31 marzo 2008

Respiremos profundo blogosfera…uno…dos…tres... Calma. Calma, che.


En estos últimos días la blogosfera se calentó a pleno y hubo mucha más polémica. Si bien el tráfico aumentó bastante, los que andamos en esto sabemos que el impacto y el universo de lectores y comentaristas en los blogs políticos y económicos son, hasta ahora, bien reducidos en nuestro país. ¿Tres mil? ¿Cinco mil? ¿10 lucas?

De ahí que podamos decir que los que tenemos un blog o somos comentaristas habituales nos conocemos casi todos. Es una manera de decir, claro: yo no lo conozco personalmente al Licenciado Baleno, o a Lucas Carrasco, o a El Criador de Gorilas, o MarianoT (a quien por cierto, aprovecho para agradecerle todo lo que me está enseñando desde su blog. Aunque no comparta su posición). Podría exagerar y decir que ni siquiera sé si existen, tanto como ellos no saben quién está y existe detrás de Mendieta.

El otro día Mario Wainfeld, en la actividad organizada por MEC, planteaba su disgusto con el anonimato de los blogs. Y yo pensaba, mientras escuchaba, algunas dificultades que tenemos los que empezamos en esto con un seudónimo: “Mendieta el renegau” es una identidad que excede a quien lo escribe. A esta altura tiene su propia personalidad, una manera de decir ciertas cosas y plantear algunos temas que no necesariamente serían planteadas de igual modo si lo hiciera por fuera del blog. Es más: me permite decir cosas que, por razones laborales, no podría decir con la misma libertad y liviandad que te permite un post. Y no porque me censuren o comiencen a perseguirme. Simplemente porque iría en contra de mí mismo, de mi trabajo. Al mismo tiempo, ese anonimato me impide “capitalizar” en mi vida real algunos aciertos analíticos que supo tener Mendieta. Para que se entienda: un día, en una reunión, alguien me bajó línea a mí citándome un artículo que yo había posteado. ¿Me expliqué?

Por qué digo todo esto: porque en varios blogs amigos que leo cotidianamente noto un nivel de agresión y de insultos en los comentarios bastante creciente. Amparados en el anonimato, claro. Ni siquiera se molestan en ponerse un seudónimo, crearse una identidad virtual. Porque con alguien que tiene una identidad, aunque sea virtual, se puede intercambiar, debatir, pelearse y hasta ponerse de acuerdo, incluso.

Algunos casos son tragicómicos: te insultan y te acusan de intolerante en la misma frase. Otros ni se molestan en leer el post en donde comentan y simplemente GRITAN con MAYUSCULAS amenazas a diestra y siniestra. Otros son más burdos aún: algunos somos empleados de Alberto Fernández, de la SIDE, de Fidel y de Chávez, de la CIA y de la Mossad, de los Jedi y del Lado Oscuro.

¿Y saben qué? Lamento decepcionarlos. No nos da para tanto. Eso sí: sigan pensando lo que quieran. Somos tolerantes de verdad.

Que tengamos, todos, un martes en paz.

30 marzo 2008

Divina TV Führer

MEC, Pablo o Baleno deben saber esto, yo ya me olvidé. Pero estoy seguro que alguien, algunos, hicieron todo un desarrollo teórico al respecto.

¿Cuánto tiempo más durarán los piquetes del campo, ahora que los chacareros le tomaron el gustito a las transmisiones en vivo desde la ruta?¿Cuánto influye en la irreductibilidad de un individuo –aquel, este otro, yo- su constitución en figura mass-mediática?

Y conste que este peligro se cierne sobre cualquiera, de cualquier condición social, geográfica o económica: cuando te tocan los famosos quince minutos de fama, no querés que corra el segundero del reloj.

Allá lejos y hace tiempo, me contaron esta historia de uno de los primeros piquetes que se sucedieron en nuestro país: Tartagal-Mosconi. No viene al caso elucubrar semejanzas y diferencias con los cortes de ruta que vivimos en estos días, pero permítanme contar una anécdota que, estimo, funge como (¿el único?) hilo conductor entre aquellos y estos:

Junio. 2001: Hace frío, mucho frío, al costado de la ruta mientras empieza a caer la noche. De un lado desocupados, docentes, ex empleados de YPF, aborígenes borrados de los Planes Trabajar. A 200 metros, sobre la misma ruta, centenares de gendarmes vestidos de tortugas con ganas de mover el cuerpo de una vez. En el medio, una patrulla perdida del Gobierno nacional acompañando a un ministro con iguales dosis de valentía y de locura. Como en una película, los funcionarios se van acercando despacito por el asfalto mientras los líderes de la revuelta hacen lo mismo. Se encuentran en el medio y empiezan. Serena y sensatamente. Cuentan sus penurias: la falta de trabajo, de comida, de esperanzas. La desesperación de ese nene muerto porque no tenían guita para los antibióticos (Otra que no poder mantener a tu pibe que estudia en Agronomía).

Al rato parece establecerse un mínimo de confianza mutua con los dirigentes. Se puede hablar. No hay enemigos. Así que la delegación encara directamente para el piquete en sí. Al llegar, las carpas, los fogones y cientos de personas. Una mujer se da cuenta que se tiembla, del frío, de la tensión, del cagazo, y convida un mate cocido. Era un jarrito enlozado azul.

