Editorial de domingo

Su atención por favor: el siguiente será un post que no tendrá ni una coma "políticamente correcta". Se sugiere que las personas sensibles e impresionables no permanezcan en la sala. Muchas gracias.

A los efectos de sustentar la hipótesis, limitaremos el campo de estudio a lo escrito y comentado en los blogs y las redes sociales. Como ya saben, no uso facebook más que para ver los cumpleaños. Así que hablo de tuiter.
Delimitación temporal del objeto a estudiar: reacciones, comentarios, opiniones y polémicas luego de la primera vuelta en la CABA.
Estudio de casos: las declaraciones de Fito Paez, las opiniones de Carta Abierta, la campaña de Filmus.

Hipótesis: el crecimiento de la participación a través de las nuevas herramientas tecnológicas (redes sociales, cámaras integradas en los teléfonos, etc.) es auspiciosa en términos de calidad democrática pero revela la persistente debilidad de los partidos políticos.

a) Toda participación en la discusión política es bienvenida. Pero no toda participación tiene ni la misma "densidad", o impacto o relevancia. En primer lugar, depende de la importancia relativa de quien la emite en el marco del contexto en el cual lo hace. O sea, en criollo: no es lo mismo si quien putea públicamente es un dirigente del partido, un simpatizante o un adversario. Y esta puteada tendrá distintas consecuencias en distintos lugares y/o "públicos". Ejemplificando: si quien putea es un dirigente del partido, lo más probable es que te quite los fiscales que maneja, pero dificilmente esa puteada logre permear la "opinión pública". En cambio, si Justin Bieber sale desde Nueva York diciendo que Mendieta es malo para la juventud, lo más probable es que mi hija y todas sus amigas y el millón de fans que tiene el pibe en la Argentina no me hablen más. Pero mis fiscales ni pío. Moraleja: en campaña, nos deben preocupar más las metidas de pata que afectan o logran interpelar a mayor cantidad de gente. Las elecciones son un fenómeno de masas, no de minorías intensas.

b) Todo lo que diga el candidato o cualquiera que ande cerca suyo, será usado en su contra. Y está bien que así sea. Esto no es campaña sucia. Es aprovechar los flancos del adversario. Podemos quejarnos del uso abusivo que se hizo de las declaraciones de Fito "contra los porteños". Pero, por favor, no jodamos: si sale Susana Giménez a hablar bien de Mauricio y al mismo tiempo dice que "hay que matar a todos los negros", ustedes no lo usarían para pegarle a Macri?

c) Si formás parte "orgánicamente" de un partido, las críticas se hacen dentro de él. Claro: siempre y cuando existan los canales habilitados para hacerse.Y aunque no existan, se hacen después de que el árbitro pitó el final, no en el entretiempo. Esta época de "compromisos líquidos" está muy bien ejemplificado en nosotros, los blogueros, los cartas abiertas, los tuiteros. Oxigenan, sí, pero también tejen una red débil en términos de "responsabilidad política". O sea: nadie pone en cuestión aquí el contenido de lo criticado ni, mucho menos, niega el derecho para hacerlo. Pero, por favor, no seamos giles. Si sos conciente de b) no podés hacer c) antes de que se abran las urnas del balotaje. Lo que soy yo, prefiero que el blog pierda visitas y pasar por gil, se entiende?

d) No es, tampoco, cuestión de que "el progresismo" tiene menos códigos que "el peronismo" y por eso se lanzan por la libre. Es, volvamos a mi hipótesis del principio, que el progresismo nunca tuvo en la Argentina una cultura de partido político consolidado y fuerte y entonces su cultura propende al personalismo y a la exposición mediática (única línea que une esa tradición política en nuestro país. El Frepaso, el ARI y, ahora, su continuidad histórica: sectores que apoyan al kirchnerismo "desde fuera" del peronismo). Entonces, volviendo: capaz que mar de fondo hay en todos lados, pero mientras los peronistas recorren bares, asados y unidades básicas, "charlando" la feroz crítica, los progresistas van a la tele y, cuando no pueden, usamos el youtube para decirlo. Es una diferencia de "lealtad"? No, en absoluto. Es cultural. El progresismo, que ya supo reconocer y criticar consistentemente las peores prácticas del pejotismo tradicional, debiera darse un tiempo de aprender las cosas buenas que tiene en la práctica cotidiana la formación peronista tradicional.

e) (nos) hace falta mucha, pero  mucha, formación política. Y también partidaria. Sin partidos fuertes, seguiremos presos de la política mediática. Haya o no haya monopolio. Y no es lo mismo ser un buen militante que entender de campañas políticas. Y no es lo mismo ser candidato que ser jefe de campaña. Pero eso lo charlamos otro día.

Ta luego.