31 diciembre 2007

¡Simplemente, gracias!

Ya saben que hace un par de días, Mendieta hizo sus deseos para 2008 acá. Así que este post es simplemente para agradecer a la blogosfera por algunas cosas del año que se va.

A todos los blogs que me estimularon, primero como lector y luego cuando empezamos a publicar Mendieta el Renegau. A los que me enseñaron, me hicieron pensar, reflexionar y debatir. A todos los lectores y comentadores que hicieron lo mismo. A los que me linquearon cuando recién empezaba a postear ladriditos y me dieron consejos y empuje.

A los que en silencio entran, leen y se van.

A todos los que fuimos conociendo en estos meses desde que empezamos y que, mágicamente para mí que soy más bien 1.0, se fueron transformando en parte de mi cotidianeidad informativa y política.

A los que, venciendo la virtualidad, armaron encuentros, mateadas y asados para vernos las caras, discutir y hacernos amigos como quien no quiere la cosa.

Por último, y en especial, a Eulogia y la cachorrita, por aguantar que estuviera más tiempo que antes delante de la máquina.

A todos ustedes, en definitiva, gracias.

Trataremos, en 2008, retribuir tantas motivaciones con algunas líneas que, de vez en cuando, merezcan ser leídas.

Feliz 2008 para todos ustedes.

Sea revolucionario, quédese en la AFJP


A vos te hablo. Que en los noventa te compraste el buzón propio de la jubilación privada y que guiado por horas de publicidad estabas convencido que, cuando llegaran a viejos, iban a tener casa en el country, un velero y una amante joven gracias a los beneficios del “Sistema de capitalización”. Si, a vos, que tanto pero tanto te la creíste, que llegaste a mostrar con cierto orgullo de pertenencia el pin de Consolidar en el saco. Como si fuera el primer paso al carnet del Jockey Club.

A vos te hablo. Que después de varios años te diste cuenta que te curraban a lo loco con las comisiones y los gastos administrativos y que fuiste relojeando que los que se iban jubilando recibían mucha más guita de la parte estatal que de la “capitalizada”. Y que empezaste a preguntar cómo se hacía para volver a la jubilación del Estado cuando cerraron esa oficina hermosa, a la vuelta del departamento, llena de promotoras ídem.

Bueno, a vos, ahora te quiero pedir algo a cambio de aquel momento de, digamos, confusión: quédate en la AFJP. No te vayas. Si ya sé que tenés tiempo hasta hoy para pasarte. Pero aguantate ahí. Bancátela. Según dicen por ahí, como desde la ANSES esperaban tres millones traspasos y hasta ahora sólo se habrían concretado poco más de un millón, estudian cubrir el rojo de unos 1500 millones implantando éste impuesto.

Ahora te toca jugar. Quién te dice, el día de mañana te reivindicás y le contás a tus nietos que, gracias a vos, nuestro país pasó a cobrar un pedazo de la renta financiera como se hace en los países serios.

27 diciembre 2007

La socialdemocracia palmó. Rajen de ahí los buenos


Hace unos cuantos meses, Mendieta fue invitado a un Seminario que organizaba la Fundación Ebert en Uruguay en conjunto con fundaciones de partidos políticos “progresistas” de Latinoamérica. Participaban las fundaciones Chile21, la Liber Seregni del Frente Amplio uruguayo, la Perseu Abramo del PT de Brasil y el CEPES de… ehhh…este… mmm…de Argentina.

El título del encuentro pintaba interesante: “La izquierda en América Latina y Europa: nuevos procesos, nuevos dilemas”.

Hasta ahora siempre tuve vagancia para ponerme a escribir este post, por razones que no vienen al caso. Pero teniendo en cuenta que desde el Cono Sur siempre abundaron los que miraban para arriba del planisferio para “saber qué hacer”, y que hasta La Nación ahora habla bien de la “socialdemocracia”, no está del todo mal detenerse unos minutos para ver cómo andan las cosas en el viejo mundo, según ellos mismos, en el campo del “progresismo”.

Así que voy a detenerme en la exposición de apertura, dictada por Ernst Hillebrand (acá un artículo del chabón de septiembre, donde afinó la cuestión): “Los partidos de Centro-Izquierda en Europa: buscando un nuevo lugar en sociedades en transformación”. Ahí van los apuntes que guardé:

La crisis: “Los partidos de centro-izquierda europeos están en crisis. Hay pérdida de votos, de influencia y de militantes. Podemos establecer como causas la caída del salario producto de la mundialización de la economía, la pérdida de poder de los sindicatos y la caída de la lealtad en el voto juvenil”

“Hay nuevos temas en donde la izquierda no tiene respuestas, por ejemplo, la inmigración. Debemos aceptar que “el multiculturalismo” de la izquierda como estrategia frente a la inmigración resultó un fracaso”.

El fin de un ciclo: “Estamos frente al fin de un ciclo ideológico de la centroziquierda en Europa: el fin de la Tercera Vía, cuyo núcleo duro era una posición progresista en lo cultural, europeísmo u modernización económica” (aclaración: cuando dijo “modernización económica” era un eufemismo para “neoliberalismo”). La Tercera Vía implicaba un corrimiento hacia el centro (que fue exitoso en términos electorales) y el issue “educación” como igualadora de oportunidades en reemplazo de “una política redistributiva”.