No dan las manos para anotar los pedidos y las reivindicaciones. Pero todo marcha bien hasta que, en medio de la oscuridad, se prenden unas luces brillantes: habían llegado un par de camarógrafos de TV. Y ahí se desmadra la cosa. Lo que hasta ese momento era serenidad y sensatez, se transforma en los gritos y los insultos de algunos (¿el ala dura?), las consignas se extreman, hasta aparecen algunos fierros. La mayoría se va plegando y hasta los mismos dirigentes, hasta ese momento, sentados ahí conversando, se ven obligados a endurecerse y gritar más fuerte. La negociación se cae.

Hay que esperar hasta la madrugada, bien tarde, cuando los camarógrafos, ya con los casettes llenos se aburren y se van, para volver a empezar. Cuando empieza a aclarar, a eso de las siete de la mañana, funcionarios y piqueteros toman el mate de la paz. Lejos de la TV.

No sé muy bien por qué. Pero creo que esta historia debieran leerla los del Gobierno Nacional y los de la FAA. También podrían leerla los directivos de los canales de televisión, pero no creo que les importe.

29 marzo 2008

Mea culpa


Estimo que mis últimos post han sido de los más flojitos desde que Mendieta empezó a ladrar. La excusa es obvia: cuando las cosas se tensan, cuando la esfera pública cruje y se zamarrea, cuando el conflicto se abre, abandona los cenáculos y gana la calle, la condición humana tiende a tomar partido, a extremar posiciones y abandonar la cuota de “racionalidad” necesaria para pensar constructivamente.

No estoy hablando de neutralidad. La neutralidad es como los gobiernos perfectos: no existen. Ni siquiera hablo de ser objetivo, gran mito de la modernidad. Hablo de no perder la inteligencia, la poca que podamos tener.

Anoche, luego de darnos una vuelta por acá, otros amigos nos convidan con una invitación irresistible para un viernes a la noche: “vamos a una reunión de discusión política, ¿quieren venir?”

Entonces llegamos a Parque Chacabuco y en el local hay cuarenta o cincuenta pibes y pibas -Sub 30 casi todos- y durante cuatro horas se discute, con altísimo nivel, del campo, de las retenciones, del proyecto popular, de la falta de cuadros y encuadramientos, de la clase media, de la horrorosa comunicación del gobierno, de los medios, de las medias reses, de cómo repartir la torta, de cuándo repartirla.

Hay disparidad a la hora de definirse “kirchneristas”, pero ninguna a la hora de desear formar parte de un proyecto nacional y popular de transformación. Hay mayoritariamente universitarios graduados, acumulación de saberes, funcionarios públicos de distintos ministerios y distritos, docentes, estudiantes, trabajadores todos, con ganas de ser militantes activos.

Lo repito: 50 chicos y chicas, un viernes a medianoche, discutiendo de política. Buscando la forma de “hacer” política más que de comentarla.

Seguramente, si hubiera pasado anoche por la puerta de ese local alguna de las vecinas que llaman a las radios diciendo “yo no entiendo nada de política, pero…”, se hubiera ido convencida que estábamos ahí como ejército de reserva de la mazorca bárbara. Y no: estábamos reflexionando críticamente sobre el proceso político argentino.

Uno de los pibes dijo: “queremos participar, no sabemos cómo ni dónde. Somos como kirchneristas anónimos”.

Hoy me levanto convencido de lo siguiente: no muchachos, no faltan militantes ni cuadros. Faltan dirigentes. A ver quién se pone el sayo.

Gracias por esas horas. La pasé bárbaro. No aflojen. Nos necesitamos.

27 marzo 2008

Artepolitica.com para ladrar


En este post debiéramos hablar del discurso de de la Presidenta.

Y decir que la señora tenía dos posibilidades: aflojar o endurecerse. A la mañana me levanté convencido de que iba por el afloje, pero empecé a dudar cuando leí esto. O sea, si el señor que se vio obligado a aflojar cuando todos bancábamos te recomienda aflojar, y vemos como le fue, mejor que no. El otro riesgo era el auditorio. Te puede marear: suenan los bombos, suenas las consignas (eso: actualicemos las consignas muchachos, aunque sea por el marketing), el aire se calienta y cualquiera puede derrapar de lo lindo.

Pero no. Ni duro ni blando. Conciliadora en las formas (“por favor, dialoguemos”/”Las puertas de la Rosada están abiertas”), bajando línea para adentro (“el peronismo nunca planteó la lucha de clases”), inflexible –hasta que finalicen el lock-out- en la decisión tomada.

Lo lindo: dijo que no era un conflicto sectorial, que había que asumir que era “político” (como dijo un bloguero ayer, no?), lo subió al ring a Macri, ninguneó a Carrió al ignorarla redondamente. Criticó a los que, desde el FpV porteño, teléfono para vos Diego, se opusieron a la suba de impuestos en la Ciudad (cómo me gustó eso).

El problema: si alguien me explica, y me convence, cómo se concilia el discurso de Cristina con el raid citadino y mediático de D´elía, juro que le hago un asado, con mollejas y todo.

