31 marzo 2014

Cuando todo duele

Tenemos que hacernos cargo de que vivimos en una sociedad en la que la propiedad vale más que la vida. Por supuesto, si hacemos una encuesta, ganará mayoritariamente la opción contraria. Sí, pero no hacemos nada para que esa supuesta prevalencia de la vida sobre lo material sea una realidad efectiva. Y ojo: acá no hay mirada complaciente ni exculpatoria de los sectores marginales. No es cierto. No es cierto que ser pobre te dé el derecho de salir a chorear.  Así como tampoco debiera darte derecho a patalear ser un hijo de puta explotador.

Lo que hay es un atisbo, bastante inminente, de anomia en su segunda acepción según la RAE: Conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación. Y los últimos casos más “polémicos” (el pibe que los portuarios tiraron del puente, los linchamientos, la “justicia” por mano propia, etc.) no son más que las versiones espectaculares de algo que recorre y atraviesa –silenciosa pero persistentemente- amplísimos sectores de nuestra comunidad: todos nos creemos poseedores de derechos, pero casi nadie quiere hacerse cargo de sus obligaciones.

Insisto: esto atraviesa todas las clases sociales. Y va desde aquel que montado en una 4x4 debe patentes pero exige presencia policial hasta los lumpenes que fuman porro o paco arriba del vagón del Sarmiento a las 4 de la tarde sin importarles un carajo si al lado de ellos hay bebés. Y quiero hacer hincapié en lo siguiente: no se trata de preguntarnos cuál es el castigo penal para estas actitudes. Se trata de preguntarnos, antes, si existe un castigo social. Y no. Porque estamos perdiendo.

Y estamos perdiendo porque las mayorías, esas mayorías que no son chorros ni evasores, tienen miedo. Sí. Tenemos miedo. Y tenemos miedo porque callamos. Y callamos porque esas minorías –las que son chorros y son evasores- ejercen cotidianamente violencia sobre el resto. Porque yo me siento tan violentado cuando una bandita en la esquina me apura mangueando dos pesos para la birra como cuando en una amable cena en Palermo el evasor se jacta de su evasión. En general, vale admitir, me peleo. Pero pierdo siempre.

Y perdemos porque nos vamos encerrando. Encerrando “entre los propios”. Tratando, infructuosamente, por supuesto, de crear “espacios de seguridad”. Por eso terminamos tratando de no tomarnos el tren a la noche y tratando de no cenar en Palermo rodeado de garcas. Eso, ya, es perder.

La clave está en lo micro. La clave está en padres que no hacen de padres y permiten absolutamente cualquier cosa a sus hijos. La clave está cuando los vecinos callan ante el otro vecino que tira la basura en la esquina. La clave está en que vivimos en una sociedad que premia la comodidad y castiga el esfuerzo. No, paren, no hablo de la comodidad de “recibir un plan”. Hablo de la comodidad de no educar a tus hijos. Educar es un esfuerzo. Es arduo. Es doloroso. Poner límites, lo sabe cualquiera que tenga hijos, es una hinchapelotez. Pero hay que hacerlo. Por el propio bien de los hijos y, en definitiva, para crear buenos ciudadanos. Entonces, eso sí, enseñamos a nuestros hijos a reclamar sus derechos (y está bien), pero poco hacemos por enseñarles, al mismo tiempo, que tienen obligaciones. (Y sí, también sucede esta falta en las escuelas. Y en el club. Y en el barrio. Y en todos lados).

Estamos hasta las manos. Y por supuesto que hay responsabilidad de los políticos y de los gobiernos. Claro que sí. Pero, como con todo: esos políticos no bajan de un platovolador. Nos representan. Y también representan esta falta. Esta falta de valores. Y, tristemente, quienes más la representan, son aquellos que, para colmo, tratan de sacar ventaja de esta situación.

Mientras tanto, la totalidad de las instituciones (incluyendo aquí a la más importante de la postmodernidad, los medios de comunicación y la más básica, la familia) continúan con la banalización, la falta de seriedad y la más absoluta falta de responsabilidad en el abordaje. Hablar de “gente” como si los otros no lo fueran, estimados panelistas de la vida, habla mucho más de su espíritu cretino que cualquier denuncia que pudiéramos hacer.