Las consecuencias: La centroizquierda europea perdió credibilidad por el deterioro socio-laboral. Hay un crecimiento de la oposición a la Unión Europea y creciente resistencia en la gente al rol pasivo de la izquierda frente a la globalización de la economía. Los partidos de centroizquierda se alejaron de los sectores populares y se perfila un quiebre definitivo de la clase baja y media baja con nuestros partidos. También hay un colapso en nuestra comunicación política”

¿Qué necesitamos en Europa?: Un nuevo discurso político acerca de las “ansiedades” populares, sus miedos, sus temores. Romper los tabúes de lo “políticamente correcto” herederos del multiculturalismo. Dar cuenta de un anhelo social sobre “la identidad nacional”. Un nuevo estilo de comunicación que baje la arrogancia y la negación de los sentimientos populares”

Para terminar, una anécdota que contó Hillebrand sobre Suecia, en dónde la centroizquierda perdió el gobierno en manos de los conservadores: “Nuestra campaña hablaba de ´Suecia necesita´ , ´a Suecia le hace falta´. Los conservadores hablaron todo el tiempo de “los suecos necesitamos”.

Dicho todo esto: ¿Se dan cuenta por qué Mendieta banca al “populismo” y una pelea por “resignificar” su sentido desde Latinoamérica? Porque la socialdemocracia palmó. Rajá de ahí Martín, antes que sea tarde. Tenemos mucho laburo para hacer.

24 diciembre 2007

Noticias de ayer: ¿Roza lo discriminatorio, Aníbal?


Macri a través de sus funcionarios adelanta que piensa implementar algún tipo de admisión en los hospitales públicos para que los ciudadanos porteños tengan “prioridad de atención” por sobre los bonaerenses y los compatriotas del resto de las provincias. La cuestión es conocida y viene meneándose desde hace algunos días. Asombrarse o indignarse por esto es perder el tiempo: para ese tipo de cosas lo votaron, muchachos.

Así que, desde acá, el vizcachazo va para otro lado. Para vos Ibarra, Aníbal. Que salió a la prensa y dijo (acá y en 20 lugares más): “este acto roza lo discriminatorio”. ¿Cómo roza? ¿Roza?

¿Eso es la máximo que vás a decir? Claro, no sea cosa de malquistarse con los porteños que quieren que, efectivamente, se levante un paredón en la General Paz. Cuánto progresismo, puaj.

Hay instalada cierta opinión crítica mayoritaria contra Ibarra que sostiene que “Aníbal” es un saltimbanqui del progresismo capitalino dispuesto a cualquier trapisonda con tal de mantenerse en el poder. Fundamentan tal opinión descalificatoria en su historial de alianzas y “lealtades móviles”: fue chachista hasta que pudo autonomizarse como Jefe de Gobierno de la ciudad, “aliancista” hasta el 20 de diciembre al mediodía y el 21 visitaba su pueblo natal, Lomas de Zamora, para pactar la transición con Duhalde. Luego coqueteó con Carrió. Luego con Kirchner y ahora, legislador porteño “reloaded” se preocupa en demasía de declamar su “autonomía crítica” del Gobierno Nacional. No sea cosa que lo salpique algo feíto.

Pues bien. Nosotros no estamos de acuerdo con esa descripción maliciosa e interesada. Nosotros sospechamos que a Ibarra no lo desvela el poder ni la política. Siempre se jactó de que la política lo aburría y el poder lo tuvo varios años y no hizo absolutamente nada para retenerlo ni para ejercerlo en algún sentido.

Lo que desvela a Aníbal es la fama. Que lo saluden las chicas bonitas y le tiren besitos al aire. Que dé lindo en las fotos de los personajes de Gente. Que no se le note la pelada incipiente. Que en televisión los primeros planos capten esos ojos con brillito de ocasión. Para el caso, lo mismo hubiera sido para su ego que esa fama se la ganara como galancito de telenovelas, o integrante del equipo de Copa Davis, o como cocinero del Gourmet. Ese, y no otro, es el “noventismo” que encarna.

Pero fue “famoso” por la política, que le vamos a hacer. Y ahora pretende ser la principal figura opositora a Macri. Andá.

Los porteños estamos al horno.

22 diciembre 2007

Fin de año: deseo discriminador de Mendieta


Crecí en un pueblo turístico a orillas del mar. Por eso para mí el verano es, aún hoy, y a diferencia de millones de argentinos en que enero y febrero son sinónimo de vacaciones, la estación del trabajo.

Diciembre siempre fue el tiempo de los preparativos y de la esperanza. ¿Y Don Mateo.. cómo viene la temporada? ¿Vendrá gente? ¿Ya hay mucho alquilado? ¿Vendrán con guita? Esas son las preguntas de los diciembres en mis pagos, mientras se arman las carpas en los balnearios, se pintan los cordones de la peatonal y una especie de fiebre estival hace que los comerciantes cenen sanguches de fiambre en los locales mientras acomodan las estanterías.

Por eso, en estos días de las primeros calores y estas noches con cielos violetas y estas lunas naranjas grandotas cuando aparecen, yo no pienso en dónde pasaré mis dos semanas anuales de descanso. Pienso en el trabajo.

Dos cosas buenas tenía mi pueblo en mi infancia. Había una sola escuela y, por ende, ahí nos mezclábamos todos. Los hijos de los obreros, de los bancarios, de los municipales, de los heladeros, de los hoteleros, de los prestamistas y de los chorros. Esa escuela igualaba y esas amistades construidas eran mucho más fuertes que las diferencias sociales de ocasión. La otra cosa buena es que todos esos pibes, los de familia más acomodadas gracias a sus comercios exitosos y los más humildes gracias a la necesidad, nos acostumbrábamos a que en verano había que laburar sí o sí. Vamos, estoy diciendo que en mi pueblo no había clase alta.