Lo feo: el locutor llamando a Plaza de Mayo para el martes, cuando terminó Cristina. Caramba: ¿el conflicto va a llegar al martes? ¿Tan poca fe se tienen?

Y aunque parece que en el post al final hablamos del discurso de la Presidenta, todo es una vil excusa para anunciar que en breve también vamos a ladrar, junto a otros perros, en http://artepolitica.com/

Ahí trataremos de sembrar vientos. ¿Cosecharemos tempestades?

26 marzo 2008

Ladrando para arriba: la hora de sentar posición.

A ver. Hoy no quise mantener mis tradicionales hábitos burgueses, que los tengo claro. Por ejemplo, leer los diarios, ver noticieros y esas cosas que me configuran como un consumidor. Un consumidor de noticias, pero consumidor al fin.

Porque cuando pasan cosas importantes no hay que leer mucho. Hay que pensar.

De lo de ayer ya se dijeron, en la blogosfera, cosas que me representan por entero: acá, acá y acá, para poner algunos ejemplos. No abundaremos sobre ello.

Así que algunas cosas, con trazo grueso, al pasar.

1. El conflicto del campo ya no es un conflicto del campo. Lo desbordó, lo superó. El conflicto del campo fue el “catalizador” que necesitaban las dispersas fuerzas opositoras a este gobierno. Las fuerzas políticas, las económicas, las mediáticas, las sociales.

2. ¿Qué catalizó este “catalizador”? Una pizca de gorilismo, media docena de nostálgicos del neoliberalismo, un oscuro deseo de revanchismo por la elección perdida en el lejano octubre de 2007 y algo que es lo que unifica a todos estos sectores: el corazón. A diferencia de aquel ministro de Economía que dijo “les hablamos con el corazón, nos contestaron con el bolsillo”, hoy el Gobierno debiera estar pensando: “les hablamos con el bolsillo, nos contestan con el corazón”

3. Nos enfrentamos a una polarización social creciente y sostenida. (Aclaración: ya lo dije varias veces, lo repito: cada vez que las clases populares y las medias se enfrentaron, terminaron perdiendo las dos, una rápido, la otra más tarde. Así que no me reclamen a mí por el consenso, ah.) Así que el problema dejaron de ser las retenciones y es, redondamente, un conflicto político ideológico.

4. El Gobierno debe asumir que ya le resultará imposible captar para su proyecto a la mayoría de la clase media, urbana y de la otra, pero todavía está a tiempo de pegar un volantazo y definirse: ¿Quieren polarización? OK, polaricemos. ¿Quieren saber qué hacemos con la guita de las retenciones? Miren: la repartimos entre los pobres y los excluídos. Como planteó el Escriba “seguro ciudadano infantil para todos los pibes”.

5. Ahí volvemos a hablar. Podría garantizar que hay un 30% de la clase media que bancaría a full una medida como esa.

Con eso alcanza y sobra para gobernar un país. Para todos. Aunque algunos de los todos pierdan y se la tengan que aguantar, como se la vinieron aguantando por más de 30 años la inmensa mayoría de los compatriotas que nunca salieron ni saldrán por la tele.

Otra cosa: a los que estén en contra de mi posición los invito a putearme con todo lo que tengan ganas. Eso sí: no me pidan objetividad a mí. Que para algo dejé el periodismo.

Y otra más: lo de Delía no es "feo". Es tonto. Y eso es mucho peor.

25 marzo 2008

Cacerolas en Almagro: “media” vergüenza

Juro que se me escapó la tortuga. No entiendo más nada. Que suenen cacerolas en Almagro, como escucho ahora por la ventana, aunque sean pocas, está muy cerca de ser surrealista.

En otro post anterior habíamos dicho que bancábamos la protesta del campo, incluso los piquetes. Aunque estemos en contra, aunque nos parezca desacertado el reclamo. Pero lo entendemos. Entiendo al chacarero que no le cierran los números y que fue a la ruta. Incluso al grandote de la SRA, que sólo va a la ruta camino de Punta del Este pero, simplemente, hoy como siempre, no quiere garpar impuestos de ningún tipo y tenor.

Ahora bien, a mis vecinos de Almagro, que golpean su cacerola desde el balcón del dos ambientes, no los entiendo ni un cachito. Yo no sabía que algunos de ellos tenían hectáreas sojeras.

¿Solidaridad de clase?¿Manijazo de los medios?¿Hartazgo con el neo-populismo? ¿Un poco de cada cosa?¿Se repite la historia de los 50, con un brutal escisión entre clases medias y sectores populares?

Francamente, que los sectores medios de la ciudad, principales beneficiadas de este modelo y de la consiguiente reactivación (vía crecimiento, mayor empleo, subsidios a los servicios, etc.) sean los que se quejan, no deja de darme bastante vergüenza de clase.

Y una aclaración final: hace rato venimos planteando que cuando se producen este tipo de rupturas en la Argentina los que pierden –unos más rápido, otros un poco después- somos todos. Pero si lo mano se polariza, ya saben dónde buscarme.

