11 marzo 2009

Ser o no ser seudónimo

La cuestión me viene incomodando hace rato. Recuerdo aquella charla organizada por La Barbarie en donde Mario Wainfeld postulaba su firme oposición a los blogs anónimos. También recuerdo que algunos defendimos con uñas y dientes la diferencia entre “anónimo” y “seudónimo”. También en algún momento fundamenté, hace ya un año, el por qué de mi “seudonimez”: “Mendieta el renegau” es una identidad que excede a quien lo escribe. A esta altura tiene su propia personalidad, una manera de decir ciertas cosas y plantear algunos temas que no necesariamente serían planteadas de igual modo si lo hiciera por fuera del blog. Es más: me permite decir cosas que, por razones laborales, no podría decir con la misma libertad y liviandad que te permite un post. Y no porque me censuren o comiencen a perseguirme. Simplemente porque iría en contra de mí mismo, de mi trabajo. Al mismo tiempo, ese anonimato me impide “capitalizar” en mi vida real algunos aciertos analíticos que supo tener Mendieta. Para que se entienda: un día, en una reunión, alguien me bajó línea a mí citándome un artículo que yo había posteado".

Esa situación allí planteada fue mutando. Digamos que, con el paso del tiempo y ciertas circunstancias, dejé de tener potenciales problemas laborales con la cuestión y, al mismo tiempo, Mendieta me abrió una puerta, una excusa, una máscara, para escribir cosas que –de haberlo tenido que hacer con mi verdadero nombre- no me hubiera animado. Produciéndose así un fenómeno interesante: Mendieta, que no es exactamente quien esto escribe, muchas veces fue más “yo” que yo mismo. Claro: la verdad es que no voy a tantos bares, ni tenga tanta noche, ni me emborrache tanto, ni mire a tantas chicas y –muchísimo menos aún- que tantas chicas me miren a mí. ¿O no, Simone?. Vamos: me sirve para disimular que en la vida real no soy tan interesante (a veces sí, pero no lo pondría en un blog).

Como decía, la cuestión me viene dando vueltas en la cabeza hace rato.

Para colmo, la semana pasada me siento a tomar mates con Artemio y me recibe en su oficina al grito de: “basta de Mendieta, decí quién sos. Es poco serio eso, ehhhh????” (Cuando Artemio te canta alguna verdad cierra su frase con un “ehhhh” bien fuerte con signo de pregunta y se ríe como Patán).

Así que estas son mis dudas existenciales blogueriles. Me da pena perder a Mendieta para seguir bolaceando noches de alcohol, bares y parranda y así escribir de lo que siempre escribo: la amistad, el compañerismo, el fútbol, las mujeres, la vida, la emperrada búsqueda de una felicidad colectiva. Todos sinónimos o casi de nuestra pasión política. Pero también es cierto que hay preguntas que no puedo dejar de formularme: ¿tiene sentido que me siga amparando en el anonimato para escribir? ¿No es ya una etapa superada?¿no será un demérito a la hora de hablar sobre política?

Ay, esa compulsión a subirse al tren cuando todos van buscando dónde queda la ventanilla de emergencia.

Veremos.

19 comentarios:

El Canilla dijo...

Cierto, Mendieta, flor de discusión se armó en esa reunión.
Pero creo que bien usado el seudónimo hace a una otredad propia, al costado menos expuesto que preferís mostrar en el blog, a la luz pública.
Lo que nos está pasando es otra cosa. La necesidad de la acción política, la urgencia de la cotidianeidad que nos interpela nos está empezando a llamar a poner el cuerpo. Y con el cuerpo, nuestro nombre.

Anónimo dijo...

en general no estoy en las antipodas de tu pensamiento.
si sos argentina yo geograficamente seria ucrania ( bastante mas a la derecha) pero este post me gusto mucho

Anónimo dijo...

Mendieta, eso que le pasa es de lo más común.
En el mundo blogger no político la solución es más que obvia:
uno abre otro blog, con otro nombre (o el propio) y entonces tiene uno para cada faceta propia.
Acá veo lo que dice.

La pregunta es por qué ve usted eso como una contradicción.

Al fin y al cabo, Mendieta y el del DNI no son dos distintos.

En última instancia, por ahí, para mí "me senté a tomar unos mates con Artemio" es más relevante acerca de usted que su nombre y apellido.

