02 agosto 2013

Afiches


Cruel en el cartel,
la propaganda manda cruel en el cartel,
y en el fetiche de un afiche de papel
se vende la ilusión,
se rifa el corazón...
Afiches. Homero Expósito.




Tengo una pésima noticia que darles, y no quiero dar vueltas, porque por dar vueltas el mundo está como está. Ya lo dijo Perón, “si quieren que algo no se resuelva, creen una comisión”. La frase seguía, y seguía así “y empecemos a darles vueltas y vueltas a las cosas”. Bueno, yo no quiero darle más vueltas. Aunque ya lo dije, claro, no viene mal reforzarlo. Así que, bueno, lo digo, aunque caiga mal, aunque muchos ahora, en un ratito se horroricen.
El bien común no existe.
Es una mentira. Y es una mentira que crearon aquellos que tiene conciencias débiles y entonces deben calmar sus conciencias pensando que hay algo, algo misterioso, evanescente, mágico, que, de modo misterioso, evanescente y mágico, nos puede hacer bien a todos.
Falso. Las bolas. Sería hermoso, pero no bello. La belleza sí existe. Yo la conozco. Duerme conmigo.  Y es la única verdad. La verdad 22. La verdad 21 es lo que sí nos une a todos. Y es que todos queremos estar mejor. Mejor que qué?  Mejor que antes. Antes de qué? De esto. Eso sí nos une. Y ahí se acabó lo que nos une. Claro, es relativo. Porque también están los que son masoquistas. Y esos quieren estar peor. Pero para los masoquistas estar peor es estar mejor, así que volvieron al movimiento. Al amplísimo movimiento de lo que nos une a todos: estar mejor.
Y ojo. Que tampoco voy a caer en el simplismo de que el bien común no existe y entonces lo único  que existe es el conflicto y con eso justificamos todo. Falso. Las bolas. Porque para combatir ese simplismo está la política. Y la política es convencernos y convencer de que podemos encontrar ciertos mínimos comunes denominadores que nos unan. Claro. El problema es que la política es difícil. La política real es difícil. Porque en la política real no hay dos grandes campos antagónicos. Los campos antagónicos son muchos. Diversos. Múltiples. Cambiantes. Móviles. Como la física cuántica, digamos, (¿era la física cuántica?) que la observación modifica lo observado y entonces ya no sabemos si observamos o creamos lo observado por el hecho de haberlo observado.
Entonces: que tampoco se trata de que hay buenos y hay malos. Porque en el fondo, pensar así es ocluir (al carajo, como escribo poco me doy el gusto de escribir ocluir) el conflicto. No. Sería hermoso. Que haya buenos y que haya malos. Como en los comics. Esos son los malos, estos son los buenos. Pero no. En la vida real, y en la política real, no es así. En la política real hay belleza, que eso sí existe. La política real está llena de seres humanos reales. Y los seres humanos reales somos complejos, diversos, múltiples, cambiantes. Somos bellos.
Entonces, en la política de laboratorio, la fácil, es fácil decir: aquellos son los malos. Nosotros somos los buenos. Por ejemplo: los peronistas son los malos. Nosotros somos los buenos. O, bien, al revés: los capitalistas son los malos, los trabajadores somos los buenos.
Claro. Después te toca un paro de trenes como el de hoy a la mañana. Y trabajadores son todos. Los que paran. Y los que quedan parados en las estaciones de los trenes. Y carajo, se te va la política de laboratorio a la mierda. Quién es el malo ahí? Quién es el bueno?
Y ahí tenés que elegir. En la política real tenés que elegir. Cada momento. Cada instante. En cada curva. Y elegir depende de vos.
Porque también podés elegir ser un pelotudo. Y sumar. Sumarte a la masa de boludos que creen que las cosas son fáciles. Como que basta tener una buena conciencia. Una buena conciencia que te dice que el bien común existe. O una buena conciencia que te dice que lo único que existe es un conflicto entre nosotros y ellos. O entre Argen y Tina.  
Tengo otra mala noticia que darles: no hay slogan que pueda contarles ni remotamente la verdad. Porque la verdad no existe. Sólo existen nuestras elecciones.

Hagámonos cargo, que hay cosas que nos unen y caminemos distinto que juntos podemos elegir seguir haciendo. 




6 comentarios:

OMIX dijo...

No es de Perón la frase del inicio, es del general carrió, psst

DP dijo...

Juá juá!... ¿"Juntos", "caminar distinto"? Sos K, P, de Ripoll o Marea Popular?...

¿Seres "bellos"? ¿Cómo el macartista ministro Randazzo que se quiere lavar las manos con el tema de los trenes, y ahora tienen la culpa de todo a los maquinistas? ¿"Bellos" como Insfrán, Caló y Belén de la UOM decís?

DP

Mendieta dijo...

Pero qué pelotudo sos DP. Estoy bardeando a todos los esloganes. Diciendo, de algún modo, que un slogan no dice nada.
Sos bobo eh...
Si, bellos como ellos.

Alcides Acevedo dijo...

Mamita qué caradura Mendieta, búscate un trabajo digno, dale.... vos podés...

Anónimo dijo...

A mi me encantó el post Mendieta.
Yo, que creo que todo es ficción, todo es construcción, estoy un poco cansado de las ficciones simplistas, las versiones "simples" de las cosas. Un eslogan es eso elevado a una potencia enorme. Por eso creo que escritos que contengan complejidades me gustan cada vez más. Y políticos que muestren matices.


Pero tengo una sóla crítica: revise el pelotudómetro anti-spam con funciones de verificación de "usted no es un robot ni tampoco un pelotudo", porque se me hace que no le está funcionando y comentan un montón.

Abrazo
Ladislao

Candidato Congreso dijo...

El blog me gusto bastante es ver lo que esta con lo que se quiere lograr, un buen trabajo.