24 marzo 2008

El Criador se ocupa de USA, Mendieta de las elecciones italianas


Se llama Carmelo Pintabona. Es candidato a diputado italiano por la Argentina. Acompaña a Esteban "Cacho" Caselli, que va para senador, en las listas de Berlusconi.

Ahora vuelvan al afiche que puse acá arriba por un instante. Miren bien. ¿Listo? OK.

Yo digo: si ponés en el afiche “Un siciliano al Parlamento italiano”, ¿el eslogan que se cae de maduro no debiera ser Votanos, sabemos dónde vivís”?

23 marzo 2008

Lo que une al gobierno, a la oposición, al campo, a la industria…


Hoy, domingo pascual me levanté con esta pregunta en la cabeza: ¿habrá algo que una al Gobierno, a la oposición, al campo, a la industria, a los editorialistas de los medios, a los que escribimos en los blogs, a la dirigencia, a los dirigidos?

Primero pensé: la Patria. La Nación, la república. Ya sé, no es lo mismo, pero para simplificar llamala como más te guste. Mmmm, no. Respuesta incorrecta. Eso no nos une. A lo sumo nos junta amontonados.

Después se me ocurrió: el poder. Con sus diferentes acepciones: el gobierno quiere más poder político, la oposición sacárselo para tener ellos un poco más, la industria más subsidios, el campo menos retenciones, los medios más influencia, los blogs más tráfico, la dirigencia más dirigidos, los dirigidos otros dirigentes. Y así. Mejor, pero tampoco. Demasiadas cosas diferentes, así que eso no nos une tampoco.

Me fui poniendo, con perdón de la efeméride, materialista. Ya sé: lo que nos une, a todos, es la guita. El gobierno pone retenciones para hacer más caja, la oposición se opone a eso porque para algo es oposición. El campo se opone a las retenciones porque quiere, aún, más guita. Los industriales apoyan porque quieren, aún, más subsidios. Los medios aprovechan y juegan sus intereses (Huergo vs. Bonelli, ponele) para facturar más guita, la dirigencia quiere seguir siendo dirigencia, y para eso se necesita más guita. Los dirigidos les piden más guita a sus dirigentes. Y los blogs…bueno, algunos hacen algo de guita chiveando. Sí, ahora estaba más cerca de la respuesta, pero no me convencía del todo. Por esa cosa de que la guita nos une en nuestras preocupaciones, pero nos divide a la hora de pensar en el reparto. Y como.

Estaba a punto de darme por vencido e irme a la cama de vuelta con un sordo ruido de angustia. Y de golpe, como una revelación, me cayó una probable respuesta a la pregunta inicial.

Lo que nos une, sí, a todos y cada uno de nosotros, es cierto clima cultural de lo efímero. Lo instantáneo, el presente continuo, el cortísimo plazo. Por cierto, no se me escapa que es una tendencia, sino mundial, al menos claramente occidental. Pero formamos parte de ella con los dos pies bien metidos adentro.

Entonces vemos gobiernos con políticas públicas por demás atadas a la coyuntura (como bien plantea hoy Wainfeld en Página12, hay un momento en que hay que abandonar la emergencia y entrar en “sintonía fina”), vemos una oposición desesperada por figurar en la prensa comentando la marcha del oficialismo en vez de dedicarse a armar sus propias propuestas y estrategias, vemos industriales que a la primera de cambio te venden la empresa al mejor postor, ruralistas deseosos de cazar la guita en grande ahora y toda junta en vez de más despacio y por más tiempo y podría seguir con los ejemplos por un par de páginas más.

Entonces: no se me ocurre ni por un segundo anhelar una sociedad monolítica, ni gobiernos “neutros”. Esa paz de los cementerios que es la puesta en escena de los que tienen la sartén por el mango. Su utopía. Hay, y debe haber, conflictos de intereses, pujas, peleas, tironeos. Política, bah.

Pero también debiera haber conciencia de que somos una comunidad y, nos guste o no, estamos atados a ella por bastante más tiempo que la próxima elección o la próxima cosecha.

Porque está bien, lo aceptamos aunque sea a regañadientes: vivimos en un mundo "líquido". Pero no sea cosa que nos termine liquidando.


21 marzo 2008

Haciendo periodismo: nada que decir


Alguna vez, hace varios años, escuché a Jorge Lanata decir que su sueño era tener un diario que saliera solamente cuando había alguna noticia importante para dar a conocer o algo interesante que decir. Menuda, e interesante, ambición para un empresario de los medios.

Quizás eso sólo sea posible en un blog. Publicar cuando tenés algo para decir. Como bien resalta hoy en este post el Licenciado Baleno, no creo que la potencia de los blogs sea hacer periodismo. O al menos, los blogs que a mí me gustan no hacen periodismo ni tienen esa pretensión. Hacen, hacemos, centralmente, opinión. Así que echarles la culpa de la mala información en los medios es de una berretada atroz.

Lo lindo de los blogs, a mí entender, es –precisamente- que no chequeamos la información, tenemos muchos errores y mucha subjetividad. Y que cuando aparece un post interesante se da un intercambio rico de opiniones, visiones, matices que, sin lugar a dudas, enriquecen al que está dispuesto a ser enriquecido.

