01 mayo 2011

El Día del Trabajador.



Será un ejército, pero qué lindo es. La verdad, me dio mucho gusto estar entre esa gente, tan disciplinada, tan organizadita para llegar en los cientos y cientos de bondis, tan contentos todos de haber sido llevados y alimentados (Carlos Reymundo Roberts)

Cierta frialdad viboreó entre la multitud durante gran parte de la ceremonia, porque esas concentraciones están hechas de gente movilizada que difícilmente iría a ellas por decisión propia (Joaquín Morales Solá)

El microcentro fue un caos para quienes el viernes trabajaron, pero la Avenida Madero era un billar. Se explicaba: los choferes de los transportes de carga que suelen taponarla los siete días de la semana estaban ayer en la 9 de Julio (Susana Viau)

...justificaba tanto esfuerzo con la voz aguardentosa, desde el fondo de unos lentes oscuros: "Antes era un negrito; ahora más vale que me llamen señor recolector" (Juan Pablo Morales)


 No es contra el kirchnerismo. Ni contra el peronismo. Tampoco es contra el moyanismo. Ni siquiera es contra el sindicalismo. Claro que en la superficie de las cosas es eso. Pero es, también, mucho más. Hay mucho más detrás de esas coyunturales y, por ende, efímeras antinomias de este presente. Porque si bien el estigmatizar a los que concurrieron el viernes al acto de la CGT obedece a razones de índole estrictamente material (claro, yo también puedo ser marxista como Viau si quiero a la hora de ponerme a analizar cuestiones clasistas e históricas condiciones materiales de producción) y, por ende, ideológicas, hay atrás de todo eso algo que excede y desborda el discurso de los Viau, los Morales Solá, los Roberts.

Hay algo que emerge entre los pliegues de sus escritos -quizás operación consciente, quizás no- y que va más allá. Es el insulto a los humildes, a los trabajadores, a los pobres. Y si no les gusta ésta descripción benévola mía de ellos, les otorgo ésta otra: los negros, los borrachos, los faloperos, los otros.
No se limitan a criticar a Moyano. Por sus poros letrados transpiran un vomitivo ultraje y desprecio por los laburantes que fueron a conmemorar el Día del Trabajador a la 9 de Julio (paréntesis. Es el Día del Trabajador y no el Día del Trabajo. Es el día del actor y no del acto. Cuando oigan a alguien decir Día del trabajo escuchen la ideología que les habla. Cierro paréntesis)

¿En qué se expresa este desprecio, esta humillación? Primero: en negarles el derecho a la organización. Los trabajadores no sólo son peligrosos en tanto tales, son tanto más peligrosos si se organizan colectivamente. Puesto que organizados construyen un poder que no "merecen" tener ni aspirar, porque no son "como nosotros".
Segundo: en "cosificarlos". Los trabajadores no "tienen autonomía de pensamiento", son "llevados", "arreados", "cooptados". Son, según estos escribas, en el mejor de los casos, idiotas útiles a los burócratas dirigenciales. No poseen la suficiente formación intelectual como para poder saber si lo que hacen, ese apoyo, esas marchas, es en beneficio propio o no. Son, borrachos, faloperos, "mayoría de hombres", sub-humanos zombies, arrastrados a control remoto "moyanista" o el ista que quieran poner.

Bueno. Tengo una pésima noticia para estos editorialistas del agravio y para todos los que abrevan en las fuentes de la humillación para los laburantes: me indigno y me duele a mí, clase media, con cierta instrucción, bienpensante. Porque a ellos les recontra chupa un huevo lo que ustedes piensan. Y les recontra chupa los dos ovarios a las trabajadoras. Para ellos y ellas, estimados, que tienen tanto miedo escondido por los distintos, ustedes no existen.

Y les voy a contar otra cosa más a los propagandistas de la injuria contra los sectores populares realmente existentes (porque yo sé que Susana Viau quisiera otros sectores populares. Unos sectores populares con otras caras, otros gestos, otras conciencias, que bebieran otros vinos. Pero, admirada trotskista, relea sus textos donde los téoricos hablan de la estructura como base), decía, voy a contarles otra cosa para que se sigan horrorizando: cuando el acto terminó (e incluso mientras sucedía) yo andaba por el centro de la ciudad. Y la calle Florida estaba tomada por laburantes con sus gorritas paseando, viendo vidrieras, comprando boludeces, morfando pizza. Porque, entre otras cosas, vienen de Formosa de Neuquén o de Salta a pasear. A cagarse de risa con sus compañeros. Vienen, quizás, con la única oportunidad de sus vidas en conocer Buenos Aires, ver las vidrieras que nosotros vemos todos los días, a comer las pizzas que comemos cuando queremos. Vienen, también, a disfrutar. (Quien pueda, haga la hermosa experiencia de subirse a un bondi y marchar a algún lado junto a otros. Cantar, chupar, chamuyarse chicas, jugar al truco, reír, enamorarse, ser compañeros de tus compañeros).

Hace unos años había una crítica tremendamente ignorante a las marchas piqueteras. Acusaban a las madres de venir "al centro" con sus pibes. Y digo ignorante por lo siguiente: nunca dedicaron un instante a pensar que esas mujeres no tienen con quién dejar a sus bebés? A mí me gustaba ir a esas marchas a ver las caras de esas mujeres de Cuartel V de Moreno o de El Pato en Berazategui y ver en sus ojos el deslumbramiento de ver el Obelisco o los carteles de las obras de teatro de la calle Corrientes. Había un brillo de dignidad conquistada en sus ojos. Conquistada por la lucha y también por poder acceder a esos consumos simbólicos. A la noche, después de volver en el micro, me gusta pensar, se acostaban en la penumbra de la casilla junto a su compañero y le contaban: "que linda es la Avenida de Mayo".

