Porque muchas veces, sino todas, me pasa cuando lo sensato sería estar contento o, al menos, serenamente satisfecho. Me pasa cuando algo termina, concluye, game over, listo, fue. Me pasa, sobre todo, cuando ganamos y entonces hay que dejar el campo de batalla, levantar el campamento y partir en busca de otra trinchera.

La guerra permanente, la campaña permanente, el sentir permanente, la ambición permanente: el desayuno de los obcecados que pierden al triunfar.

Hoy no estoy, como anoche, ya lo dije, exactamente triste. Porque no me pone triste el fallecimiento de Néstor. Lo que me pone triste y me conmueve es toda la gente que se pone triste por la muerte de Néstor. Es esa maldita costumbre de buscar mediaciones populares para sentir.

El domingo en la plaza me detenía a mirar, de lejos, los abrazos que los compañeros se daban.
Ayer por la noche veía por la tele las afueras del Juicio de la ESMA y los abrazos que los familiares se daban.
Anoche miraba como empezaba la vigilia y los abrazos que los laburantes se daban.
Ayer, entonces, escribía: el signo de la época es el abrazo.

Y vuelvo a leer, un año después, sentado en la misma silla que descubrí hace poco que tiene la magia de hacerme llorar, lo escrito hace un año.

Y entonces los vuelvo a abrazar a todos porque me quiero dejar abrazar. Y encontrarme ahí.

Populismo Mágico


* Desde Noviembre podrás disfrutar
la obra completa en diferentes
espacios públicos de La Matanza...
porque tanto ahí,
como en todo el país,
nos sentimos orgullosos de ser Argentinos.

** Habilito a los que están
orgullosos de ser Argentinos
a realizar copias de la obra
en los siguientes materiales:
digital, papel, tela o tela vinílica, o lo que sea.
Los invito a intervenirlos
como mas les guste
(yo lo hago siempre con pintura fluorescente)
Y si desean, me invitan a participar
de sus inauguraciones,
a las que aconsejo se invite
a personas que están orgullosas
de ser Argentinas, y si es posible,
a los que abrieron sus corazones y
descubrieron que es posible, vivir en un pais
justo, libre y soberano.
Juan

HECHO JUAN. AHÍ VAMOS.

26 octubre 2011

#Chamuyo de ayer

Les dejo el audio del programa que conducen los amigos @Viscurt y @dieguez_ y en el cual estuvimos junto a @orgullozombie lanzando nuestras parábolas sobre las elecciones, el kirchnerismo, los festejos del domingo, el rol del periodismo y algunas cosas más que conviene no escuchar cerca de menores y de las cuales, por supuesto, no emití opinión. Que soy un tipo serio.

Me divertí mucho. Gracias.

S01E19 Abelardo Vitale (@mendieta) y Nicolás Lantos (@orgullozombie) by diego-papic

24 octubre 2011

Correr

Y entonces se cortó la luz mientras me lavaba la cara en la pileta de la cocina. Me gusta lavarme la cara ahí mientras se calienta el agua de la pava y escucho la radio y por la ventana veo un poco de sol.
Y el silencio. De golpe el silencio y tratar de ignorarlo. Y salir al patio, sentarme bajo la sombrilla con la pila de diarios que antes, temprano, había comprado a la vuelta. ¿Todos? todos maestro, tengo que laburar. Y mirar las tapas. Y frenar antes de abrir alguno. De golpe frenar. Como no pude hacer anoche, cuando llegué a las 3 de la mañana y ya habíamos tomado vino y nos habíamos abrazado, primero en el cuartito del fondo, al lado de las pantallas azules, después en la calle y después en la Plaza. En esa misma plaza en la que hace 10 años corríamos escapando de los gases.
Y entonces pensar en el tiempo. El tiempo que va pasando. Diez años. Veintipico de ciudad. Más desde que entré por primera vez a una Unidad Básica desde donde veía el mar, justo antes de empezar a barrerla y un otro poco antes de que me echaran por zurdo.
Y en los kilómetros. Pensar en los kilómetros. Aprendí a viajar con este chiste. Y a conocer todas las provincias. Y a enamorarme de las rutas de tierra roja de Misiones, del barrio toba en Rosario, de la chica que en en el barrio Aeropuerto de Tucumán me dejó que alzara su bebé para dormirlo, de las calles desoladas de Cutral Có, del frío de Tartagal a la noche, de los asados con compañeros, de los balcones de Alta Córdoba, de las estaciones de micros en las madrugadas, de las calles del conurbano. De irme. Enamorado de, cada tanto, dejarme ir, con la mochila y unos libros.
Corriendo, siempre corriendo. Porque todo es urgente cuando te aferrás a la esperanza de algo que ni siquiera sabés bien qué es. Y esa esperanza es, ahora, sentado en el patio, en silencio, sin que vuelva la luz, aquella incertidumbre, ese vértigo, esa inconstancia (¿cuándo te vas a territorializar, pedazo de huevón?, me preguntan los amigos que me quieren y yo hago que no los escucho), ese navegar en los bordes, esa pasión por el alambre y el juego, aquel desamparo, esta rutina, las cagadas, los errores, aquella curva, las traiciones, las renuncias, los compañeros que fueron pasando, las peleas, el sinsentido, alguna buena oración, una idea, un sentimiento encontrado en la banquina, este escrito tontamente confesional.
Y esta puta basurita con forma de memoria que se me metió en el ojo desde hace un rato y que me nubla la vista cuando sólo quiero sentarme a leer los diarios.