Eso sí: no hacemos periodismo, pero nos gusta ver archivos. Por ejemplo, en que andaba la nueva figura peronista de la Coalición Cívica allá por mediados de 2007. Mirá, mirá a quien apoyaba para gobernador de Buenos Aires: Ups!

Simplemente esto, hoy que no tengo nada interesante para postear.

20 marzo 2008

Yo banco el paro del campo, y qué?


Breve, fuerte y al medio. Sí, banco el paro y, horror, también los piquetes que están haciendo en las rutas. Aunque me parezca mal.

Por qué? Porque también banco los paros de los laburantes en las fábricas cuando piden aumentos y los piquetes de los desempleados cuando piden algo de todo lo que hay.

Eso sí: al primer pelotudo que ahora anda diciendo “que barbaridad, como les meten la mano en el bolsillo a los productores” y que en el próximo paro de los recolectores de basura de la ciudad se queje llamando a Radio 10, sepa que Mendieta -aunque sea a distancia- le va a dedicar una puteada lo más fuerte que pueda.

Listo, ya lo dije. Me voy a dormir.


PD: ¿A nadie del "campo" se le ocurrió un discurso masomenos así: "La verdad es que, gracias al tipo de cambio y los precios internacionales tenemos mucha suerte de estar juntandola con pala. Por eso entendemos que el Gobierno nos aplique retenciones. Eso sí, nos gustaría que una parte de lo recaudado se invirtiera en mejores rutas para transportar nuestras cosechas, en mejorar la infraestructura de nuestros pueblos y ciudades, en mejores escuelas y hospitales para quienes vivimos acá, en Sunchales, en Pergamino, en donde sea, en generar mejores condiciones para nuestra actividad por si algún día las condiciones internacionales se revierten, etcétera, etcétera.
Una parte aunque sea, no sé, negociemos"? Quizás alguien lo esté diciendo, pero esto, o algo como esto, no lo escuché en ningún lado. Lo otro sí.

15 marzo 2008

Un día raro, como la vida misma



9:00 AM: Mendieta vuelve, una semana después de la intervención, a buscar los resultados de la biopsia. Va con fiebre, y aunque el resto de la jauría lo psicoanaliza con que lo que tiene es cagazo, él se planta cual ovejero alemán y se autodiagnostica una sencilla gripe. Y es así nomás. El resultado le confirma que –al menos por esto-va a seguir ladrando algunas décadas.

10:00 AM: Recibe, en pleno hospital, un mensaje de texto en el celular. “Anoche falleció la mamá de”, un compañero. Así que cambia de idea y, en vez de volverse a la cama, parte a Lanús Este. Villa Obrera, para ser precisos. En la esquina de Eva Perón y Suipacha es la casa velatoria. Nunca había visto a Olga hasta ese día, pero llega y está lleno familiares y de los compañeros del Centro de Jubilados, ese que presidió, secretarió y vocalió. Está lleno de esos que se fueron en micro con Olga a Chapadmalal, a Mina Clavero y a las Termas de Río Hondo. Vecinos de toda la vida, de un barrio de laburantes del Gran Buenos Aires. Mendieta se acomoda en la vereda del sol y piensa que, antes de morirse, Olga vio campeón a Lanús. Antes había tenido marido, hijos, nietos y amigos. Estaba hecha.

17:00 PM: Mendieta aprovecha la volada de un día sin laburar y va a la escuela a buscar a la cachorra. Sigue teniendo fiebre, pero no le importa. En el camino de vuelta, la cachorra le pregunta: “¿puedo ser amiga de un chico que me gusta?, porque si primero no me hago amiga nunca voy a poder ser su novia, ¿no?”. El sol brilla lindo por las calles de Almagro.

18:00 PM: Radio AM, un libro y a la cama.

19:00 PM: Suena el teléfono. La hermana de Eulogia está en la sala de preparto. Parece que el pibe nace hoy, nomás.

20:00 PM: Nació. Todo bien. Otro sobrino más. Mendieta se pide un té en el bar de ese Sanatorio tan bonito, tan hotel 5 estrellas, tan cerca de esas torres gigantes con luces en los tanques del techo, esas que tienen portones gigantes automatizados, en donde vive gente linda. Y, mientras toma el té, escucha a un señor que en la mesa de atrás dice cosas como éstas:

- “Te das cuenta, vino Condelesa Rai a Brasil y Chile (así dice: Condolesa Rai) que es una mina importante y acá no viene. Porque claro, cómo va a venir acá. Y que querés, con estos tipos que nos gobiernan”.

- “Por suerte Estados Unidos le debe estar mandando toneladas de armas a Uribe. Yo creo que, con esa banca que tienen de allá, en un par de años los terminan de liquidar a esos zurdos rompepelotas”.

- “Encima, nosotros vamos y nos metemos en ese quilombo. ¿Qué carajo me importa a mí si hay secuestrados en Colombia? Me explicás qué tenemos que ver. Pero como le debemos guita a Chávez tenemos que ir a apoyar sus pelotudeces al Caribe”

- “Porque sabés qué. Estamos viviendo de la guita que nos manda Venezuela. Si no fuera por Chávez esto había estallado hace rato, pero la gente es boluda y no se da cuenta, vistes”.

