02 junio 2011

Las calles

And you're standing on our streets

Salimos, tomé un vino y después un taxi en Abasto.
No entiendo porque vuelvo tan rápido justo cuando estoy perdido. 
La noche está con el frío exacto para subirse la capucha y meter las manos en los bolsillos. Así que debiera haber elegido caminar muchas cuadras, haciendo equilibrio en los cordones.

Me dijo ella una vez, en un baño donde la luz parpadeaba al ritmo de la gotera en el techo: si las historias no vienen a la montaña, salí a perderte en las calles.

Cada vez tengo menos para decir del modo en que lo hacía antes.
Ya prendí la estufa, me lavé los dientes, tomé mis pastillas. Me voy a dormir. 
Por ahí.

3 comentarios:

Tommy Barban dijo...

Es la edad... pero no te preocupes, que cuando estés llegando a la mía, la adolescencia vuelve como una de esas ex novias locas que solicitan amistad en facebook.

Mensajero dijo...

Para el vagabundeo espiritual la Deriva es interesante y nutritiva herramienta.
El retorno al nido, al hogar o al refugio (táchese lo que no corresponda) sólo pasa factura cuando se pretende que la Deriva tenga algún resultado práctico o material.
Pero es así, a la larga, todos buscamos un puerto y hacia allí enfilamos con las velas desplegadas -en el mejor de los casos-, con lo que quede de diesel, o a puro remo.
Saludos.

Laura dijo...

ojo que a veces irse a dormir es también perderse por ahí, pero si decide salir... sin presumir conocerlo, me parece que le vendría bien seguir la musiquita de unos tangos, a las buenas historias les encanta la milonga...