Me duele. Porque me duele que las mayorías estemos con miedo y viendo, con miedos y callados, como las minorías de la violencia siguen ganando terreno.


En mi caso, en mi casa al menos, no. 

21 comentarios:

Ariel dijo...

Mendieta, hace ya cierto rato que no ando por aquí, pero pasé (entre oros "lugares" con la esperanza de encontrar algo inteligente y con un toque de... sentido_común/sensibilidad/cordura/indignación_no_berreta (que se yo, tache lo que no corresponda). No me decepcioné. Muy bueno el post, creo que da en el clavo. Un abrazo!

moo dijo...

Con el mayor de los repetos, en casa, en mi familia, con mis hijos, no tenemos miedo. Posta, no lo tenemos y eso q vivo a unos 100 mts de la noche ramense.... Será que aún no veo?... puede ser... ¿Será q confio en mis hijos y la posible astucia para q no los caguen?...De todas amenera, es muy cierto lo q decis, aunque no se me haga carne... Son momentos dificiles...

Anónimo dijo...

Comparto. El post me "invitó", digamos, a insistir con una idea en mi blog, acá:
http://desperdiciotemporal.blogspot.com/2014/03/divagaciones-mas-tras-insistir-con-lo.html

Entre las cosas que me "sublevan", también están esas violencias tan de "guante blanco", como puede la administración selectiva del término "gente". Mi idea es que todo esto, también habría que pensarlo (por lo menos en buena medida) como resultado de lo que ha sido el proyecto educativo nacional. No en la medida en que haya sido "insuficiente" o que no haya sido aplicado totalmente (es decir, no como resultado de no haber incluido a todos en él) sino justamente como consecuencia del proyecto en sí.

No puedo ir mucho más allá de indicar la cuestión, no tengo formación pedagógica ni nada, pero bueno, es lo que veo.

Sería también interesante, como ejercicio de relacionar lo que en la agenda diaria aparece como inconexo, descontextualizado. Hasta anteayer era todo el paro docente. Hoy esto. No es así la cosa.

Anónimo dijo...

"como puede SER la administracion selectiva...", etc.

profemarcos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
profemarcos dijo...

Cuando escribís acerca de que "la propiedad vale más que la vida" deberíamos analizar que "la propiedad" conlleva gran parte de la vida de alguien. De esa persona que cree en los postulados morales: la honestidad, el ahorro, la justicia, el esfuerzo y ve que sus postulados se transforman en una entelequia cuando le afanan la motito, que le llevó años de laburo y que ahora además tiene que laburar extra para comprar otra y seguir pagando la que le afanaron o el que, luego de años, consigue comprar un terreno, construir una casa y ver cómo se la usurpan y la "justicia" justifica la usurpación, o el simple hecho de que te roben la billetera con el sueldo que ganó con su esfuerzo. La víctima de ese robo, de ese hurto, de esa usurpación también pierde parte de su vida y su razón de vivir según los paradigmas y postulados que rigieron su vida.

Maximiliano Daponte dijo...

Escuché el texto en la radio, recién. Así que paso a dejar un saludo y felicitarte. Tengo total comunión con las palabras que expusiste, asi que simplemente dejo un saludo.

Anónimo dijo...

A medida que avanzaba la lectura, me sorprendía de leer un discurso que parecía mío escrito por otra persona. Realmente me sorprende estar tan alineado con tu pensamiento. Y es una lastima que me vea sorprendido ya que creo que si tuvieramos un poco de autocritica y empezaramos a vernos a nosotros y a nuestras familias, podriamos cambiar "la sociedad" de la cual nos quejamos tanto y por la cual no hacemos nada. Saludos.

Gladys Coppola dijo...

Muy buena narración de la realidad,que nadie se atreve a comentar.

Javier dijo...

En el clavo, como siempre, o casi para no ser tan chupamedias.

Anónimo dijo...