22 octubre 2011

Jungla Política del Miércoles

A pedido de la barbarie, la mazorca y la anti ilustración, el programa del miércoles donde se habló de economía con Matías Kulfas y Levy Yeyati, de política con Roberto Gargarella y Sebastián Etchemendy, del  libro Las Aventuras de Perón en la tierra con sus autores. Y charlamos con Pablo Ferreyra, para recordar el absurdo, horrendo e imperdonable asesinato de su hermano, Mariano.











Volvemos a estudios.

21 octubre 2011

Lo que estoy leyendo

"En la raíz de todos mis males, pensaba a veces Amalfitano, se encuentra mi admiración por los judíos, los homosexuales y los revolucionarios (los revolucionarios de verdad, los románticos y los locos peligrosos, no los aparatchiks del Partido Comunista de Chile ni sus deleznables matones, ah, esos seres espantosos y grises). En la raíz de todos mis males, pensaba, se encuentra mi admiración por algunos drogadictos (no poetas drogadictos, ni artistas drogadictos, sino drogadictos a secas, tipos raros de encontrar, tipos que se alimentan de sí mismos casi literalmente, tipos que eran como un agujero negro o como un ojo negro, sin manos ni piernas, un ojo negro que nunca se abría o que nunca se cerraba, el Testimonio Perdido de la Tribu, tipos que aparecían enganchados a la droga en la misma medida en que la droga aparecía enganchada a ellos). En la raíz de todos mis males se encuentra mi admiración por los delincuentes, las putas, los perturbados mentales, se decía Amalfitano con amargura. Cuando adolescente hubiera querido ser judío, bolchevique, negro, homosexual, drogadicto y medio loco, y manco para más remate, pero sólo fui profesor de literatura. Menos mal, pensaba Amalfitano, que he podido leer miles de libros. Menos mal que he conocido a los Poetas y que he leído las Novelas. Los poetas, para Amalfitano, eran los seres humanos brillantes como un relámpago, y las Novelas, las historias que nacían de la fuente del Quijote.) Menos mal que he leído. Menos mal que aún puedo leer, se decía entre escéptico y esperanzado".

Roberto Bolaño, en Los sinsabores del verdadero policía

Esto, sólo esto, una página, paga todo el libro. El que ahora me voy a seguir leyendo. 

