- Las cosas, en líneas generales, tienden a terminar siendo
como venían siendo. Muy raramente, si algo tiene una tendencia a salir mal, va
a salir bien.
- Sin que sea contradictorio, cuando las cosas vienen bien
el riesgo de que empiecen a ir mal crece. Porque es más fácil cometer errores
que aciertos.
- Una de las claves en una campaña electoral es lo que se
conoce como "el manejo de los tiempos". Y esto no tiene fórmula. Es
una mezcla de análisis, estudios, intuición y suerte. Entonces: el que maneja
los tiempos tiene ventaja.
- Dentro de todo lo que puede ponerse bajo el paragüas
"manejo de los tiempos" (por ejemplo, el momento de anunciar una
alianza o un apoyo, el momento de sacar un spot u otro, etc.), uno de los
fundamentales -quizás el principal- es saber administrar la línea discursiva. O
sea: hay, como en la colita de cuadril, un punto exacto para cambiar. Porque
llegar a instalar una línea discursiva equis lleva su tiempo. Es por goteo. Y
los goteos son lentos. La medida nunca es, repito, nunca, la sensación de
quienes hacen la campaña. Ni la de los periodistas. Ni la de las redes
sociales. Entonces el primer riesgo que se corre es que el propio candidato se
aburra de sí mismo y quiera modificarla antes de que haya permeado donde tiene
que permear.
Pero también existe el riesgo contrario: que cuando una
línea política equis "camina", el candidato y su equipo de campaña se
enamoren de la misma y no la quieran largar. Entonces, lo que en un primer
momento fue eficaz, deja de serlo. Porque tu mensaje ya llegó y la buena
disposición a ser escuchado por los ciudadanos puede tornarse aburrimiento. O
peor: "este tipo no tiene mucho que decir".
¿Cuándo es el momento justo de cambiar de discurso (cambiar
en el sentido de "agregar", "complementar",
"desplegar")? Otra vez: no hay recetas. Mezcla de análisis,
intuición, culo. Arte.
- Las campañas deben ser integrales o no son campañas ¿Qué
quiere decir esto? Además de que hay que tener una estrategia de campaña y sus
tácticas derivadas, es fundamental que antes de eso el candidato y su equipo
tengan muy claro el objetivo. Aunque suene raro, el objetivo de una campaña no
siempre es "ganar". Porque la política podrá estar llena de
mediocres, pero no de pelotudos. Y cada candidato y cada fuerza política sabe
perfectamente cuando puede ganar y cuando ni a ganchos. Entonces hay que hacer
campañas con objetivos claros, ya que eso condicionará la estrategia y todo lo
que se haga.
- Incluso hay algo anterior a la campaña, y que de algún
modo también se emparenta con la cuestión de la "integralidad". Podés
tener la mejor publicidad del planeta. O el mejor discurso del mundo. O la
guita del universo. Pero si no tenés estructura política que pueda sostener
esas ventajas, no vas a ganar. Serás más competitivo, pero no vas a ganar. Aún
en estos tiempos de desterritorialización y de predominio de "los
medios". Porque, tatuémonos esto en la frente: los medios no ganan
elecciones.
Ahora cada quién lee cada párrafo según cada
cual de los precandidatos. Es un como un jueguito fácil.