Mendieta, en general me gustan tus posts y comparto la linea general del blog.
en este caso no coincido, sin ofender me parece un discurso con algunos puntos en comun con este:
http://www.youtube.com/watch?v=UjY09O00s1w

que trata de buscar la solucion a un problema social en el comportamiento individual de cada uno en lugar de politicas de mayor impacto, ( como las que este gobierno ya tomo y esta tomando efectivamente ).
No me parece que esto que estamos viviendo sea parte de lo que hace cada uno como argentino.
Lo veo mas por el lado de una movida politica de la derecha que esta siendo exitosa mal que nos pese. Tantas horas de bombardeo mediatico, campaña massista anti-reforma del codigo penal y demas.
Entiendo que quiza fue escrito desde la emocion, pero realmente no creo que esto tenga algun punto de comparacion con "callar cuando un vecino tira basura en una esquina".


Saludos!
Gabriel

Anónimo dijo...

Escuchando la radio, me sorprendió oir desde fuera lo que vengo diciendo desde la primera época de la presidencia nefasta de M...m y que todos se me quedaban mirando como diciendo"este está re loco" Tomé nota de tu nombre y te busqué para poder decirte que me tranquiliza que haya mas gente que piense como yo. Tengo 47 años y creí lo que me enseñaron en mi infancia cuando me dijeron que "mis derechos terminan cuando empiezan los de los demás" Esto es clave para poder vivir mas armoniosamente.

Anónimo dijo...

Escuché la lectura que hizo Varsky en la radio y enseguida tuve la inminente necesidad de divulgar el post. Sentí, como dice Iorio, felicidad de no estar solo en los pensamientos. También leyendo los comentarios considero válido lo que dice el profemarcos. El valor simbólico de la propiedad muchas veces se desprestigia cuando la propiedad es sólo considerada desde lo material. Puede que sea porque hemos construido ideales de vida donde la existencia signifique poseer más con el paso del tiempo; sin embargo, considero que quienes hemos perdido seres queridos en el camino podemos escindir aquello que significa perder lo material de perder lo esencial, las relaciones humanas.
En fin, volver a valorar la vida nos hará crecer.

Luciano

Leandro dijo...

Mendieta,

Su post esta muy bueno y hace hincapie en las razones micro que llevan a que una parte de la sociedad considere como "pensable" la idea de tomar justicia por mano propia.

Pero se le escapa algo, segun mi vision. Esas condiciones estan ahi hace mucho, no es algo nuevo. Y sin embargo noticias como las de los linchamientos que vimos en los ultimos dias no son cosa corriente. Y mucho menos que pasen varios de ese tipo, tan seguido.

Entonces se está escapando un factor que actua como catalizador, generando que esa "posibilidad latente" se transforme en accion concreta ante la menor ocasion.

Y cual seria, segun mi vision, ese catalizador? Sencillo: la campaña de terror mediatico que disparo el irresponsable de massa.

Desde hace un mes la poblacion esta siendo bombardeada con declaraciones como que "el gobierno va a liberar a todos los delincuentes", "el gobierno les garantiza impunidad", "entran por una puerta y salen por otra", y demas mentiras que largo el descarado.
Y todo acompañado por una reaparicion de la inseguridad (noto como habia desaparecido durante un tiempo?), con los canales y diarios repitiendo crimenes a todo trapo.

En ese contexto, no es de extrañarse que esa gente que ya estaba propensa a considerar como posible la solucion lynch, ante el menor hecho del que sean testigos se diga "si yo no hago justicia, no va a haber ninguna justicia". Y ahi va la turba linchadora.

Jugar con el miedo de la gente nunca es gratis. Puede que, como vien analiza usted, los factores que predisponen a la violencia esten ahi, latentes. PEro necesitan de un irresponsable que los avive, cual catalizador, para desatarse. Y ese irresponsable en este caso tiene nombre y apellido: Sergio Massa, ni mas ni menos, que encima no conforme con lo ya actuado, en lugar de salir a repudiar enfaticamente los hechos y exigir mano tan dura como pide para los otros delincuentes, para los linchadores, salio a pretender JUSTIFICARLOS.

Leandro dijo...

Acabo de tener la confirmacion de lo que digo.