Mi primer laburo “formal” fue a los 10 años, repartiendo volantes para una inmobiliaria. Aprendí allí a valorar el progreso, entendiendo como tal a los Peugeot 504 y los Renault 12 que, a diferencia de los Falcon y los Fiats, tenían flexibles los brazos de los limpiaparabrisas y hacían infinitamente más sencillo encajarles el volante. Tenía un objetivo claro al comenzar a trabajar: comprarme una Kodak Instamatic para sacarle fotos al mar en invierno. Me hubiera gustado conservar esas fotos que saqué. Después de eso fui heladero, despachante de naftas, mozo, empleado de inmobiliaria, vendedor de garrapiñadas en el cine y algunos empleos así de calificados.

Hace un rato acabo de comprar una bolsa de carbón en la vera de una ruta a un pibe de 10 años. Lo había visto esta mañana cuando llegaba a este lugar en donde “descansar” durante el fin de semana y fui su último comprador del día a las nueve de la noche. Cuando cargaba la bolsa en el auto me dijo “Felicidades” con una sonrisa bien grande en la cara. “Igualmente”, le contesté, con vergüenza. De ahí me vine, recordando, a escribir esto.

Tan cerca de las fiestas de fin de año, Mendieta el renegau se pone discriminador y les desea toda la felicidad del mundo sólo a los trabajadores, especialmente a los chicos y a los desempleados, que es el peor trabajo que hay. Y que el año que viene se redistribuya la alegría y la justicia. Y que hagamos algo, alguito, para que eso suceda. Amén.

Autora de la foto aquí. Gracias fenomenoide!

20 diciembre 2007

Recuerdos personales del 20/12

El Licenciado Baleno, la última revelación blogger, escribe aquí sus recuerdos de la jornada del 20 de diciembre de 2001. Es muy interesante su posición, incluso me ha hecho reflexionar y hasta recular con algunos de mis epítetos de ayer contra los asambleístas. Uno es así, me pueden tirar con la biblioteca entera de Alejandría y no me mosqueo, pero me tiran un Racing campeón y bajo todas las defensas. Como sea, me hizo recordar.

Noche del 19: Laburaba en el Congreso Nacional y esa noche estábamos cenando en el bodegón de Yrigoyen y Combate de los Pozos. De la Rúa acababa de dar su mensaje por cadena oficial anunciando el estado de sitio y ya había como mil bolazos dando vuelta sobre saqueos, golpes y la mar en coche. A eso de las 21, escuchamos las primeras cacerolas y un compañero dijo “uh, se cayó la estantería en la cocina”. Al rato, mientras los teléfonos celulares sonaban todos juntos y recibíamos noticias de Colegiales, Palermo, Caballito y Lugano, empezaron a llegar al Congreso los primeros manifestantes. El “que se vayan todos” todavía no sonaba.

Dejé el churrasco por la mitad y salimos. Un par de diputados que estaban con nosotros (aún siendo opositores consecuentes al gobierno) pusieron cara de susto. “Esto se va al carajo mañana a más tardar”.

La gente llegaba de todos lados. Hasta que alguien gritó “a la Plaza, todos a la Plaza”. Y allá fuimos, con la marea. En el camino Beto y Eulogia inventan el hit de la noche: “Que boludos, que boludos, el estado de sitio, se lo meten en el culo”. A los dos minutos lo cantaba toda la Avenida de Mayo y nosotros estábamos orgullosos de nuestros poetas. A eso de las 3 de la mañana tiraron gases y hubo desbande. Con mi mujer volvimos a casa y de ahí a lo de nuestros suegros: llevábamos el poder y el pasaporte para que la nena pudiera salir del país con ellos. Ella, que tenía un año, dormía en la cuna con su camiseta de Racing puesta.

¿Saben qué? Había mucha paranoia entre nosotros. Si había golpe militar, estábamos en un problema. Si De la Rúa retomaba el mando vía represión en alianza con las FFAA, estábamos en problemas también. Un par de días antes, compañeros de la CTA nos habían instruido en el arte de pegarse el palo: pasaporte y un canuto de guita. Dólares mucho mejor. Por las dudas, teníamos una cita pautada en Colonia.

Mañana del 20: Llegamos al Congreso a las 8 de la mañana. Ese día fue la primera reunión de lo que luego sería el Interbloque ARI-FG Autónomo. ¿Te acordás yynada? En la esquina de Combate de los Pozos había combate. Los pibes avanzaban con gomerazos y la Infantería sacudía con gases. Una de las bombas cayó en el hall del anexo pero no explotó. Todo era un caos. Nosotros tratábamos de armar un estado de situación en la sala de prensa, los diputados llamaban al Ministerio del Interior para que detengan la represión en Plaza de Mayo. No contestaba nadie. Se decide lo siguiente: una parte de los diputados se quedaba en el Congreso tratando de hablar con alguien. La otra parte marchaba a la Plaza. Me tocó acompañar. Fuimos en subte.