18 octubre 2011

Canciones que vuelven



A mí me dolía la espalda por primera vez y no lograba acomodarme  bien en la silla, y entonces me dijo: "hay canciones que siempre vuelven, como los recuerdos, y cada vez que vuelven son otra cosa distinta, pero la misma". Ahí pegó media vuelta y se fue, llevándose todo el perfume que intuía en su cuello.
No sé por qué, pero otro día mientras bajaba del bondi y veía que empezaba de nuevo a lloviznar, me puse a tararear una canción y me acordé de esto, que pasó hace muchos años, no me acuerdo si era en Santa Rosa o en Quemú Quemú. Tampoco me acuerdo bien que carajo hacía yo en Santa Rosa. Y de Quemú Quemú me acuerdo del mejor amanecer que supe ver en toda mi vida.
Después recordé que con esa canción me enamoré, un verano, de Fabiana. Y después de varias otras. Cada vez que sonaba la canción me enamoraba del recuerdo de haber estado enamorado de Fabiana y cada una de las otras iba sumando un amor a la canción. Como un loop amoroso, eterno e infinito.
Creo que quiso decirme algo así, esa noche en que pegó media vuelta y yo me quedé sólo, sentado en la barra.
Raro el venir a darse cuenta tanto tiempo después de que era tan enquilombadamente sencilla la cosa.

¿Qué ves en tu barrio que antes no había?



Ahora en La Matanza.
Un saludo al publicista de Alfonsín eh, que re da en la tecla con lo que pasa en los barrios.
Y a los actores de De Narvaez.
Ta luego.

17 octubre 2011

Más Spots. Más para Lanús.



Ah, sí. Mirá.
Ta bueno, eh.

Buscando data para el domingo

Atención, lectores y lectoras de este blog. Como acá somos organizados, ya nos estamos preparando para el domingo de elecciones. Y con María Esperanza Casullo tenemos un ritual desde la del 2007: hacer un seguimiento minuto a minuto de los distritos que están muy disputados.


Así que repasamos brevemente los que ahora recuerdo de memoria, y solicitamos de vuestra amable colaboración para sumar los que aquí faltan:

1) Gobernación de Mendoza, entre la UCR y el FpV.
2) Municipio de Vicente López, entre García, de García (FpV) y Jorge Macri (PRO)
3) Municipio de San Martín, entre Ivoskus hijo (señora, ojo, esta vez va el hijo eh)  del FpV (?) y Gabriel Katopodis, del FpV.
4) Municipio de Necochea, entre la UCR y nuestro crédito Tellechea, del FpV.
5) Municipio de San Luis, entre uno de Rodriguez Saá y Enrique Ponce, del FpV.

6) Municipio de Malvinas Argentinas: Cariglino (Duhalde), vs. Vivona (FpV). Esta viene de hacha y tiza eh.
7) Pergamino: un radical cobista (?), vs Lisandro (FpV)
Gracias @foier.

Vamos, federalicemos la cosa, que si no es un embole ¿Dónde más hay pelea?

16 octubre 2011

Aprender a ganar



Saber ganar es a veces más difícil que saber perder. No estoy diciendo que es preferible perder porque nunca es preferible.  Tampoco estoy entrando aquí a los motivos que cada uno tiene para querer ganar. No se trata, estas líneas, de motivaciones psicologistas ni éticas ni morales. Ni siquiera trata, lamento advertir, de ganar “en política” o una elección. Vale para más, vale para todo.
Cuando competís en algo y luego de esa competencia se obtiene un resultado equis, siempre hay al menos dos factores en juego (aunque en verdad también siempre hay muchos más): lo hecho por uno y lo hecho por el contrincante.
Cuando uno pierde la evaluación posterior esconde algunas ventajas, quizás porque los dioses se apiadan, recién ahí, de los perdedores: es evidente que el que te ganó hizo las cosas mejor (atención, dije “hizo”, no dije “es”), fue más astuto, aplicó una mejor táctica, gambeteaba mejor, tenía un mejor saque o era más lindo o más seductor. Así que, al perder, lo primero es reconocer la superioridad co-yun-tu-ral del otro y lo segundo es repasar críticamente lo hecho por uno. ¿Y entonces por qué es más fácil perder?, se preguntarán. Bueno, porque la posterior evaluación crítica descansa más sobre uno mismo que sobre el adversario y siempre es más sencillo corregir lo propio que cambiar al otro. Siempre y cuando uno trate de ejercer esa cosa que llamamos inteligencia, claro. También están los que dicen: el mundo, incluyendo en él la mina que no me dio bola, está equivocado conmigo (seguramente estarán pensando en varios dirigentes políticos o en lagunos famosos editorialistas. Piensen nomás, me refiero a esos).
En cambio, cuando ganás, y sobre todo si ganás fácil, el riesgo es otro. El riesgo es dormirse, agrandarse, pensar que si ganaste esa noche vas a ganar todas. Dejás de entrenar 20 canastos de slices de revés, dejás de patear corners sólo al cono cuando tus compañeros ya se fueron de la cancha, dejás que te crezca la panza, dejás de leer para tener chamuyo con las chicas, dejás de mejorar como persona. ¿Para qué esforzarte no? Si ya sos un campeón. Bueno, ahí empezaste a preparar tu futura derrota.
Porque cuando ganás tenés una responsabilidad extra. Una responsabilidad con vos mismo, claro, pero sobre todo con los demás y con los dioses, que los primeros te ayudaron a ganar (incluyendo a tus adversarios que eran co-yun-tu-ral-men-te menos que vos) y los segundos que se hicieron los boludos mientras ganabas. Porque nada está escrito, y menos que nada el futuro.
Imaginate si estuviera hablando exclusivamente de política. Bueno, tenés que pensar que no se gana nunca. Porque nunca se termina de ganar (paréntesis: quizás aquellos que tengan una ideología revolucionaria piensen: sí, ganamos cuando hagamos la revolución. Bueno, vayan a preguntarle a Fidel Castro o a Lenin). Porque a lo sumo cada elección es un partido de un campeonato que nunca acaba, y cada triunfo electoral lo único que te permite es seguir jugando. Porque acá entramos en lo que dije que no iba a hablar: para qué querés ganar. Y eso es lo que importa.
No agrandarse si clavaste un 6-0, 6-0. No boludear haciendo “ole” si vas 3 a 0 en el primer tiempo. Ser respetuosos con los otros que también querían enamorar a esa o ese y esa o ese decidió enamorarte a vos.

