Por otra parte, y quizá como deformación profesional, pero también como militante político, soy un firme defensor de la utilización de todas las herramientas que permitan mejorar las chances de éxito de mi elección política. Para citar un ejemplo: me parecen equivocados aquellos compañeros que, por un infantil prejuicio ideológico, abominan de las herramientas del marketing electoral. Eso es dejar en manos de tus adversarios demasiados elementos a su favor. No es a poncho, y nunca lo fue, como se gana una elección.
Se gana con militancia, claro. Pero también con organización, con una clara conducción táctica y, también, claro, también, con análisis de encuestas, con focus groups, con avisos publicitarios, con un buen equipo de prensa, con comunicación. (No me olvido, tranquilos: también con laburo en internet, ¿por qué no? Pero ojo: el fenómeno Obama está muy superficialmente tratado desde estas pampas y, concretamente, sobrevalorado. Pero esto es motivo de otro post, no me voy a extender. Tampoco me voy a extender en justipreciar la importancia relativa de cada cosa: ni seguidores de encuestas y endiosadores del marketing, ni desconocer la necesidad de estas cosas).
Una de las claves de cualquier campaña, y quizás lo más difícil de lograr para quienes son los encargados de llevarla adelante, es que cada uno tenga bien en claro su misión y su función en el marco de la estrategia general. Que el candidato sea candidato, que el jefe de campaña sea jefe de campaña, que el encargado de la comunicación sea el encargado de comunicación, el equipo de discurso sea el responsable del discurso, el encargado de la agenda sea el encargado de la agenda y el responsable de los recursos de los recursos. Esto, que parece muy sencillo, no lo es. En general siempre es un quilombo, los roles se cruzan, se pisan y se entreveran.
Ahora bien. Hay una función que les cabe a todos y a cada uno. Empezando por el candidato y llegando hasta el último de los militantes: convencer a todos los conciudadanos posibles de las ventajas de votar a ese candidato. Este es el primer ladrillo de la pared. Y para eso, en términos ideales, claro, la campaña te tiene que dar los elementos (discurso, argumentos, materiales de propaganda, etc.)
Eso sí. Hay dos cosas que nadie te va a dar: convicción e inteligencia. Eso depende de cada uno y de las relaciones políticas y sociales que te enriquezcan y te nutran a la hora de salir a hacer lo que hay que hacer: convencer.
Y aquí quería llegar. Debemos partir de la base, siempre, que convencer a alguien de algo nunca es fácil. Lo más probable es que desconfíen, que te ataquen, que te contesten mal. Muchas veces fracasaremos en nuestro intento y nos frustraremos. Ahí es cuando hay que recurrir a la convicción y al aprendizaje. Cuando esto pasa, lo peor que podemos hacer es enojarnos, calentarnos, acusarlos de necios o cosas por el estilo (lo podemos pensar, claro, pero nunca decírselo. Recuerden: estamos en campaña, queremos su voto). El fanatismo está muy bien entre los propios. Para afuera no mide.
Otro secreto. Demoslé la razón en algo. No hay nada más convincente que darle la razón en algo a tu oponente. El “Sí, en eso tenés razón, pero…” es un buen comienzo. Funciona. Predispone al otro a escucharte con mayor apertura.
Recuerden: por cuarenta días, los militantes de todos los partidos, estamos de levante. Compitiendo con otros militantes.
Salgamos a enamorar.
Ya lo hicimos. Vamos a hacerlo.
10 comentarios:
¡Qué sería de la retórica si no fuese por la concesión!
¡A convenir y a convencer!
¿La inteligencia es una conditio sine qua non?
Firmo a los pieses.
40 días de pluralismo no mataron a nadie.
Grosso.
Un abrazo !!
Yo diría que pizca de inteligencia y de picardía, ¿no Andrés?
En eso estamos y en las capas medias (al menos por acá) se nota mucha más permeabilidad que la esperada.
Regla, se trata de convencer a los "no convencidos", o sea los que aún no tomaron posición definitiva por alguna opción. Con los contra se justifica contraponer argumentos frente a terceros a sumar. En lo posible dejarlos a ellos en una posición talibana. Siempre argumentar de buena onda.
Como forma, o etapa, de convencimiento por ahí tiro alguna información poco difundida o le paso el plumero a alguna que quedó en el olvido y dejo el tema abierto evitando la "bajada de linea", ya que todos tienen en claro para donde tira uno.
Con la campaña instalada veo que hace agua el discurso "republicano" y el famoso postKirchnerismo termina siendo un bumeran, ya que las alternativas existentes no convencen "a la gente".
Otro de los temas sensibles es el de preservar el trabajo en la crisis, por un lado el discurso y las acciones del gobierno, por el otro los antecedentes del Colo en Casa Tía.
También hay que apoyarse en la gestión local cuando esta suma, dejando en claro que esta fue posible en el marco de la gestión a nivel nacional.
Tampoco descuidar la tropa propia, aunque por acá las opciones "PJtistas" por fuera son muy minoritarias.
Mendieta: muy bueno tu post, pero la verdad es que esta frase me cuesta digerirla: "El fanatismo está muy bien entre los propios. Para afuera no mide." Yo creo que el fanatismo nunca mide, no sé, últimamente estoy percibiendo una tendencia hacia esto bastante pronunciada y por parte de compañeros del espacio nac&pop. Reconocer los errores es un acto interno que creo que cada uno debería hacer para darle más credibilidad a las convicciones. Más que el "Sí, tenés razón pero.." como táctica, creo que el reconocimiento sincero de los errores u horrores propios mide mucho más a la hora de ser creible ante un potencial elector.
Lo digo porque hace poco llegué a escuchar una frase que todavía me hace ruido y es "gracias Nestor por intervenir el indec". Eso no puede ser funcional a convencer a nadie de nada, ¿no?
Es cierto que las elecciones polarizan, pero una cosa es polarizar y otra fanatizarse...
Abrazo
Gracias nestor por intervenir el indec, y, denle una ak47 a moreno, son mis frases mas seductoras, previo a la escupida en un ojo...
¿como andaré pa la politica? je
Si, usando algunos de esos rudimentos que enumeró -sabiamente- el lucido can, vengo con uno resultados mas piolas de lo que se esperaba, tambien hay que decir que la cosa no está tan brava como quiere hacer creer el periodismo independiente...
Mendieta, vos pensás que haciéndote el buenito 40 días vas a tapar 6 años de agresión, insultos, confrontación gratuita, vulgaridad, soberbia, arrogancia... No es condición necesaria actuar de esa forma para ser progresista... Aprendan de Lula, con el 85% de imágen positiva luego de dos mandatos... Salgan del termo naz&pop y dense cuenta que la "actitud K" es lo que más molesta...
Anonimo: reprobado. Como me va a convencer diciendome esas cosas? Los tips que escribi sirven para cualquier fuerza politica. Incluso para nabos como usted. Vuelva en diciembre.
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