Llegamos a eso de las 9. Había relativamente poca gente, la inmensa mayoría pibes que sacudían las rejas frente a la Pirámide. Durante la noche habían encanado a decenas de personas, trasladadas a la Primera. Los diputados lograron pasar la valla para ir a entrevistarse con Servini de Cubría y yo cometí el error de quedarme ahí, al lado de la reja. Había vuelto al periodismo en un instante, sin pensar. A eso de las 10, Infantería hace el cambio de guardia y un chaboncito trajeado y con pin en el saco llega con órdenes. Ahí se prenden los motores de los hidrantes. Algunos nos apiolamos que iban a reprimir, pero el resto no nos creían. Me acuerdo como si fuera hoy, una mujer con su hijo de 10 años tratando de hacer la Gran Gandhi sentándose en el asfalto. Le grité que no fuera pelotuda y que sacara ya al pibe de ahí. Una bandita de pendejos se envalentonan con el ruido de los hidrantes y sacuden un par de piedrazos. Era lo que estaban esperando. Corren la reja y avanzan.

Rajo por San Martín, o Reconquista, no me acuerdo. Los cascos de los caballos de la Montada suenan a metal. Una granada de gas lacrimógeno me estalla a menos de un metro y me deja grogui. El muchacho del caballo aprovecha para enseñarme que cuando te pegan con el palito duele. Un hombre me agarra del brazo y me va llevando: “tranquilo, pibe, tranquilo”. Yo no podía abrir los ojos del gas, me estallaban. Ese tipo me saca un par de cuadras, para en un bar de Rivadavia, pide un limón y me riega la trucha. Sabía lo que había que hacer. Se despide diciéndome: “suerte, flaco”. Nunca le vi la cara ni pude agradecerle. Me lo imagino cincuentón y delegado sindical de los telefónicos.

Después me lavo la cara. Mis compañeros del Congreso me llaman al celular para saber si estoy bien. Tardo un par de horas en volver, porque se me da por hacer ejercicio. Esa tarde renuncia De la Rúa.

A la noche, ya en mi casa, veo por televisión todo lo que había pasado. Y me asusto, mucho, por primera vez en el día. Somos hijos de la imagen.

Ah, y a vos "Anónimo Bostero" que comentás en Ramble Tamble: andate a cagar.

19 diciembre 2007

“El poder no es algo que hay que tomar”: ¿Lo qué?


La contratapa de Página/12 de hoy trae ésta columna de Rubén Dri. Filósofo, teólogo, docente universitario. Fue sacerdote del Movimiento Tercemundista. Uno lo respeta e incluso se coló alguna vez a escuchar sus clases allá en Marcelo T. Tiene una trayectoria por demás meritoria en el campo popular. Sin embargo, y por si les da fiaca entrar y leer todo, hoy se despacha con frases como estas:

- “¿Cuál es el aporte fundamental de la pueblada del 19-20 de diciembre de 2001? Es una nueva manera de disputar el poder que podemos denominar el “método asambleario”. En la concepción anterior del poder, éste se disputaba mediante el partido o la organización previamente formada que dirigía las luchas populares. La puesta en marcha de esa concepción tuvo logros y fracasos, hasta mostrar su agotamiento con la derrota de los movimientos revolucionarios del Tercer Mundo y la caída del denominado “socialismo real”.”

- “Se replantea entonces…el problema del poder de otra manera. Antes se lo quiso tomar mediante la organización revolucionaria previamente organizada, ahora se lo quiere construir mientras se camina. Es el método asambleario. Es lo nuevo…”

- “El método asambleario supone, en primer lugar, que el poder no está en ningún lugar, que no es algo que hay que tomar. El poder no es. Las cosas son. El poder se construye al mismo tiempo que se construyen los sujetos, es decir, las relaciones intersubjetivas que son relaciones sociales”.

- “El gran desafío, la gran deuda, que tienen por delante los movimientos asamblearios de diverso tipo que circulan por el país es la superación como organización política que se ponga a disputar en serio el poder mediante su propia construcción del mismo”.

Lo primero que piensa Mendieta es que se compró un diario viejo. Lo segundo es, parafraseando a Norman, dejar de lado las parábolas: ¿De qué carajo estás hablando Rubén?

Primero: Si algo quedó claro de la experiencia de las “asambleas” es que no basta con reunirse en una plaza para que los reclamos tengan el carácter de “público”. Mucho menos aún, que sean populares. Convengamos que reclamar algo tan privado como tus ahorros no te puede dar chapa en defensa de “lo público”. (ya sé: las asambleas que quedaron no reclaman por el “corralito”. Pero ese es su sesgo fundacional, les guste o no.)

Segundo: ¿De verdad se creen que el poder no está en ningún lugar? ¿Que no se toma? No veo mayor funcionalidad a los poderes instituidos (fueran cuales fuesen) que negarles su existencia (poniéndonos religiosos: la mayor trampa del Diablo es hacernos creer que no existe. En eso hay un acuerdo estratégico con Dios).

Tercero: Viene a mi mente un recuerdo de marzo de 2002. Estábamos reunidos varios dirigentes y compañeros del Frente Grande que, en diciembre de 2001, dos semanas antes de la caída de De la Rúa, habíamos decidido romper definitivamente con la Alianza (no, Artemio, Ibarra no estaba entre nosotros). La cerrada defensa del movimiento asambleario la encabezaba alguien que luego llegaría a Ministro de la Nación y luego se dedicaría a perder elecciones en un par de distritos. Ese día, lo crucé con el argumento que acabo de exponer acá arriba en “Primero”. “Más que un discurso brillante, acabás de hacer un discurso brilloso, pero estás cegado por el brillo de la moda. No puede ser que esto sea una revolución. ¿Dónde se vió una revolución que pida “devolución”?.