Eso sí: festejemos como si se acabara el mundo. Que al otro día es lunes. 

15 octubre 2011

Leer



Puedo prometer que no diré nada falso,
¿pero querré decirlo todo?
Me reservo el derecho de mentir por omisión.
A menos que cambie de idea.
Lampedusa

¿Por qué? Por qué se pregunta, bajo un sol que asoma, mientras clava su mirada en un piso negro y desgastado. ¿Cuál es el secreto? ¿Está en las citas que abren los capítulos? ¿O en ir cambiando el narrador? ¿Está en la sucesión ordenada y cautiva de las letras, una detrás de otra, indivisibles?
¿Cuándo empezó el viaje? ¿En la infancia, en esas tardes lluviosas, asfixiantemente húmedas, encerrado con los barcos de Salgari en un garaje, con el mar ahí, despatarrado a tres cuadras? ¿En ese eucaliptus de un club de Olavarría? ¿Empieza ahora, hoy, en este patio que imagina a salvo de otro incendio? ¿Cuántas veces le pasó? ¿Para qué insiste una y otra vez? Quizás sea una frase. O menos aún, una sola oración. Esos incendios que trataba de evitar siendo bombero voluntario. Los mismos fuegos que empieza esperando que algo de eso tenga un sentido.
Por qué, se pregunta. Por qué hacerlo cuando todo está bien, cuando hay poco tiempo, cuando la agenda está llena de citas, de certezas, de –esa maldita palabra- progreso. ¿Qué busca? ¿Cómo busca lo que busca? Para esas arenas profundas tiene un buscametales. Para lo otro aún no sabe.
Hay un momento, una página. Y ahí está escrito que está en la caja de un camión que transporta verduras, volviendo de Mar del Plata. Se hace de noche afuera y adentro mientras el ruido del motor lo va adormeciendo. A la altura de Gesell, ya en plena oscuridad, se apoya en ella y por primera vez siente el latido de un corazón.
¿Por qué?, vuelve a preguntarse. Y lo único que se le ocurre es que esa es la música que todavía busca en cada libro y en cada autopista.

14 octubre 2011

Los creativos de Alfonsín: Data Inside


Publicista 1: - "Che, se nota mucho que Ricardo lee"
Publicista 2: - "Joya, un atributo positivo, mandalo así"
Publicista 1: - "Y bue..."


Publicista 1: - "Che, en el escritorio no hay un puto papel. Se nota que este no hace un carajo acá".
Publicista 2: - "Nah. Da ordenado, metódico..."
Publicista 1: - "¿Estás seguro?"
Publicista 2: - "Si, dale, dale, que empieza Fantino, pautalo".
Publicista 1: - "Y bue..."