- “A ver discúlpame un segundo. Sí, ¿quién habla? Ahhh, que tal Garmendia, cómo anda. No, sí, ya lo deposité. Noooo, es que hoy a la tarde no fui por la empresa. Los viernes no voy, si anda sola. Pero claro. En la semana almorzamos y cerramos todo. Abrazo. Buen finde. Chau, chau”.

- “Era Garmendia. Le estoy comprando un piso acá, a una cuadra de Libertador, para el más chico. Es que quiere vivir solo. Y no le puedo decir que no, si a la más grande ya le compré uno en Puerto Madero cuando se casó”.

- “Volviendo. A mí, lo que me jode de los gobiernos no es que no piensen como uno, no? Es que no te dejen tranquilo. Como están haciendo ahora con los tipos del campo, los joden. Porque yo no jodo a nadie, viste. Me banqué la mala y empecé a remontar a full desde el 2002 y, la verdad, me está yendo bien. Pero, no sé, no me gusta lo que está pasando. No me gusta. Vamos a tener que hacer algo, porque si no…”

23:00 PM: Me siento acá a escribir esto. Creo que la fiebre se me fue, pero estoy más caliente que antes. Pienso en todas las Olgas que hoy fallecieron y en el orgullo que debían sentir por haber parido hijos comprometidos con los humildes de este país. Pienso en todos los Nicolás que hoy nacieron y la que les espera en esta tierra. Y también pienso cómo carajo me aguanté para no sacudirle la taza por la cabeza al tipo que estaba en la mesa de al lado. Me debo estar aburguesando.

13 marzo 2008

Para que lean en Puerto Madero. Y en Morón.

Se asume, sin vueltas, como de centroizquierda. Nacional y popular. Aunque es “respetado” por todo el progresismo y el centrorepublicanismo(?), incluyendo ese que ha calado hondo en los medios. Hasta La Nación lo trata bien. Sigue siendo “joven”. Es pretendido por la cooptación oficialista. Y por Binner. Fue pretendido por Carrió, pero por suerte zafó de consumar. Ha demostrado gestión concreta –esa cursada obligatoria según el “sentido común” de los periodistas de opinión- por varios años, sin tenerla fácil al principio. Da lindo en la tele con esos anteojitos. Tiene discurso. Supo moverse bastante bien para no quedar preso del oficialismo nacional ni tornarse un opositor tontamente virulento. Surfeó, bah.

En síntesis: mide.

Aunque también: en algún momento debe dejar sus pagos y saltar. Saltar no es fácil, pero hay momentos en que no avanzar es, sencillamente, retroceder. Trató de armar, pero hasta ahora mucho que no puede. Debe asumir, aun a regañadientes, que hay momentos en que sin encuadramiento nacional, uno termina más cerca de transformarse en un vecinalista que un dirigente político. No puede seguir vendiendo por siempre que es la renovación, lo nuevo, de la política. Ya es hora de que su tópico de comunicación no sea “lo nuevo”, sino “lo hecho”. Y, sobre todo, lo que está dispuesto a hacer a partir de ahora.

En síntesis: ¿Qué tal si te jugás?

Y también:

Necesitamos, queremos, anhelamos, andamos buscando, alguien para ganarle al buenazo de Mauricio en el 2011. Y para eso hay que plantar un candidato en la Ciudad en el 2009, para enfrentar a Michetti.

Así que, dicho todo esto, simplemente: Néstor, Martín, les regalo la idea.

Ah, me olvidaba. Sabatella nació en Mataderos. Si llega a cuadrar, no se olviden de este perro que juega en la mesa de arena.

12 marzo 2008

Una crítica de Crítica. Metacrítica, nomás

Del nuevo diario Crítica ya se ocuparon acá, acá, acá y, seguro, en algún otro blog que ahora se me escapa. Así que no voy a sumar otra columna crítica de Crítica. Sí, el diario es flojito y cuesta encontrar notas profundas para leer. La diagramación hasta ahora no me gusta, especialmente la de C, la revista de los domingos. Urgente una tapa nueva que parece un folleto de Easy (digo hasta ahora, capaz que en unos meses me “acostumbro” y me empieza gustar).
Tampoco me voy a detener a analizar la figura de su flamante director, el negocéntrico de Lanata. Ha hecho buenas cosas en el periodismo argentino y varias porquerías. Como muchos, salvo que el personaje lo come cada día un poco más, pero bue… (y sí, yo uso puntos suspensivos). Y me abstengo de linquear acá el video promocional “El último diario de papel”, porque me da un poco de vergüenza ajena.
Pero convengamos que está bueno que haya otro diario más y propongo que le demos su tiempo. Hay ahí varias plumas interesantes y algunos amigos. Y uno siempre quiere que a los amigos les vaya bien.
Dicho esto, hoy que me levanté bueno, comprensivo y republicano, una cosa:
-Si no afina la puntería, le va a costar encontrar el nicho de lectores. Simplifico: si van a hacer de “Crítica” un diario netamente opositor a este gobierno no le veo sentido al lanzamiento. Para eso están La Nación y Perfil. Lo mismo diría si la idea era hacer un diario “oficialista”: para eso ya está Página12. Yo esperaba que el flamante periódico se dedicara a ser un furibundo opositor a todos: kirchnerismo, macrismo, carriosismo y todos los ismos que anden dando vueltas por ahí. Y eso, hasta ahora, no se ve en Crítica. ¿Me explico, Jorge?
Y para fundamentar esto, el siguiente diálogo de verdad verdadero de ayer entre Eulogia y nuestro kiosquero amigo:
- Hola. Te quería pedir que no dejes más Crítica los domingos, era por el número 1 nomás.
- Uhhh, tá bien. Pobre gordo.
- ¿Pobre gordo? ¿Por qué?
- Porque el primer domingo agotó, pero en la semana como el 80% de los que habían pedido el número 1 vinieron a decirme lo mismo que vos.
¿Qué jodida que es “la gente”, no?