El viernes no fui a la marcha del Día del Trabajador. Pero estuve allí representado por ellos.
Me da mucho orgullo que así haya sido.
Y les deseo a todos un muy feliz día.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante y romantico tu punto de vista del acto. Acuerdo en muchos puntos, especialmente los que se critica a Roberts y Viau. Pero no se puede negar el clientelismo enquistado con que el que la mayoria asistió al acto. Moyano y sus secuaces no son creibles desde ningun angulo. Y hoy la CTA con Yasky dejan bastante que desear tambien

Polkiani dijo...

Genial Mendieta, sencillamente genial!!!

El de aca arriba no entendio nada, pobre infeliz.

Néstor Dulce dijo...

Muy buena la nota. Te invita a leer una de humor K - 1/5 . DIA DEL TRABAJADOR : DESPUES DE LA PALIZA QUE CRISTINA LES VA A DAR EN OCTUBRE, ¿DE QUE VAN A TRABAJAR LOS GORILAS?Te la imaginás a la Carrió suplantando al Sai Baba, a Cobos como cura, Macri de boyscout o Alfonsín como medium. No te lo imagines, leelo en el blog. www.kikitodulce.blogspot.com
Gracias

Laura dijo...

Me encantó. Como análisis, excelente, como relato, conmovedor.
Gracias y feliz día.

Ariel dijo...

Excelente como siempre Mendieta. En relación al comentario de "anónimo", "Pero no se puede negar el clientelismo enquistado con que el que la mayoria asistió al acto. Moyano y sus secuaces no son creibles desde ningun angulo. Y hoy la CTA con Yasky dejan bastante que desear tambien": hace por lo menos 50 años que los laburantes no estaban tan bien representados, con miles de paritarias en las que se negocian aumentos y correcciones salariales por encima del nivel de inflación (lo que significa transferencia de renta neta del valor del capital al valor del laburo. De qué clientelismo se habla? yo veo pura racionalidad instrumental y defensa de los propios intereses por parte de los laburantes.

c dijo...

La posta posta, es que con cada aumento del salario real que tenemos, por ejemplo, los afiliados a camioneros o smata, la probabilidad de garcharnos a las hijas/o de los morales solá y/o roberts no cesan de aumentar. Y bueno, a eso vamos, y ese es el miedo.

Ariel dijo...

c, maestro, está explicadísimo. Nunca tan didáctico! Abrazo.

Mario Burgos dijo...

Un para de cosas nomás
1- La alegría se respiraba, pero ¿cómo van a comprender cuánto vale para un laburante verse entre cientos de miles después de tantos años de desgajarse le movimiento obrero, de cierrs de fábrica, de ninguneo y desocupación? Por swupuesto más sufren los -pocos cupaMagnetto qque comprendieron. Saben que con ese apoyo est gobierno tiene para rato.
2-Una postal para no-viaus: empalizada de madera, 30, 40 cumpas, con pudor y cuidado, MEANDO. Cuánto de reapropiación del Espacio público tiene esto en una ciudad enrejada?
3-Este pèriodismo de hoy que comenta lo que no ve ni vive ¿Alguien vio a M. Solá caminar la 9 de julio entre los compañeros?

Die dijo...

Me gustaría ver a Moyano representando a todos los trabajadores, tanto los que están empleados como los que no lo están, los que cobran en blanco, como los que están en negro o en gris.
Eso es lo que se espera de un representante de los trabajadores.

No los planteos sobre el pago o no de ganancias o repartir o no ganancias de las empresas. Lo único que hace eso es que la brecha entre los de adentro del sistema y los excluidos se amplie.

Tristemente, la Argentina, a diferencia de otras épocas, tiene pobres no solamente a desempleados, sino a gente empleada y en situación precaria. No niego las mejoras que tienen en los últimos años, pero tan solo es un paliativo frente a lo que se tenía y se perdió. Ni siquiera estamos cerca de la justicia social que hubo.

Cuando Moyano se acuerde de ellos, va a tener mi apoyo. Mientras tanto, tan solo indiferencia. No me representa, como tampoco a gran parte de los argentinos.

Mario Burgos dijo...

Die: para nada se trata de apoyar o no a Moyano. se trata de saber si se puede mantener el actual estado de cosas y mejorarlos sin contar con ESTA CGT y ESTE gobierno. La primer diferencia de esta situación con otras anteriores es que sólo en los 50 y en el 75 hubo una distribución del ingreso semejante entre trabajadores y capitalistas. (estamos en 48.5 / 51.5). la segunda es que estos 8 años tuvieron un anticipo de 27 años en que "se acumularon" genocidio, exclusión, eliminación de derechos laborales, desnacionalización de la propiedad y la producción, desguace del Estado, etc. Por vìas que no sean la guerra civil no existe en el mundo un ejemplo de redistribución en 8 años como el argntino. No hay país de la región que se arrime a esta distribución. ¿Que hay sectores que quedan fuera? Por supuesto,siempre en toda crisis ganan los organizados y pierden los dispersos. Por eso tambièn es valioso lo que se ha hecho en acción social.Hace posible organizarse y con ello la lucha para recuperar derechos, entre ellos económicos. Así que no es secundario si uno defiende la CGT cuestionando que no resuelve cosas y se la deja enfrentarse sola a la movida que hace el gran capital para volver las cosas a una distribución tipo 2001.

ariel dijo...

Buenísimo, Mendieta.
Me emocionaste, bien. Sin golpes bajos, sólo con mostrar lo que es.
Buenísimo.