Publicista 1: - "¿Te parece?"
Publicista 2: - "A full. Lo editamos. Corte de cámara 1 a cámara 2. Nadie se va a avivar"
Publicista 1: - "Mmm, no sé che. No es  muy convincente si no lo puede decir de corrido. Se nota que está guionado".
Publicista 2: - "Nahhhh. Vos sos un exagerado. Te dije ya que nadie se va a apiolar. Es más, sos un rompepelotas. Alguien te lo tenía que decir. Y quién otro, sino yo? 
Publicista 1: -"Uh, ese final es buenísimo. Grabemosló. Che, Ricardo, vení, repetí esto..."
Publicista 2: - "Joya. Mandalo a pautar. Estamos haciendo un campañon".
Publicista 1: - "Y bue..."





Todos y todas leen Artepolítica no?

Por las dudas, aviso de que salí a pasear el tipitapa por ahí:


“…la descolonización es simplemente la sustitución de una “especie” de hombres por otra “especie” de hombres. Sin transición, hay una sustitución total, completa, absoluta”.
Frantz Fanon. Los condenados de la tierra. Capítulo 1, La Violencia.
Ahora dicen que se viene un cambio de Gabinete.  Un nuevo gobierno con un gabinete renovado.  No por crisis, como suele pasar, sino por cambio de gestión, cambio de funciones, una necesaria adecuación.
¿Viene además un recambio generacional entre los funcionarios? Lo veremos. No es que me parezca súper relevante en sí por el sencillo hecho de que no somos de los que vemos valores intrínsecos según la edad que tenés. Por decirlo así: hay viejos buenos y viejos chotos.
Como también siempre decimos, habrá que ver cómo camina en los hechos el trasvasamiento. Qué cosas “nuevas” aportan los jóvenes. Qué tanto pueden mejorar las gestiones, plantear nuevos formatos o ser más imaginativos y eficientes. Como todo cambio puede ser muy bueno. O no.

Seguí acá. 

Adenda: miren con atención la foto de la empleada de Gasalla. En la cartelera alcanza a leerse: "Detalles". Bueno, de los detalles trata la nota. 

13 octubre 2011

Magia.



Sacada ayer, bajo la lluvia, en una calle de Ramos.
Gracias por la magia.

Un saludo a todos los publicistas.

11 octubre 2011

A 2 años de la ley de medios



Hemos visto y escuchado, en estos días, varios balances de cómo está funcionando la nueva Ley de Servicios Audiovisuales, al cumplirse dos años de su sanción.

Aquí una visión de Damián Loretti. Y también anda dando vueltas un paper de Martín Becerra, @aracalacana, con un interesante punteo crítico "de lo que falta", aunque creo que todavía no salió publicado en ningún lado.
Mañana los dos estarán en @JunglaPoliticaV, el programa que hacemos con Juan Pablo Varsky, @escriba @fcelesia y @laucuk todos los miércoles a las 23 por Canal 26.

La cosa es que yo quiero plantear otro desafío. Quizás el más difícil que tenga el futuro de la comunicación social en nuestro país. Un desafío que excede las cuestiones legales, los impedimentos judiciales que aún traban parte de la Ley e incluso las tironeos políticos alrededor del tema.

Hay que generar contenidos. El desafío de fondo es generar nuevos contenidos. Nuevos formatos. Nuevos lenguajes. Con calidad.Y darles aire. Porque los medios, medios son.
Hay, también, como siempre hubo, una inmensa corriente casi subterránea de artistas, músicos, actores, escritores, contenidistas, videastas, plásticos. Hay cientos de pibes ansiosos de ejercer su periodismo, de mostrar sus ideas, de sacudir el polvo. De hacer en sus provincias y en sus ciudades lo que vienen haciendo, pero para más gente. Romper los círculos cerrados en los que se encierran -con lógica de mercado o de su contracara, la lógica resistencial y elitista- estas producciones culturales.

Ganarse un lugar/Darles un lugar es quizás, en mi opinión, la verdadera batalla cultural.

Hay que airear. Y que sople fuerte.

10 octubre 2011

Ya votaste. Ahora elegí.





Sin palabras.
Sin palabras ante la emoción.
Sin palabras ante la vergüenza ajena.