10 marzo 2008

¿Estaremos volviéndonos WASP?

La noticia es ésta. No tienen ganas de cliquear, simplifico: “El gobernador de Nueva York admitió haber sido cliente de una red de prostitución”. Ajá. ¿Y entonces?

Entonces que Clarín.com pregunta a sus lectores: “¿Cree que alguien en la situación de Spitzer debería renunciar a su cargo?”. Ya de por sí me sorprendió que propusieran esa encuesta. Convengamos que los argentinos -a diferencia de los estadounidenses- nunca nos preocupamos, por suerte, de la vida privada, sexual, amorosa, fiestera, de nuestros políticos y políticas.

Así que mucho más me sorprendió ver cómo va la encuesta al momento de escribir este post. Miren los resultados.

Como diría Fabio: “¿Qué nos pasa a los argentinos, eh? ¿Estamos todos locos?” A ver si damos vuelta este resultado…y salvaguardamos nuestras tradiciones nacionales, che.

08 marzo 2008

Un club


Cuando ya iba dejando de ser chico, allá en mi pueblo, si algo había aprendido a envidiar de otros pueblos y ciudades bonaerenses, eran los clubes. Sí, los clubes. Mi pueblo nunca tuvo un buen club. Estaba el Social Deportivo y la Asociación de Fomento pero…

El Social tenía, como todo patrimonio, una cancha de 11 que era un verdadero potrero. En los pozos podías encontrar petróleo, marcaban las líneas una vez cada cuatro meses, las redes de los arcos las ponía el canchero sólo cuando jugaba la primera y los vestuarios (una licencia del lenguaje llamarlos así) eran un desastre. Las chapas del techo, como resabio de oportunos piedrazos lanzados por ocasionales perdedores visitantes, tenían más agujeros que un colador. No había agua caliente ni por asomo y las paredes, hechas de sencillos bloques sin revoque, eran tan viejas que el sol se filtraba por las hendijas produciendo un efecto lisérgico al mezclarse con el olor a pis. Para colmo de males, ahí jugaban y entrenaban “los grandes”, que competían en la Liga de La Costa. Así que, muy de vez en cuando, a la hora de la siesta, podíamos jugar a la pelota ahí, en el lugar en donde supe estrenar unos Fulvencito negros con rayas blancas y tapones cuadrados que me había mandado mi abuelo de regalo.

La Asociación de Fomento era algo diferente. Había Sede Social, al lado del CineTeatro y la Biblioteca, esa a la que, todavía, tengo que ir a devolver un libro de Salgari. También había una calesita que funcionaba en verano y, atrás de todo esto, una cancha de papi fútbol, con un piso de cemento alisado tan a la bartola que te tenían que quebrar una pata para que te animaras a tirarte al suelo. Ahí se hacían, los fines de semana, los campeonatos de infantiles. Ahí jugué por primera vez en forma “oficial”, con camiseta y todo.

Recuerdos. Ir a la cancha del Social, en las noches de primavera, para ver como jugaban los campeonatos “intercomercios”. Porque a pesar de que había cuatro focos locos le habían encontrado la vuelta al tema de la iluminación. Era sencillo: ya que no había tribunas, como resultará obvio a esta altura, se “entraba” con auto y todo, así que los que iban llegando dejaban las luces de los Falcon, los 404 y las F100 prendidas.

En la cancha de la Asociación tuve mis primeros delirios de grandeza. Nunca supe muy bien por qué, ya que jugaba de delantero, pero mi fantasía infantil no tenía que ver con hacer goles. Era así: un día nuestro arquero se iba a lesionar, yo iba a entrar en su reemplazo porque no teníamos más cambios y sacaba, en el último minuto, una pelota que iba al ángulo. Para que el sueño funcionara era imprescindible que al costado de la cancha, mirando mi acto heroico y salvador, estuviera esa morocha de trenzas que me volvía loco y, sí, me hacía soñar despierto. Terminaba el partido, todos me abrazaban y yo me volvía valiente para invitarla a tomar un helado.

La otra canchita de fútbol estaba atrás de la iglesia. El cura del pueblo era un croata duro y tosco que nunca aprendió a hablar bien castellano. Pero tuvo una idea proselitista genial: hacer una canchita para los que iban a catecismo. Así que era un negocio bastante redondo para nosotros, una hora de catecismo semanal y 20 horas en la canchita. Nunca creí tanto en dios como en aquellos días.

