02 octubre 2011

El ejemplo de Brasil



El gobierno central de Brasil es, históricamente, por motivos que seguramente un politólogo describirá mejor, muy generoso con la cantidad de ministerios que lo conforman: 24, más 8 Secretarías. Desde aquí sospechamos algunos motivos: tradicionalmente Brasil ha carecido de grandes partidos "de orden nacional" y, conjugado con esto, la emergencia de partidos "estaduales" muy fuertes -algunos con grandes caudillos aglutinadores- que tienen poco empacho a la hora de acomodar sus apoyos nacionales una vez alcanzado su primer objetivo estratégico: mantener el feudo bajo control. A partir de ahí, simplemente negocian sus alineamientos a cambio de algo que es moneda corriente: la obtención de parcelas de poder en el gobierno federal. Traducido: ministerios.

La otra cara de la misma moneda es el sistema que un partido con apetencia de gobernar el país debe encarar: una amplísima gama de alianzas coyunturales con partidos de las más diversas procedencias ideológicas a los que, en caso de ganar, habrá que "pagarles". Traducido: ministerios.
De algún modo parecieran funcionar aquí cierto "sistema parlamentario" larvado, donde se construyen mayorías electorales y parlamentarias a cambio de puestos de gestión concretos.

El sistema político argentino difiere y en mucho con lo acabamos de describir de Brasil. Hay en nuestro país, en términos históricos, partidos nacionales "fuertes" y un sistema presidencialista supuestamente más consolidado. Sin embargo, el actual gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha ido aumentando la cantidad de carteras ministeriales lenta pero progresivamente: los ministerios de Seguridad, de Turismo o de Ciencia son ejemplo de esto.
Ahora bien: por acá estimamos que las razones de este crecimiento no se emparentan con las brasileñas, si no más bien todo lo contrario. El sistema de conducción en la gestión de CFK, que continúa la tradición impuesta por Néstor Kirchner en el período 2003-2007, parece asentarse en una distancia corta entre los ejecutores y la toma de decisión política que ocupa el vértice. Entre Cristina y un subsecretario, para imaginar un caso real, no necesariamente media un secretario, un ministro y el jefe de ministros. Es un equipo corto, para decirlo futbolísticamente.
(Paréntesis: aquí hay que buscar, y no en otro lado, la inexistencia de reuniones de gabinete a la que es afecto el kirchnerismo)

Dicho esto, no resulta descabellado imaginar que, de ganar como todo indica las elecciones de dentro de tres semanas, el próximo gobierno se vea poblado de nuevos ministerios y de nuevos ministros. Será un modo de llevar a la formalidad lo que hoy es práctica política concreta.

En tren de bosquejar un par de deseos, permitanmé poner algunas fichas a los ministerios de Vivienda, Transporte y Cultura. Y, ya que estamos, al de Planificación Estratégica. Que va siendo hora de pensar el futuro de la Argentina en el mediano plazo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un Ministerio de Eliminacion de la Burrocracia no vendria mal, eh.

Mendieta dijo...

Estimado Anónimo: la existencia o no de burocracia tal como vos la entendés poco tiene que ver con mayor o menor cantidad de ministerios. POdés tener 5 ministerios con 50 mil al pedo, 40 ministerios con 50 mil al pedo o 2000 ministerios con 50 mil al pedo. O no.
Saludos.

Javier Ramos Mejía dijo...

Clarísimo, es para tener en cuenta que los nuevos ministerios son por ejemplo de "CIENCIA" y "SEGURIDAD" dandole importancia ministerial a dichos temas.