Fuerza Victoria. Y gracias.

09 octubre 2011

Correo de Lectores: Independencia

La cosa es que uno lee todo. En parte porque uno es un marmota y en parte porque, bueno, trabajamos de esto. Y entonces leés en el correo de lectores del prestigioso matutino Clarín, ésta carta de un señor. Que dice, entre otras cosas, esto:
"La muestra (Tecnópolis) es una decepcionante sucesión de stands vacíos de contenido y escasa imaginación, en donde se subestima la inteligencia del visitante. La exposición presenta numerosos signos de precariedad a lo largo de todo su recorrdido, registrándose además interminables colas -algunas hasta de dos horas- para acceder a las escasas atracciones genuinas que la muestra ofrece. En el escuálido pabellón del Ministerio de Educación, pueden accederse a unas pocas netbooks sin Internet, pero no pueden tocarse los libros que se exponen en la biblioteca".


La cosa es que uno empieza a dudar. Porque, ante todo, uno duda. Vieron como son estas cosas. Hay gente que tiene todo claro y marmotas que dudan. Entonces dudás de los 3 millones que pasaron por Tecnópolis, dudás de las sonrisas de cientos de pibes, dudás de las familias enteras paseando y -atenti- disfrutando y aprendiendo y dudás, sobre todo, de lo que hacés. 


Y la cosa es que, ante la duda, tenés dos posibilidades: a) te hacés el boludo; b) chequeás. 
Y como uno es un marmota, pero no tan marmota, elegís la b)


Y te aparece que  Mariano Rovatti, a la sazón, el autor de la carta de lectores, el indignado escriba que publicara el prestigioso matutino, es éste señor, funcionario de Mauricio Macri.


¿Invalida que sea funcionario de Macri su visión sobre Tecnópolis? Para nada. Casi que lo que hace es explicarla. Y tender un manto de comprensión sobre las limitaciones que todos tenemos. Ahora sí: no hubiera estado mal que el diario nos lo informara. Cosa de poner en contexto, no? 
Por supuesto, me comprometo a recibir en Tecnópolis a Mariano y recorrer juntos las cosas que no vio para explicárselas. 


Un saludo para todos los que me conocen. 

08 octubre 2011

Un lugar



Un único lugar en el que ahora quiero estar.
Donde está todo, inmenso, infinito, para siempre.

06 octubre 2011

Crece el naranjismo



El @escriba me manda esto por mail sin avisar. Y yo estoy sólo en casa y hasta la gata se escapó. Ahora a quién abrazo?

Esto es rock



Los libros de viajes. La música que te lleva ahí.
Ser, solo, todos los otros del camino.
Rockearla en la tierra.

05 octubre 2011

Daltonismo generalizado

La detención del Pollo Sobrero termina siendo una pizza redonda de colorida paparruchada. Y dentro de ese total hay porciones que, ya cortadas, siguen siendo vergonzosas y preocupantes.
El modo de detenerlo, su incomunicación durante el fin de semana. La enorme distancia entre los dichos del juez el viernes y la resolución de ayer. El apresuramiento de algunos que, pareciera, prefirieron guiarse por los trascendidos antes que por los datos de un sumario que –no olvidar- era secreto. La labor de los investigadores policiales, que deben ser los mismos del chiste que detienen al chancho que grita “soy un zorro, soy un zorro”.
Otra vez más, la polarización en la tribuna. Si es mío lo banco, si no es nuestro es culpable. Y vale para los dos lados: para Sobrero y para Aníbal Fernández. La vida de verdad es más compleja que esa posición adolescente. (Y esto vale para oficialistas y para opositores) A ver si nos esforzamos un cachito en madurar, che.
La pretensión de algunos sectores de sacar ventaja de la situación: la CGT sacando un comunicado al menos confuso que, inevitablemente, iba a ser leído como un apriete al Gobierno. El Gobierno, o al menos sectores simpatizantes del mismo, entrando en una polémica con la CGT con los mismos modos y palabras que utilizan los sectores anti-populares, olvidando que –como al peronismo- muchas veces son criticados por sus aciertos más que por sus deméritos. Los periodistas militantes de los grandes medios, vanguardia de la oposición realmente inexistente, haciendo extraños malabarismos para pegarle el Gobierno, sin pegarle a Moyano, que salió a bancar a Sobrero, pero pegándole al sindicalismo, porque apoya al Gobierno, pero sin darle a Venegas, que también apoyó a Sobrero, pero Venegas es de Duhalde, pero también la CTA apoyó a Sobrero, pero la CTA apoya a CFK, pero entonces defendamos a la patronal ferroviaria, que es patronal, pero,  uy, son aliados del Gobierno, pero dándole duro a Aníbal, pero, pero, pero. Se marearon. Y se marearon porque las cosas no son blancas y negras. Y muchos se han vuelto monocromáticos y no ven los colores. ¿Alguien puede explicarme, sólo usando la lógica, el supuesto beneficio que pudiera obtener el gobierno nacional de todo este episodio?
Por último: la izquierda, que –como casi siempre- sigue tan daltónica como siempre. Entonces no puede comprender que en el movimiento nacional y popular hay matices, alas, fracciones, quilombos. Acostumbrados a resolver sus diferencias con rupturas, pretenden que los imitemos. Y no: no siempre se necesita romper para saldar las diferencias. Como no rompió Taiana, como no rompió el Evita, como no rompo yo.