En esta nota de La Nacion:
http://www.lanacion.com.ar/1677191-linchamientos-otros-dos-casos-en-cordoba-y-la-rioja

""En 30 días o menos lo van a largar con las leyes nuevas", consideró, en declaraciones a Canal 8 y a radio Mitre Córdoba. "A mi hija la podría haber matado o quebrado. Roban y a la semana están libres", se quejó."

Fijense. El tipo ya esta CONVENCIDO de que el codigo penal nuevo ya se sanciono y los va a dejar libres a todos, y por eso opto por la justicia por mano propia.

La mas clara confirmacion del daño enorme que la demagogia massista le esta haciendo al pais.

sabri dijo...

en mi casa tampoco pero hay tanto pelotudo suelto por ahi hablando ganzadas y repitiendo a massita que dan asco, no aprendieron nada ,nada.

Anónimo dijo...

Estas situaciones de degradacion general no se corrigen desde lo personal/ familiar. Solo se corrigen desde arriba, el poder, la autoridad, las leyes, las normas, la justicia (después de todo para eso las pusimos).
Educar a nuestros hijos en lo correcto es exponerlos al fracaso, al exilio interno o externo, a vivir a contracorriente en un ambiente hostil. Por que condenarlos a eso o a tener como destino cambiar el pais?

DAZ --- Diana dijo...

Hola Mendieta. Llego a usted a través del Café Umbrales, encuentro en Edgardo Mocca un pensamiento confiable. Me dispuse a leer también los blogs amigos del Café Umbrales. A mí también me duele lo que le duele a usted. Al mismo tiempo, no estoy segura de que sea la mayoría la que tiene miedo... El miedo es, la mayoría de las veces fluido... Lo que sí es verdad es que, a veces, se arman olas, como en la tribuna del fútbol y también como en el mar. Al igual que usted, creo que las actitudes y comportamientos responsables consiguen canalizar, muchas veces, los temores. De ese modo comienzan a aquietarse los ánimos, y los impulsos incontenibles que llevan a desatar la violencia comienzan a aquietarse Siguiendo con la metáfora, sería viable que la construcción de canales de actitudes y comportamientos no violentos contribuyera a organizar la conciencia social y volverla un poquito más armónica... Ahora... eso de mantener la calma, canalizar la violencia, es cosa de todos los días. Yo me siento convocada a esa tarea. Pensamientos como el suyo contribuyen de manera muy positiva a definir esa convocatoria. Si bien no puedo señalar caminos concretos, también es mi creencia que la mente individual se interrelaciona en forma permanente con la de los prójimos, los que nos rodean, y tanto las actitudes individuales como las que conforman identidades comunes son las vías de acceso a una mayor armonía social.
A su comentario sólo le agregaría una tilde en... "cómo las minorías de la violencia siguen ganando terreno." Y, por otro lado, quiero expresar mi deseo de que usted se reponga, al menos un tanto, del dolor, y vuelva al sereno trabajo (sea interior o colectivo) de canalizar las intenciones humanas hacia la tarea de colaborar con nuestros compatriotas, en la búsqueda equidad y equilibrio social. Buenos deseos para usted y agradecimiento por el texto que ha publicado.
Diana Zermoglio

Mariano T. dijo...

Te hago una recomendación.
Putea en la cara todo lo que puedas a evasores, falsificadores, ladrones de guante blanco, estafadores, etc. Te vas a dar un gusto y no perdes nada.
Pero a los chorros, cuando te topes con alguno,generalmente por voluntad de él, no les digas nada. Baja la vista, entregale lo que te pida, no te hagas el guapo, y reza para que quede conforme.
Asi vas a poder seguir militando y escribiendo en el blog.

Negropeón dijo...

"Dios ha muerto" pero en las escuelas intentamos revivirlo cada día. Buen post papá

Anónimo dijo...

Lo que más me preocupa, Mendieta, es que, como en 2008 y sucesivas coyunturas, tu perspectiva me interpela, me resuena y siempre casi me convence. Me preocupa, digo, porque sí estamos en estas ya estamos al horno. No porque sigamos soñando con un país de trabajadores peronistas, pícaros y honestos, pero casi estalinos, sino porque si nos dan diez años más de mirarla en perspectiva terminamos en lo de la chiquita Legrand. Abrazo compungido, y anarco peronista.