La presión no suele venir tanto del público anónimo como de las contradicciones -aparentes o reales- que nos generan aquellos que nos conocen en persona y conocen nuestro personaje blogger.

My 2 cents.

Comandante Cansado dijo...

Pablo Sanguinetti (por ej.) no es más serio que Mendieta, o al menos no para quién toma a las máscaras literarias y artísticas seriamente. Me parece que la cuestión sólo tiene importancia para Pablo Sanguinetti; al lector le importan sus dichos y no su nombre. Lo que pasa es que, como usted bien dijo, Mendieta dijo lo que dijo por ser Mendieta y no Pablo Sanguinetti. De todas maneras, insisto, firmar "Pablo Sanguinetti" no le suma seriedad. Si Pablo Sanguinetti quiere lo bueno de Mendieta y juzga que ya no hay casi nada malo en ser Mendieta, adelante, Mendieta es suyo, pero la seriedad no me parece que juegue un papel (perdón, Artemio :)).

Humilde aporte de otra máscara :).

Tomás dijo...

¿Usté es Pablo Sanguinetti? Je.

Yo antes tenía seudónimo, y...salí del placard, un día. Me hacía ruido ir a una marcha con amigos bloggers y tener que decir un nombre que no era mío.

Pero...no sé a qué venía todo esto. Aguante Mendieta. Y aguante el tipo que está atrás.

Leila Luna (ex Cosas dichas) dijo...

Creo que he pasado el límite de la densidad con esto de las nuevas subjetividades que se vislumbran en las tecnologías 2.0 pero en este caso me parece que si hay algo que rescatar del fenómeno que nos envuelve es la reivindicación de la otredad que aparece con la utilización de un pseudónimo. No se trata de perder el laburo o perder lectores bloggers, la cosa pasa por la posibilidad de diálogo que se abre entre uno y otro. La alteridad permite conversar con "migo mismo" diría Castelo (el Adolfo)¿está dispuesto a perder esa dialéctica?

Saludos

PS: además, me encariñé con el perro!

Charlie Boyle dijo...

Medieta, se me ocurre esto: Mendieta, nuestro mendieta, al que leemos desde hace mucho tiempo es una construcción, ficticia o no pero construcción al fin.
Eso para nosotros, para Ud. que debe elaborar un pesonaje pero que nunca podrá capitalizarlo como propio debe ser una tarea pesada.
Mendieta ha crecido muchísimo, un personaje que todos queremos pero ese afecto, salvo los que fueron a las reuniones bloggeras no es transferible.
Es lógica la envidia que le pueda tener a Mendieta, hasta le acepto bornca incluso odio. Como el odio que le tenía Marengo al Topo Gigo. Todos necesitan sacarse la careta, Recuerde Rafa, Manolo, Todos de a poco transitaron o transitan la salida del placard.
El camino mas sencillo y mas piola creo que es el de Rafa, cuando dejó de ser Jorge E de .... y pasó a ser Rafa, dijo es una identidad mas cercana a mi.

Leila dijo...

Si tiene ganas y el corazón se lo pide (A pesar de lo interesante que ud señala y reafirma Cosas Dichas) diga un día de estos su nombre.

Pero, le pido un favor, siga firmando "Mendieta".

Un abrazo!

Anónimo dijo...

Se rie como Patán??? por eso esta tan cerca de Pierre?
El tema es que Patán siempre se rie de las cosas que le salían mal a Nodoyuna, en estos tiempos se debe cagar de risa.

Sobre el tema, el anonimato permite algunas licencias.

Antares dijo...

Seudónimo sí o seudónimo no es una decisión estrictamente personal. No tiene nada que ver con cuánto se compromente uno y cuánto le pone el cuerpo a una política. No encuentro ninguna contradicción entre militar en un espacio político concreto con nombre y apellido y discutir ideas en un blog con seudónimo.

Dos dijo...

Yo lo banco, como perro y como humano (?)

Anónimo dijo...