Me miró fijo un par de minutos. Creo que me gané su respeto esa tarde. Pero si me hubiera callado la boca, capaz que Mendieta hubiera conocido el mundo un par de años después. Que lo parió.


ACTUALIZACIÓN: Gracias Escriba y Hal por las correcciones. No hay que escribir post post vino. Salvo que seas un Merleau-Ponty. Y no.

18 diciembre 2007

Revisando cosas viejas: reportaje a Jauretche en Crisis (1973)


En el post anterior, acá, sobrevolaba tangencialmente la cuestión de la identidad nacional a la hora de “leer” la realidad. Esto trajo un interesante debate y sustanciosos aportes de los comentaristas. La cuestión es que anoche, tratando de ordenar un tanto los millones de papeles, libros y revistas que están a punto de sepultarme acá, frente a la máquina, aparece entre mis manos el ejemplar N° 5 de la Revista Crisis (septiembre,1973). Tiene un olor a papel viejo maravilloso. Cierren un segundo los ojos y huelan. ¿Sintieron?

Ahí, un reportaje exclusivo a Arturo Jauretche. Título: Civilización o barbarie. En interné no está o no lo encontré, así que, a tipear algunos párrafos para compartirlo con ustedes.

-“En 1973, aún es válida la antinomia civilización-barbarie?”

- “Después de 1955 comprendí que estábamos ante una tentativa que repetía lo que se hizo en este país después de 1853: cerrar toda posibilidad de comprensión del hecho argentino sometiéndolo a las normas que ya se habían aplicado entonces. De ahí mi necesidad de profundizar en el revisionismo histórico para encontrar las bases de la defraudación de que el país había sido víctima. No solo en sus bienes materiales, en su conducción internacional, en su conducción política sino fundamentalmente en la conducción de su pensamiento”.

“Entonces me propuse como objetivo fundamental, dentro de los medios escaso que disponía, la tarea de trabajar sobre la mentalidad de las nuevas generaciones para salvarlas de la estafa de que había sido víctima mi generación y las que nos siguieron”.

“Encontré pronto que la base del predominio del pensamiento liberal era la consolidación de un establishment cultural, para el que sólo fueran válidos los hechos coincidentes con determinada política”

“El punto de partida de esta estafa se encuentra en una fórmula, consubstanciada con la historia tradicional, que presenta a la historia argentina como una alternativa agónica entre civilización y barbarie. Y dentro de esta fórmula la implicancia obligada de considerar barbarie todo lo propio, y civilización todo lo importado”

-“¿Se da lo mismo en la cultura? ¿También cabe la posibilidad de incorporar una cultura o de ser incorporado a otra?”

- “Ahí está la cuestión”… “Toda cultura, en realidad, no es otra cosa que la victoria del hombre sobre el medio y esta victoria no se logra contra el medio sino en él, adaptándolo y superándolo. Cuando se partía de la premisa de que había que desechar todo lo propio se quería proceder no por elaboración sino por trasplante. Y civilización o barbarie –esta antinomia que ha sido el fundamento de nuestra actitud cultural- es el principio de la estafa. Suponiendo que admitiéramos la posibilidad de realizar el pase de la barbarie a la civilización, hay que cuidar, fundamentalmente: quién, para qué y con quién se da este paso. No funciona la proposición de incorporarnos a la cultura, lo que debemos hacer, lo que queremos hacer, es incorporar la cultura a nosotros”.

-“Esto exige lealtad y respeto al “nosotros” previo”.

-“Tiene que haber, como que hay, un “nosotros” previo, una fe en nosotros y un claro pensamiento en nosotros como fin, como destino”.

-“¿Usted es un intelectual argentino?

-“No me haga ser ejemplo de nada por favor. Y especialmente no me busque reclamando fueros de intelectual, no estoy con aquellos que creen que el intelectual debe tener una consideración, un status, un consenso aprobatorio especial. Un intelectual es sólo un hombre más obligado en todos los terrenos, sólo eso. No quiero, no admito, ser definido como un intelectual. Sí, en cambio, me basta y estoy cumplido, si alguien cree que soy un hombre con ideas nacionales. Entre intelectual y argentino, voto por lo segundo. Y con todo”.

Tomá mate.

14 diciembre 2007

Preguntas sociológicas: ocupándonos de Carrió


¿Por qué los norteamericanos parecen, desde aquí, desde el culito del continente, una sociedad crédula? O sea: prendés la tele y ponés CNN o FOX (mejor FOX), aparece un George Bush que dice “estamos invadiendo Irak porque tienen armas de destrucción masiva” y a los diez minutos una encuesta de Gallup te tira que el 89% le cree a su Presidente.

Comparémonos: Sale por TN un chaboncito desde el Servicio Meteorológico diciendo “hoy la máxima va a ser de 33 grados y a esta hora de la mañana la temperatura es de 28” y por acá el 100% piensa: “¿Y la sensación térmica? Por qué no decís la térmica, eh!”

Y no me vengan con que en EE.UU. los presidentes no mienten y que las instituciones y todas esas pavadas. Pregúntenle a Nixon. O mejor a Clinton si no mentía.

O sea: la primera actitud allá, la primera reacción, es creer. La primera actitud acá es desconfiar. Esbozar conspiraciones, tramas secretas, laberintos borgeanos, gambetas cósmicas.