Como les decía, había esto. Pero clubes, clubes, así, de verdad, nunca hubo. Vaya a saber por qué. Quizás a que, como en todo pueblo turístico, sin historia profunda ni tradiciones, la mayoría de sus habitantes se sentía más bien de paso. Quizás a la falta de una dirigencia comunitaria inteligente, quizás a que en el pueblo de al lado había un club grande y nosotros éramos más bien un barrio satélite. Quizás a una mezcla de todo esto.

Ya hace más de veinte años que me fui de ahí, mi patria, y no creo que algún día vuelva para quedarme. Pero si llegara a volver, fija, prometo, garanto, fundo un club.

07 marzo 2008

Lo que importa es la unidad. La traición va y viene

Mendieta estuvo, obligado por ciertas circunstancias, todo el día tirado delante del televisor. Así que se vio de punta a punta la Cumbre del Grupo Río. Creo que es la primera vez que se detiene más de diez minutos en un encuentro de estas características. Como a todo perro suburbano, cuando le hablan de Relaciones Exteriores le viene a la mente un cliché: chaboncitos de esos que hablan cuatro idiomas, que montan coches negros y que se la pasan de recepción en recepción mientras morfan canapés de caviar y se vuelven alcohólicos de puro embole. Claro, Mendieta detesta las hipocresías de la diplomacia.

Será, precisamente, por eso, que ésta Cumbre de mandatarios latinoamericanos le pareció tan entretenida. Vamos, que se dejaron de vueltas y se tiraron tanta fruta en la cara que reíte de una reunión de consorcio.

No creo equivocarme al decir que, seguramente, esta reunión pasará a la historia. Y que se escribirán miles de líneas en los periódicos y, quizás, hasta un par de libros. Pero aprovechando que es de noche y todavía no salieron los diarios de mañana para influenciar nuestra percepción de lo ocurrido, me juego con tres apreciaciones rápidas y al pasar:

UNO: Más allá del saldo final de “acuerdo” entre Colombia, Ecuador y Venezuela, los mandatarios latinoamericanos acaban de poner un freno grande como el Cono Sur a la influencia ajena (estadounidense?) en la región. Parecieron decir: “Que nos peleamos y nos arreglamos solos, carajo”.

DOS: Que el principal artífice de este resultado se mantuvo en bambalinas. Como corresponde a quien mueve los hilos.

TRES: Que la mejor sesión “parlamentaria” que recuerde en muchos años fue protagonizada por los Presidentes de las distintas naciones que conforman el Grupo Río. Quizás sea un signo de los tiempos. Hasta en esto se nota que los parlamentos de los parlamentarios (diputados, senadores) van para atrás.

05 marzo 2008

A los perros nos molestan los ruidos de las bombas

Hay pocas cosas de qué escribir, de qué hablar, en esta tarde gris. Una es la interna del PJ, pero me aburre casi tanto como leer esto. La otra es tirar algunos apuntes sobre el conflicto tricolor Colombia, Ecuador, Venezuela. Ayer tomábamos café con el Escriba y hacíamos la siguiente evaluación: hoy por hoy, una guerra puede llegar a ser conveniente para todos esos actores.

Uribe refuerza los márgenes de apoyo social interno aún más (por cierto, ¿cómo harán las encuestadoras colombianas para hacer sondeos de opinión “nacionales” si las FARC controlan no sé cuanto por ciento del territorio?) y termina de consumar sus relaciones carnales con Estados Unidos (otro paréntesis. Bien transparente lo de Bush: “apoyamos a nuestros aliados en Sudamérica y les recordamos a los congresistas colombianos que voten el TLC”. Esa es mi gente, fuerte y al medio).

Chávez aprovecha la volada para seguir polarizando hacia dentro de Venezuela y hacia afuera. En su interminable carrera de “movilización social permanente”, ¿qué cosa más movilizante que un conflicto armado?

Correa, desde Ecuador, aprovecha la volada para fortalecerse en su “nacionalismo”, aumentar el apoyo popular y presentarse al mundo. Entonces da notas en la CNN y le hace ojitos a Patricia Janiot.

A ver. Éste análisis de “conveniencia” está hecho desde una óptica “política”. Está claro que, militarmente no es así, pareciera que los colombianos tienen más armas, quichicientos soldados más y, sobre todo, andan en guerra hace como 40 años con las FARC. Vienen entrenados.

Pero como nosotros pensamos que la guerra es la continuación de la política por otros medios, andamos preocupados. No nos gusta que, cuando estábamos creciendo tranquilos en el patio trasero, nos empecemos a cascotear.

Así que, desde acá, les prendemos velas, hacemos votos, prometemos festejar sus futuros triunfos en los mundiales y bailar samba hasta el amanecer, si el único actor de fuste en la región manda a parar. Brasil, Lula, Itamaraty: en ustedes confiamos.


NOTA AL PIE:

En realidad, el contenido de fondo de este post es autoría del Escriba, pero como andaba medio chupado producto de la alegría de aparecer –junto a La Barbarie y Lobo Estepario- en la Gran Guía de los Blogs 2008, yo me aproveché de su debilidad y, mientras asentía con la cabecita a sus sentencias, iba pensando en chorearle sus ideas. Es que quiero ser un gran periodista, como el que dirige éste emprendimiento.