Aborto: basta de hipocresía. Pero basta todos

-          Si querés entender en qué miente el “veto” de Macri, leete este post en Artepolitica. Clarito. Serio. Sin sanata.

-          Si querés ver qué debieran hacer los legisladores de la ciudad, entrá acá, a la Constitución de la CABA. Ahí, en el artículo 87, se estipula como la Legislatura porteña puede insistir en la sanción de una ley. Y aquí, en el Reglamento Interno, en el artículo 112 bis, el procedimiento a seguir. O sea: si querés hacer alguito, aunque sea alguito, pedile a los miembros de las Comisiones de Asuntos Constitucionales y las de origen de la ley vetada, que inicien el procedimiento de insistencia. 

(Datos de color: en la página de la Legislatura, no está la integración de cada una de las Comisiones. Así que hay que tomarse el trabajito de buscar, diputado por diputado, los miembros de cada Comisión. En la página del Boletín Oficial de la Ciudad, no está el del día de hoy publicado, como para acceder a los fundamentos del veto. Tampoco está aún publicada la versión taquigráfica de la sesión del 27 de septiembre, cuando fuera sancionada esta ley, lo que nos permitiría ver quiénes votaron a favor, quiénes en contra y accionar peticionando cual buenos ciudadanos)

Muy bien. Pero no nos hagamos los sotas. 

Todo lo anterior no se estaría discutiendo si hubiera una legislación nacional que despenalizara al aborto. 

Aquí, en este sitio de la Cámara de Diputados, todos los proyectos vigentes alrededor de esta cuestión. Y acá los del Senado. 

Hay transversalidad en el intento de modificar esta situación. Hay proyectos de varios partidos o frentes. Así que, en este sentido, resulta terminante la responsabilidad política del oficialismo, que con mayoría en ambas cámaras, no ha tenido la voluntad ni la decisión de impulsar la sanción de una normativa al respecto. Sí, nuestra. La responsabilidad de esta ausencia es nuestra. Y hay que hacerse cargo. Porque la Corte jugó sus fichas con su acordada al respecto. Y el protocolo sobre abortos no punibles emitido por el Ministerio de Salud de la Nación es un avance demasiado parcial al respecto, sobre todo cuando poco se hace realmente para que los distritos del país se adapten a él.

Abordemos ahora un tema complejo. La famosa "libertad de conciencia". Siempre me resultó raro esta argumentación ¿No debiéramos suponer que siempre un legislador "vota a conciencia"? Aún más: así como podríamos admitir que no hay unanimidad en la sociedad acerca de la legalización (ojo, dije legalización, ni siquiera pido esto), hay un consenso demasiado extendido acerca de que esta problemática es un caso de severo riesgo para la "salud pública". Y entonces, incluso aunque por motivos religiosos, un legislador tuviera una contradicción moral al respecto, debiera privilegiar su lugar institucional antes que el confesional. Aunque parezca una pavada: está allí sentado en representación de ciudadanos y no de fieles. 

Por cierto: exactamente lo mismo vale para nuestra Presidenta, que podrá tener legítimas objeciones de conciencia al respecto, pero que no debieran impedirle, más bien al contrario, impulsar sostenidamente las políticas de salud pública que terminaran con cientos de muertes de mujeres compatriotas. 

Y un par de acotaciones para terminar: 

-los diputados jovenes -sean del partido que sean- no pueden hacerse más los giles con esto. Los desmerece. Los opaca. Sabemos que es una problemática que afecta, sobre todo, a las jóvenes y a los pobres. Así que tomen impulso y vayan para adelante. Vamos, que los vamos a bancar. 

- Hace unos años hubo una campaña muy interesante, donde mujeres famosas, reconocían haber abortado como modo de "des-demonizar" esta situación. Bueno: es hora de que los hombres también tengamos nuestro lugar en este tema tan complejo. Porque si una mujer aborta, algo tuvimos que ver.