Mendieta estuvo, obligado por ciertas circunstancias, todo el día tirado delante del televisor. Así que se vio de punta a punta la Cumbre del Grupo Río. Creo que es la primera vez que se detiene más de diez minutos en un encuentro de estas características. Como a todo perro suburbano, cuando le hablan de Relaciones Exteriores le viene a la mente un cliché: chaboncitos de esos que hablan cuatro idiomas, que montan coches negros y que se la pasan de recepción en recepción mientras morfan canapés de caviar y se vuelven alcohólicos de puro embole. Claro, Mendieta detesta las hipocresías de la diplomacia.
Será, precisamente, por eso, que ésta Cumbre de mandatarios latinoamericanos le pareció tan entretenida. Vamos, que se dejaron de vueltas y se tiraron tanta fruta en la cara que reíte de una reunión de consorcio.
No creo equivocarme al decir que, seguramente, esta reunión pasará a la historia. Y que se escribirán miles de líneas en los periódicos y, quizás, hasta un par de libros. Pero aprovechando que es de noche y todavía no salieron los diarios de mañana para influenciar nuestra percepción de lo ocurrido, me juego con tres apreciaciones rápidas y al pasar:
UNO: Más allá del saldo final de “acuerdo” entre Colombia, Ecuador y Venezuela, los mandatarios latinoamericanos acaban de poner un freno grande como el Cono Sur a la influencia ajena (estadounidense?) en la región. Parecieron decir: “Que nos peleamos y nos arreglamos solos, carajo”.
DOS: Que el principal artífice de este resultado se mantuvo en bambalinas. Como corresponde a quien mueve los hilos.
TRES: Que la mejor sesión “parlamentaria” que recuerde en muchos años fue protagonizada por los Presidentes de las distintas naciones que conforman el Grupo Río. Quizás sea un signo de los tiempos. Hasta en esto se nota que los parlamentos de los parlamentarios (diputados, senadores) van para atrás.
5 comentarios:
Coincido a pleno. Impresionante reunión, muy bueno el nos peleamos y nos arreglamos solos y la "mano invisible" lulesca no la había percibido pero claro, ahí está.
Muy bueno lo de Lula.
Pero la diplomacia no es hipocresía, es diplomacia...política concentrada en gestos. Reclamarle "autenticidad" es sencillamente ingenuo. ¿Usted cree que si los mandatarios comienzan a vociferar y a gritarse son menos "hipócritas"? Es igual gesto de distinto valor que el de estrecharse la mano y hablar como si se escribiera un documento, que quizás no coincida con sus verdaderos impulsos...pero al cabo no importa lo que pase por sus cabezas. En ese sentido es sólo superficial.
Para mí faltó una condena a Colombia, con nombre y apellido, por parte de la OEA. Uribe sigue saliendose con la suya.
Guau, Guau... Ah, no...
Creo que lo de Lula es una cuestión de actitud "O Mais grande Do Mundo". A veces pareciera como que Brasil es un adulto que tiene que cuidar a un montón de niños.
Deberíamos aprender un poco de esa actitud, y si bien 'Crishtina' está lejos de ser santa de mi devoción, tengo que reconocerle que tiene algo de eso, aunque me ligue un par de ladridos por decirlo, porque está demodée ser oficialista.
Mal que mal, el bloque lationamericano tiene cierta posibilidad de seguir con el proceso de unión como el de la UE. Si ellos pudieron con mil idiomas y naciones distintas, nosotros podemos, con apenas dos idiomas parecidos y prácticamente una homogeneidad étnica.
No hacerlo sería una estupidez. Los hermanos sean unidos.
... y ahdiero con el anónimo con respecto a la condena más explícita a Colombia, aunque por otro lado hay que estar en los zapatos de un funcionario de la OEA. Es una organización que tiene un poder muy relativo, como casi todas las supranacionales, lo cual esta rematadamente mal, claro. En mi opinion tendrian que tener mas peso.
coincido, coincido.Mendieta ya que Ud vio todo, ¿me puede decir quien era el gordito pelado que hablo a lo ultimo y dijo que en su país también estaban sufriendo por el terrorismo y que él habia sido rehén por ciento y pico de dias en no se que cosa japones?
Porque yo creía que las farc eran la ultima guerrilla que quedaba en latinoamerica y el gordito me descoloco.
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