Claro que no siempre somos así. Somos así de desconfiados entre nosotros. Porque basta que aparezca cualquier tirifilo diciendo algo desde algún país de Europa o desde Estados Unidos para que le demos validez universal. Sobre todo si sirve para echar un poco de estiércol sobre otro coterráneo.

Por ejemplo: hoy Elisa Carrió nos enseña aquí que “Gracias a Dios, no pueden parar la Justicia norteamericana. Es la mejor garantía. Ni siquiera un presidente norteamericano podría”. ¿Sabés qué, Lilita?, a vos que te gustan las leyes: Leé el Acta Patriótica, a ver si allá no se meten con la Justicia.

Y como no pienso caer en lo que critico, me quedo con las ganas de estampar un “tilingo” por acá.

Ya sé. Don Arturo escribió mucho sobre esto. Se nota que no aprendimos casi nada.


12 diciembre 2007

Conflicto con Moyano: ni tanto, ni tan poco.


No pasó ni un día. Ni uno. Y ya tenemos algo de qué hablar. Es notable la capacidad de la política, cuando recupera espacios, de generar hechos y situaciones conflictivas imprevistas.

Ahora bien: ¿eran imprevistas? ¿hay un conflicto? ¿Si lo hay, se está leyendo bien?

Vamos por partes:

1) En su discurso de asunción, Cristina dice “no llegué a Presidenta para ser gendarme de la rentabilidad empresaria ni parte de una interna sindical”. Ups, ¿qué pasa?.

2) Moyano y su gente pegan un faltazo a la Plaza el día de la asunción. Se notó. La Plaza estaba más bien…cómoda para caminar.

3) Moyano suma 6000 afiliados a su gremio y lanza un “si el Gobierno no defiende el derecho de los trabajadores, estaremos en la vereda de enfrente”. Por las dudas, agrega: “no va a faltar mucho tiempo para que los camioneros llenemos la Plaza de Mayo”.

4) Randazzo debuta como ministro del Interior atendiendo radios por la mañana (antes le había rezado a San Corach para que lo guie en la misión) y niega que se trate “de un desafío hacia el gobierno” por parte de Hugo.

A partir de esto, todos empezamos a especular. Algunos dicen que Cristina le habría quitado el apoyo a Moyano para su reelección en la CGT (recordar que hay una embestida del barrionuevismo por la conducción), otros “linquean” con el reciente asesinato del tesorero del gremio de Camioneros en Rosario y hasta Patricia Bullrich, también inaugurando su título de Licenciada en Comunicación, sale como opinóloga y dice que Hugo salió a “extorsionar” al flamante Gobierno.

Mendieta, con la data que maneja, que es bien poca, se anima a decir: ni tanto, ni tan poco.

Lo que el Gobierno Nacional necesita en términos gremiales para esta etapa es cualitativamente distinto a lo que vino necesitando con Néstor. Moyano fue, funcionalmente, muy útil en estos cuatro años que pasaron. Desplazó a los “gordos” de la CGT, tiró de la cuerda todo lo que pudo en paritarias con el visto bueno del Ministerio de Trabajo y aportó una considerable masa de maniobras a la hora de discutir y revertir parte de la maldita legislación laboral heredada de los 90.

Sin embargo, las necesidades ahora son otras. Las podríamos sintetizar en “necesitamos al sindicalismo unido” para avanzar con el Pacto Social (ya sé: me van a preguntar qué corno es el “Pacto Social”. Nos vamos a enterar cuando lo hagan).

Así que, intuimos desde aquí, el conflicto larvado es: “Hugo, ¿vos podés garantizar la unidad de tooooda la CGT? Si podés, todo bien con vos, hermanito. Si no podés, alpiste”. Quizás, visto de este modo, "no ser parte de una interna sindical" pueda leerse como "no queremos internas, ¿ta?".

Mendieta le pone unas fichas al horror de las señoras bien de Caballito que ven como el Sanatorio Antártida renace y se apresta a atender a los muchachos del camión. Pero, por las dudas, plantea dos alternativas de recambio. De dos gremios más acordes, teóricamente, con el “modelo” kirchnerista que uno de servicios como los camioneros.

Uno ya salió publicado por ahí: Caló, de la UOM, fortalecido territorialmente con el eje Tres de Febrero-Quilmes. La otra fichita todavía no la vi publicada en ningún lado: Gerardo Martínez y sus constructores. Que sí estaban en la Plaza meta bombo.

¿Qué piensa usted Manolo, que de esto la sabe lunga?

10 diciembre 2007

En la Plaza: "ahí viene la lava"

Primer acto: la mañana

- - Papá…quiero ir a ver el acto a la plaza.

- - ¿Eh? ¿Tas loca?

- - Quiero que me lleves. No. Exijo que me lleven. Porque hoy no tenemos clases por eso, entonces quiero ir a ver... (versión Peronismo Republicano)

- - Bue, ta bien. Pero elegí. O al Congreso o a Plaza de Mayo, a los dos lados no.

- - Prefiero Plaza de Mayo, ahí está el Cabildo y la casa del presidente. (versión peronismo peronista)

- - ¿Quién te cae mejor, Néstor o Cristina?

- - Néstor pa. Pero a Cristina hay que verla, no?

- - Y sí. Veremos.

Al rato, cerca de las 14, mientras en TN dicen que no hay nadie.

- - Pa, vamos yendo, así ayudamos a llenarla” (versión Peronismo Militante)

Segundo Acto: Plaza Congreso

- - Pa, el caballo del granadero está haciendo pis. Lindos los caballos, eh, están peinados con trenzas. Mis compañeros hicieron de granaderos, pero no teníamos caballos.