Vamos. Ahora puteenmé tranquilos desde sus conciencias tan esclarecidas. Yo prefiero seguir caminando con mis dudas. Hasta luego. 

04 octubre 2011

El vacío

Un ruido.
Es un crack que llega de la calle.
Fuerte, negro, agudo.
Algo se rompió en mitad de esa noche.
Lo único que busca es leer en la borra.
Y ya no quiere que le entiendan cuando escribe. 

Apago al tele. Y entonces me desvelo una vez más. Así que al rato prendo la lámpara de la mesa de luz y empiezo a leer un libro. Hay que tener cierta disposición para leer libros. O cierta edad. En una época sabía leer en cualquier lado, a cualquier hora. Hasta en, claro que ediciones de bolsillo, chiquitas, maleables, los techos de los trenes. Ya no. Así que Calvino falla. No me puedo concentrar. Pienso en spots, en cierres de sumarios, en los proyectos que nacen, en el programa del miércoles. Y me levanto para salir al patio y fumar.

Son las 3 de la mañana y los diarios de hoy no están on line. Paso por Página, por Nación, por Tiempo, hasta por Clarín. Y nada. Entro a la Política on Line, a Diario sobre Diarios, al porno soft de Perfil. Y hace frío. Así que vuelvo a la cama, prendo la tele de vuelta y miro repeticiones. En TN pasan un segmento del noticiero de las 19, y Bour de FIEL sigue con su cantinela de “todo se va al carajo” mientras el periodista casi que sufre tortícolis de tanto asentir. Me duermo, pero antes de dormirme pienso que voy a soñar con María Laura Santillán y casi que tengo miedo que ahora el insomnio no se vaya.

Al minuto suena el despertador. Ya son las siete y media y enciendo la cocina y la compu. Vuelvo a repasar los diarios. Ahora sí: Pagina, Nación, Clarín, Tiempo. Siempre en ese orden. Mientras leo voy haciendo la lista de cosas para hacer durante el día de hoy. Cuando llego a 18 sufro un ligero vértigo justo cuando la gata pasa caminando por arriba de la mesa. Anoche no tomé las pastillas, estoy fumando mucho otra vez, tengo que hacer gimnasia, me estoy poniendo viejo de pronto. Me seco, me estoy quedando seco.

Hubo un tiempo que tenía mucho para decir acá y casi nada afuera. Me sobraban los motivos, las interpelaciones, el ruido de la calle. Hubo un tiempo que decir, en un blog, era decir algo no dicho en otro lado. Un tiempo en que la sorna, la mirada crítica y alternativa al sistema de medios tradicional era un aliciente para decir huevadas sin culpa. Ese tiempo se acabó. Al menos para mí.

Encima hay tipos que se hacen los piolas como nosotros desde los escaparates de las librerías. Y no me causa gracia. Carajo: no es lo mismo un diario que un blog. Y menos un libro que un diario. Dejen de joder, dejen de robar, dejen de ser tan vagos. Los vagos somos nosotros y yo creo en las instituciones.

