25 diciembre 2008

Mi amigo Alejandro es un buchón

Ah no. Si me faltaba algo, este día, a esta hora, en que las sombras de la noche empiezan a resultarme amenazantes y que las reuniones familiares terminaron, era esto. Que Alejandro me mande en cana así, exponiendo mis más oscuros sentimientos en la blogosfera, es imperdonable.

Lo peor es que tiene razón. La remé todo lo que pude y la pasé bien.

Pero ahora estoy acá. Y no está bien. Y tengo melancolía. Y tengo ganas de emborracharme y no tengo ganas de ir a comprar más cerveza.

Y ya es hora de derribar algunos mitos: un libro no es ninguna compañía cuando estás así, un 25 de diciembre y ya se hizo de noche. Los libros están ahí, pero no me contestan cuando les hablo. Yo quiero un asado con los amigos y un abrazo.

Y sé, positivamente sé, que Poli Armentano querría lo mismo. Me lo dijo una vez. Porque no sé si les conté, pero uno de mis karmas es escuchar demasiado y entonces te cuentan cosas. El Poli, mientras se sacaba dos rubias de encima y se servía la décima copa de champagne, me dijo: “Mendieta, yo lo que quiero es volver del laburo, abrir la puerta del departamento y que me den un abrazo. Eso es glamour”.

Todos queremos lo mismo. Salvo en la noche de fin de año, en la que todo vale, pero todavía para eso falta.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y como crees que ando por casa Mendieta!
Sin conocernos estamos a la misma hora , en igual situacion.
Tengo una leve "ventaja",porque recien la guitarra me dio como siempre algunas respuestas.
Quien te dice que al asadito y a las birras no le vengan bien un amigo,para mamarnos con Silvio Rodriguez ,Serrat,Heredia y lo que ud.pida cumpa.

Cuando quiera ,por aqui ando!

Anónimo dijo...

todavía te estoy abrazando... lo sentís?

Laura dijo...

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.- El mundo es eso - reveló-. un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con la luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay gente de fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas; algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.
Del Libro de los abrazos, Galeano. Obviedad. Va un abrazo

Sergio De Piero dijo...

Y si "son auellas pequeñas cosas" no?
Que tenga un muy buen 2009!!!!