17 octubre 2007

Volver al 17

Mendieta es nostalgioso por autodefinición identitaria. Quizás se deba a la herencia de bisabuelos inmigrantes. Quizás por el tango. Quizás por haber repetido, en la adolescencia, el hecho de hacer el bolso, tomarse el Río de la Plata versión lechera, dejar el pueblo y bajarse en Once. Han pasado ya 18 años y algunas noches, al acostarse, sigue escuchando el ruido del mar. Esas noches sueña lindo.
Mendieta no nació en ese pueblo en donde transcurrió su infancia y que, en definitiva, es en lo primero que piensa cuando escucha la palabra Patria. Pero recuerda claramente que fue un 17 de Octubre, con sólo 19 días de vida, que sus padres volvieron de la ciudad y lo llevaron a la que iba a ser su casa. La anécdota se la contó infinidad de veces su madre, haciendo un fino trabajo doctrinario que, a la larga, vino a rendir sus frutos.

Entonces, dando rienda suelta a la nostalgia, hoy Mendieta va a detenerse a recordar a sus abuelos.

Primero la abuela, la paterna. Viuda desde muy joven. Modista de Almagro. Crió a sus hijos con un esfuerzo considerable. A Mendieta le legó el gusto por los crucigramas y la lectura del diccionario. Un pequeño Larousse Ilustrado. Clase media, de Capital. Esa rama de la familia contaba en las sobremesas familiares el día que subieron a la terraza y, mirando para allá, para el centro, aplaudieron los aviones que caían en picada sobre Plaza de Mayo. “Es que ya no se aguantaba más, ¿viste?”, decía como argumentando.

Otro de ellos -el materno- militante. Frecuentador de bares de barrio, de los muchachos del club, de unidades básicas y de la cancha de Boca. Orgulloso punteador de padrones y certificante de fichas de afiliación. Reservado en tiempos que lo ameritaban. Cabrón y admirador de la Rama Femenina, especialmente si no eran peronistas. Supongo que se justificaba argumentando que los votos se juntan de a uno. Cuando falleció era el auge de la “Renovación”, se venía la interna Cafiero-Menem y Mendieta empezaba a barrer la UB de su pueblo. El abuelo le mandaba por correo a Mendieta “Unidos” y “Línea” y le decía en las esquelas siempre lo mismo: “Lea todo, piense solo”. Mendieta no tuvo tiempo de aprender de él todo lo que hubiera querido. Por eso siempre, hasta hoy, lo busca en los bares. Su Unidad Básica hace tiempo que cerró y ahora ahí hay un Laverap.

Queda bastante claro de que lugar de la vereda terminó parándose quien esto escribe. Aunque quizás no quede claro nostalgia de qué siente Mendieta.
Bien: hoy, 17 de Octubre de 2007, siento nostalgia de una época en que la pasión política desbordaba los cordones. Se metía en las familias y las constituía, les daba forma y sentido. De eso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lindo Post, amigo Mendieta.
Que emoción me pasó por el cuerpo, cuando nostalgió "Unidos" aquella creación de la cual formó parte el gran Croqueta Ivancich.
Siga por este sendero
Abrazo
Erik

manolo dijo...

Mendieta
El perdido arte de puntear.
Un viejo y querido compañero, ya jubilado de UTA, fue fiscal de mesa en el 83.
"Supe que perdíamos cuando no se atrevían mirarme a la cara".
Un abrazo y feliz San Peron

Mendieta dijo...

Erik: Erik? Quizás me cruce hoy con Usted, no? Gracias.

manolo: Igualmente. Abrazo