21 febrero 2010

El malestar en la cultura II

Hace rato ando pensando –o vengo leyendo y escuchando por ahí- que uno de los problemas de la época en que nos toca vivir es la falta de “cruce” entre distintas disciplinas que hacen a la cultura de un lugar, de una ciudad, de un país.
Así como la modernidad y su discurso dominante –el de la Ciencia, así, con mayúscula- fue obligando a una cada vez mayor “precisión” del objeto de estudio (ponele, el chabón tiene una beca de estudio porque es especialista en una parte de un tipo de célula que sólo existe en el hígado de los que tomamos vino malbec con hielo), creo que esa misma operación reduccionista cunde en los múltiples ámbitos generadores de creatividad, expresión y, perdón por lo pretencioso, cultura: el cine, la literatura, la plástica, la música, el teatro, la política (sí, incluyo la política, y qué?). ¿El periodismo?, también lo meto.
Cada uno en su quintita, en su pequeño círculo de iniciados, en la seguridad de lo conocido. Cada uno en su respectiva sensación de embole podría agregar, pero no quiero hacer un post polémico.
¿Cuánto hace que no vemos una corriente de pensamiento o estética que logra traspasar la frontera de un solo tipo de manifestación e integre diversas expresiones dentro de un todo más abarcador? ¿La hay y nadie me invitó nunca? Guachos, avisen.¿O directamente esto es otra de las cosas de las cuales voy a tener nostalgia sin haberla vivenciado nunca?
¿Se entiende lo que digo? Como para poner un ejemplo: ¿Recuerdan Boedo vs. Florida? ¿Homero Manzi en Forja?
¿Hay alguna explicación para el fenómeno además de la tan remanida caída de los “grandes relatos” de la modernidad?
Como sea: en esto toco muy de oído. Pero realmente me gustaría ver que en algún lado los pibes y las pibas se cruzan viendo un cuadro, leyendo un cuento, tocando algo, afiliando a alguien.
Todo lo anterior me sirve y viene a cuento para recomendar este blog. La autora –escritora, periodista-cruza un charco y nos va a contar su experiencia en su flamante trabajo de prensera de un diputado. Pobre.





PS: Ah, estoy debiendo una aclaración sobre este post exigida -con mucha razón- por Rulitos. Ya va a llegar.

6 comentarios:

Carla dijo...

Evidentemente, faltan mas becarios para buscarle cura a la ignorancia. La especializacion, que vos mal llamas reduccionismo, de la CIENCIA es producto del incremento, progresivo, contrastable y sistematico, del conocimiento. Los avances tecnologicos que le debemos al "rrrreduccionismooo" posibilitan que mucha gente no se muera de enfermedades terribles, y que tus pibes tengas mejores expectativas de vida que tus abuelitos. Quizas esta aclaracion este de mas aca, quizas estes a favor de la ignorancia, porque la mediocridad siempre busca compania numerosa.

Mendieta dijo...

Ay Carla, que crispada che. Eso sí: decime en la esquina de sabiduría y cual se juntan mientras yo sigo varado acá, en mediocridad y diagonal ignorancia.

Yaya dijo...

La culpa no es del positivismo, en todo caso es lo que sobrevivió a la caída de los grandes relatos. La clave, tal vez y solo tal vez, tenga su origen en aquelos desarrollos de pensamiento e institucionales que quebaron la solidaridad entre pares. El neoliberalismo y la guerra, dos grandes males de esta época, se inscriben en esa matriz. ¿Y porqué se caen aquellos proyectos de solidaridad entre pares? Seguro que no es por el avance la tecnología y mucho menos por el positivismo, expresiones que sobrevivieron al malestar en la cultura.

maría pía dijo...

Mendieta, creo que si te tirás contra la división del trabajo, estás un poco perdido, no? Ya lo dijo Marx, es inexorable. Pero, la cultura -que tanto aclamás- es esa misma mezcla, la que producen los seres humanos. Hacer ciencia o arte puede ser un trabajo y evidentemente tienen límites. Experimentarlas no. Hay cosas que no son ciencia y que no son arte, claramente. Y hay cosas que ni sabemos qué son. Es la vivencia, la praxis, diría mi profe Dri.
Eso sí, por favor cuando hagas tu propio experimento no te abuses de las ratas, que ya tienen quien las defienda. Dicen que tienen comportamiento ético, me enteré. Podés creer?
Saludos!

desvinchado dijo...

El problema no es tanto la especialización, sino la falta de sentido común, curiosidad y madurez que provoca una educación especializada en un pibe de veintipico, que sale de la uni hecho un campeón de la causa de su ciencia.
Por otro lado la cura de las enfermedades terribles que menciona Carla la descubrió un tipo de culo, en un laboratorio hace 100 años y el mundo no es muy distinto del de los años 50. Hay un refinamiento y una progresión, pero no descubrimientos con la magnitud suficiente para cambiar la cultura. Y no me vengan con las ciencias de la información...

Ariel dijo...

Mendieta, básicamente estoy de acuerdo, soy un militante impotente del embole qué le vamos a hacer... lo de Carla me llama la atención... cualquiera con un poco de cultura científica sabe que seguimos atrás de las mismas preguntas que Aristóteles planteó (bah, ni estoy seguro de que no se las afanó a un becario) unos 2300 años atrás más o menos. Lo de la mejora en la calidad de vida, a nivel social es una ceustión más relacionada con la política que con el progreso tecnológico real. En un planeta donde tener agua potable para consumo "at libitum" es un privilegio del 40% de la población que naide venga con la historia de que si no fuera la ciencia... En relación con el arte... en literatura por ejemplo se escriben buenos libros, y se publican muchos más... pero los que valen la pena son esos autores que aparecen cada 20 años... el resto es ruido de fondo y supongo que estarán condenados a una muerte entrópica en el universo de la cultura... la mayor parte de lo que hacemos no vale mucho la pena y hay que admitirlo de una vez. Saludos.