Ayer le dije a un amigo: años de remar y al fin llegamos a una época maravillosa, que casi soñábamos. Lo único es que hay que olvidarse de ser protagonistas de ella. Fracaseremos al triunfar. 

Será cuestión de esperar sentadito en el cordón alguna cosa que valga la pena. 

03 octubre 2011

Resaca de #ElCumple


Esta es una de las imágenes que el groso de @elmalaguero iba a traer a su propio cumpleaños (y el nuestro) para festejar. Lástima que el pibe no llegó porque, bueno, este, o sea, digamos...sigue siendo un tanto...suavecito.

Acá, en su propio blog, todas las imágenes todas, de los 7 festejantes de #ElCumple.
No ampliaremos nada. Que acá hay códigos.
Qué noche Teté.

02 octubre 2011

Todo mal, todo Buenos Aires Negro

Hace un par de años, una noche que andaba para atrás, posteé esto y me fui a verlos al IMPA pero no llegué porque me perdí en el camino.

A Peche lo conocí militando. Y después ya no creía, como los seres sensibles, demasiado en nada.
Después, mucho después, nos reencontramos en la escuela donde su hijo y mi hija iban al Jardín. Peche limpiaba vidrios cuando andaba en la mala. Juntaba la guita de a monedas para editar los discos. Escupía de costado.

Que recontra puta Muerte de mierda. La odio.

Los nuevos spots de CFK

Acá están. Estos son lo primeros:





A rodar.

El ejemplo de Brasil



El gobierno central de Brasil es, históricamente, por motivos que seguramente un politólogo describirá mejor, muy generoso con la cantidad de ministerios que lo conforman: 24, más 8 Secretarías. Desde aquí sospechamos algunos motivos: tradicionalmente Brasil ha carecido de grandes partidos "de orden nacional" y, conjugado con esto, la emergencia de partidos "estaduales" muy fuertes -algunos con grandes caudillos aglutinadores- que tienen poco empacho a la hora de acomodar sus apoyos nacionales una vez alcanzado su primer objetivo estratégico: mantener el feudo bajo control. A partir de ahí, simplemente negocian sus alineamientos a cambio de algo que es moneda corriente: la obtención de parcelas de poder en el gobierno federal. Traducido: ministerios.

La otra cara de la misma moneda es el sistema que un partido con apetencia de gobernar el país debe encarar: una amplísima gama de alianzas coyunturales con partidos de las más diversas procedencias ideológicas a los que, en caso de ganar, habrá que "pagarles". Traducido: ministerios.
De algún modo parecieran funcionar aquí cierto "sistema parlamentario" larvado, donde se construyen mayorías electorales y parlamentarias a cambio de puestos de gestión concretos.

El sistema político argentino difiere y en mucho con lo acabamos de describir de Brasil. Hay en nuestro país, en términos históricos, partidos nacionales "fuertes" y un sistema presidencialista supuestamente más consolidado. Sin embargo, el actual gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha ido aumentando la cantidad de carteras ministeriales lenta pero progresivamente: los ministerios de Seguridad, de Turismo o de Ciencia son ejemplo de esto.
Ahora bien: por acá estimamos que las razones de este crecimiento no se emparentan con las brasileñas, si no más bien todo lo contrario. El sistema de conducción en la gestión de CFK, que continúa la tradición impuesta por Néstor Kirchner en el período 2003-2007, parece asentarse en una distancia corta entre los ejecutores y la toma de decisión política que ocupa el vértice. Entre Cristina y un subsecretario, para imaginar un caso real, no necesariamente media un secretario, un ministro y el jefe de ministros. Es un equipo corto, para decirlo futbolísticamente.
(Paréntesis: aquí hay que buscar, y no en otro lado, la inexistencia de reuniones de gabinete a la que es afecto el kirchnerismo)

Dicho esto, no resulta descabellado imaginar que, de ganar como todo indica las elecciones de dentro de tres semanas, el próximo gobierno se vea poblado de nuevos ministerios y de nuevos ministros. Será un modo de llevar a la formalidad lo que hoy es práctica política concreta.

En tren de bosquejar un par de deseos, permitanmé poner algunas fichas a los ministerios de Vivienda, Transporte y Cultura. Y, ya que estamos, al de Planificación Estratégica. Que va siendo hora de pensar el futuro de la Argentina en el mediano plazo.