- - Ajá.

- - Uyyyy, ahí viene la lava.

- - ¿Qué decís?

- - Ahí pa, la murga de los bombos. Explotó el volcán de la Argentina. Los de los bombos son la lava.

- - ¿De dónde sacaste esa idea?

- - Hay que tener imaginación, pa.

- - Mirá ahí vienen en ese auto.

- - Que autito, eh! Listo, la saludé. A Néstor le vi la mitad de la cara. Tendrían que ir caminando, así nos ven a nosotros también. Era hora que tuviéramos una presidenta mujer. ¿Podemos ir a la otra plaza?

- - Y dale, vamos.

Tercer acto: Plaza de Mayo.

- - ¿Puedo decirte algo?

- - Si, claro, ¿qué?

- - Néstor y Cristina deben tener ideas iguales, porque son marido y mujer, el uno para el otro.

- - Eso no tiene nada que ver. Podés estar casado con alguien y no pensar lo mismo de todo.

- - Lo mismo no, pero parecido seguro.

- - Creo que tenés razón.

- - Pa…¿por qué le sacaste una foto a esa nena?

- - Porque somos nostálgicos. Por eso.

- - No entendí.

- - Ya vas a entender.


05 diciembre 2007

Hoy me hago el Van der Kooy

Mientras el Escriba está haciendo el mejor balance que se pueda leer acerca de los cuatro años y pico del gobierno de Néstor Kirchner, desde acá trataremos de otear un poquito lo que viene. Nos inspiramos en un hallazgo de Eduardo Van der Kooy en el Clarín de hoy: “Cristina y Kirchner, atados a la suerte política del primer año de gobierno”. La nota completa está acá.

Para empezar, me veo tentado de escribir sentencias como estas: “Las cosas les van a ir bien al gobierno si no pasa algo malo”, “van a seguir ganando elecciones mientras junten más votos” y cerrar esta columna con un contundente “si algo sucede, podrían sobrevenir vientos de cambio. O no”.

Pero evitaremos la tentación de volar tan alto en los análisis y plantearemos una hipótesis mucho más modesta del devenir político argentino en el futuro cercano. Ahí vamos.

Casi todos estarán de acuerdo en que el primer logro estructural de Néstor Kirchner a poco de asumir fue “reconstruir la autoridad presidencial”. Esta autoridad, que en sistemas democráticos presidencialistas como el nuestro es la primer “encarnación” de la política, venía por el quinto subsuelo de la patria post De La Rúa y el consiguiente estallido sociopolítico.

Mientras la política descendía a Primera D en el campeonato de “los poderes” que efectivamente gobiernan (paréntesis: ¿cuándo empezó a descender la política post recuperación democrática?: ¿Semana Santa? ¿Hiper?¿entrega del menemato?), convengamos que el resto de los que juegan este campeonato seguían en la A: grandes poderes económicos, transnacionales, organismos multilaterales de crédito y un equipo que, despacito, despacito, crecía y crecía en su ubicación en la tabla de promedios: los medios masivos de comunicación. El resto de las instituciones que hacen a un estado moderno -Justicia, Parlamento, partidos políticos, sindicatos, etc.- andaban del Nacional B para abajo. (Hay numerosísimos estudios de opinión que midieron y miden esto y lo reafirman, pero me da fiaca buscarlos para linquear. Sigo)

No voy a detenerme a analizar cuáles medidas de Kirchner posibilitaron que “el Presidente”-como institución- recobrara parte de su autoridad. Algunos verán con agrado la renovación de la Corte Suprema de Justicia, otros lo adjudicarán a su estrategia comunicacional de plantarse en el atril , otros a la marcha de la economía y hasta hay quienes vieron la semilla de este proceso en la orden dada a Bendini de descolgar el cuadro de Videla. Para el caso, no importa demasiado: de “Chirolita” de Duhalde pasó a ser la encarnación del hegemonismo (para los opositores) o la viva reencarnación del General (para los chupamedias). Ni tanto, ni tan poco, piensa Mendieta, pero que recobró autoridad, recobró.

Y a caballo de ese proceso, comenzó a recobrar “autoridad” la política como tal. Que no es lo mismo que “buena imagen”, por suerte. Pero sólo muy parcialmente: la crisis de los partidos continúa muy vigente a pesar de la contundente e indiscutible renovación de las principales figuras públicas, el prestigio y el nivel de nuestros parlamentarios sigue lejos de alcanzar estándares de cierta calidad y, quizás lo más importante para mí, los niveles de participación popular en el quehacer político siguen siendo más bien paupérrimos (Otro paréntesis: no tengo datos, pero sospecho que esta participación sólo ha crecido en los sectores más pobres de nuestra sociedad, bien por necesidad, bien por convicción o conveniencia. Quizás esto pueda dar una explicación más interesante de los buenos resultados electorales del kirchnerismo allí que las tesis del penalismo clientelar que propugna “liberar a los pobres”)

Pero, ¿y ahora que se va Néstor, qué? Tratando de ser lo suficientemente polémico como para que Mendieta mida, voy a proponer algo que sonará como un horror para demoliberales y republicanos de salón (espero que no para los republicanos serios, que los Hal): hace falta acumular mucho más poder político en Argentina. Sólo así se pueden dar condiciones que permitan avanzar con medidas populares ultranecesarias. La redistribución de ingresos, por caso.

