16 agosto 2010

El arte de la elegancia

You shut your mouth
How can you say
I go about things the wrong way
I am human and I need to be loved
Just like everybody else does
How soon is now? - The Smiths.

Ni siquiera tiene muy en claro, a esta hora, lo que ese fin de semana fue una certeza irremediable. Mientras manejaba despacio por la autopista, buscando un teléfono y una señal de auxilio, había imaginado que sólo se trataba de tener una estampa y un traje negro que lo hiciera parecer digno en medio de la tormenta.
Que llueva más fuerte, pensaba. Con las ventanillas bajas, deseaba que el viento sople más fuerte. Que el viento me lleve y borre las arrugas de este saco que llevo puesto hace tantos años, aceleraba.

Ella miró al costado, bajó los párpados y dijo: cuando dentro de poco tus canas sean esa presencia,  quiero que mantengas ese brillo en la mirada y el nudo del moño bien prolijo para que te siga amando.
El secreto, el único secreto, del arte de la elegancia -me susurró esa noche- es saber aparentar que la camisa está abrochada hasta el último botón.

Sin tener en claro cuándo es ahora, con una mano prendió el limpiaparabrisas y con la otra subió el volumen justo cuando llegaba a la ruta provincial.


1 comentario:

Comandante Cansado dijo...

Esto es muy bueno, Mendieta. Usted ya está para el libro de relatos. Tírese a la pileta.