Le diría don Mendieta que siga haciendo honor a aquello de "renegao". No se angustie, las contradicciones son buenas y, como dice "Cosas dichas", resulta en un diálogo interno... que en su caso resulta en algo fructífero para los que lo leemos.
Ahora, resulta que no es lo mismo "lo laboral" para unos y otros, depende del ámbito, tipo de trabajo, relaciones. Seguramente en su caso influye, en el mío no. Pero no le haga más al caso de lo que vale.
Estoy de acuerdo con aquello de poner el cuerpo, sobre todo en el momento político actual, pero acaso Ud. no lo está haciendo con lo que dice? (el decir SIEMPRE es también un HACER, es parte de la práctica).
Pero poner el cuerpo no siempre es aparecer el nombre que me pusieron mis padres, a veces es el que construimos nosotros. Pero nótese aquella afirmación hegeliana de acuerdo a la cual somos seres en relación, y por qué tendría que valer más mi relación con mi familia y mis padres (el nombre) que la que construyo cotidianamente en sociedad?
Al fin, al cabo de cierto tiempo, nos damos cuenta que tanto el nombre con nuestra historia como el seudónimo son "construcciones". Bueno que lo sean. Démonos cuenta que siempre son en relación.
Mis saludos a su veta existencialista seudonómica.

El Conurbano dijo...

A mí la de abandonar el anonimato también me la tiró Artemio (a quien conozcí el año pasado, antes de empezar mi blog), pero en un comentario del blog y la verdad que no me hizo taaaaanto ruido. Más quilombos me armaste vos con este post que me hizo pensar en un montón de cosas (justo ahora que no tenía ganas de pensar).
No se, al menos yo tengo la excusa de que, como soy nuevito en esto, me pueden dar un chagüi, como para ver que onda lo del seudónimo (que coincido con vos, una cosa en anónimo y otra seudónimo). De cualquier manera, hay -muy poca- gente que sabe quien soy (o sea mi nombre, mi cara) y calculo que, como el mundo es chico, no va a pasar mucho tiempo en que los lectores del blog digan, "si el Conurbano es el pibe este así y así", o no, no se....
No te digo que me armaste un quilombo bárbaro....
tenés razón, vayamos viendo
saludos!

Surito dijo...

El nombre no hace a las personas, Mendieta, como tampoco a su opinión, su proceder. Es una convención que necesitamos para ubicar las cosas en nuestra cabeza. Se imagina que al Caarlo o a J.M. Solá no les quita o agrega nada el usar seudónimo, así que haga lo que sienta y todo lo demás ¡a la merde!
Un saludo.

Anónimo dijo...

Tal vez no soy la indicada para decirle que siga siendo el mismo `mendieta´ de siempre porque no me bancaría firmar con un seudónimo y aborrezco a los anónimos...
Pero eso es raye mío, usted debe ser mendieta porque así como ladra lo hace muy bien...
Y dígale a Artemio que escriba como quiera, y que no presione ehhhh
Un abrazo desde Corral de Bustos

Ni buena ni mala... dijo...

Siga con el personaje, que ya todos sus lectores lo conocen y saben desde donde habla, eso es toda una construcciónm suya y de sus lectores. Si despues de todo mendieta es una parte de usted.

guille dijo...

Mendieta ,yo soy guille ,existo ,tengo un gato ,vos sabes ,que se cree perro ,y que problema hay?
Saludos.

Anónimo dijo...

Yo en su lugar me ponía serio y le decía:
¡Güau, güau!
¿Demasiado obvio?

Anónimo dijo...

Mendieta,
Yo la verdad que empece a disfrutar mas sus post cuando por casualidad me entere quien era (bueno me lo dijo Ud. mismo en una noche de festejos pero eso es un detalle)
Pero la verdad le recomiendo mantener el Mendieta por una cuestion practica que describo facil, todos los que tenemos y/o tuvimos actividad politica cargamos con las mochilas de nuestros aciertos y errores, y eso es muy bueno, y Ud. lo reconoce en cada post en que se hace cargo de su historia, sin embargo en el debate, cuando es cara a cara, muchas veces el conocer al otro hace que dejemos de escuchar sus argumentos y nos perdamos por los laberintos de las chicanas tirando en cara aquellas opciones que en algun momento no compartimos.
Entonces, para un debate sincero creo que el pseudonimo (que no es anonimo porque ya tiene su propia mochila) facilita que se discutan argumentos en vez de chicanas.
Y eso es una de las cosas que me hace leer este blog casi a diario, aunque muy rara vez comente.

un abrazo de alguien que lo conoce de cachorro...