Y acumular más poder para la política es bueno tanto para quienes son gobierno como para quienes son oposición, salvo para aquellos que –ya siendo gobierno, ya siendo oposición- expresan aquellos intereses privados que –potencialmente- pueden ser perjudicados por un avance de esta esfera pública.

Y es aquí donde la preocupación por el “doble comando” entre Néstor y Cristina se vuelve una tontera para llenar notas de diarios y que lejos está de las discusiones de fondo.

No habrá doble comando porque está claro que habrá división de tareas: Néstor en el armado de la propia fuerza política (un déficit más que evidente en estos cuatro años más allá de victorias electorales de ocasión) y Cristina en el armado de la gestión de gobierno. Esto parece estar claro. La incógnita es si hay estrategia de superación de lo conseguido en la cabeza de Néstor. Si van por transferir algo de la “autoridad presidencial” ganada a otros ámbitos. Si van por el armado consistente de una fuerza política que sustente un proyecto. Si van por transferir algo de “autoridad presidencial” ganada a la reconstrucción de “poder estatal” concreto (exagerando: a que si se decidiera un control de precios sobre “x”, hubiera agentes estatales capacitados para poder ejercer ese control, por ejemplo. Y no como ahora que dependemos de los buenos o malos tratos del patriota Moreno).

Quizás esta sea la disyuntiva de fondo: ir por más poder o administrar el existente.

Podrían sobrevenir vientos de cambio. O no.

04 diciembre 2007

El cortito: ¿Qué une a Carrió con el gobierno de EE.UU.?


Según publica La Nación acá, el Gobierno de Estados Unidos –a través del Subsecretario de Estado Nicholas Burns, ese de la foto de arriba- calificó el resultado del referéndum venezolano como “una victoria de los ciudadanos”. Ajá. ¿Y los que perdieron que son, che?

Qué quieren que haga, soy un bárbaro, pero me hizo acordar a esto. ¿Se acuerdan de la “legitimidad segmentada”? Asistimos, en vivo y en directo, al trabajo de creación de un nuevo relato para el Cono Sur. Ojo: vienen por la República.

03 diciembre 2007

Venezuela: llantos argentinos, críticas bolivarianas.

Hasta este momento, sólo dos bloggers argentos –de los que sigo- se han atrevido con postear algo del resultado del referéndum constitucional de Venezuela: Artemio y Lucas Carrasco. Llantos y más llantos. Yo todavía no me atrevo, pero para ir encontrando algunas razones un poco más interesantes que las que da la CNN y repetirán como loritos en breve en la medioesfera local, recomendamos una nota de nuestro amigo Javier Biardeau. Lean acá un enfoque atrevido, de izquierda, crítico pero no “escuálido”. Lástima que se la agarra con la “vía populista”, pero bue.

Mientras seguimos leyendo notas en Aporrea (atenti con la sección "Medios y comunicación alternativa" para los amigos interesados en periodismo y comunicación popular) una sola pregunta: ¿habrían aceptado sin chistar la misma diferencia pero al revés los demócratas opositores?

Vamos panas, arriba che, que el cambio recién empieza. Uy, esto me suena de algún lado.

Autor de la obra acá

El fútbol tiene cosas que la sociedad no


Empiezo por aclarar algo: ya no soy un fanático del fútbol. Tuve dos épocas que sí. Una allá lejos en la infancia, cuando recortaba las fotos en blanco y negro del Clarín para pegarlas del lado de adentro del placard y escuchaba los partidos del domingo en una Hitachi con funda de cuero marrón sentado al lado de mi viejo. La otra a poco de llegar a Buenos Aires, con 17 septiembres. La ceremonia de subirse al 95 rumbo a Avellaneda, ir cantando, comprar la popular para entrar al Cilindro y practicar un millón y medio de variantes puteadoras en el codo enfrentado a las cabinas de transmisión.

Pero ya no y estimo que se debe a dos razones. La más obvia es que el nivel de juego es cada vez peor y, sencillamente, me aburro viendo fútbol argentino (También el extranjero me aburre. Si un sábado quiere hacerse una siestita, pruebe de poner en la tele bajito un match alemán. Infalible). Lo repito y me la banco: me aburro. Y doblo la apuesta: me gusta mucho más ver un Federer-Nadal y hasta me atrapó mucho más el mundial de rugby, disciplina de la que no entiendo casi nada.

El segundo motivo, un poco más psicologista y -por ende- más personal, es que uno alcanzó una edad en que el 99,99% de los jugadores es más chico que uno (incluyendo varios técnicos). Con lo cual desiste de la posibilidad de tener ídolos. Mi teoría es que los idolatrados del deporte, siempre, pero siempre, deben ser mayores que los idolatrantes.

Y sin embargo…, sin embargo el fútbol tiene cosas que la sociedad no. Por ejemplo, que un equipo humilde y batallador de los ascensos, como Lanús, salga campeón. Y que con un presupuesto que, sospecho, no debe ser ni el 20% de un Boca o un River, vaya y le arruine el negocio a la tele, la AFA, los grandes medios y cuanta cosa quiera agregar a la lista.

Entonces a Mendieta, sufrido racinguista como todos saben, se le alegra el corazón popular viendo a los hinchas festejar como locos en su cancha y vuelve, por unos instantes, a conmoverse con un deporte que, aún ultraprofesionalizado y bastardeado por intereses económicos, sigue siendo capaz de dar vuelta la taba para el lado de los débiles.