05 abril 2011

Nuestro horizonte


Afirmamos aquí, de modo tajante y enfático, sin un atisbo de duda ni desvíos cartesianos, que esta ciudad hace de sus habitantes gente mayormente desalmada y egoísta. Jodidos, es decir. Y luego de mucho cavilar hemos llegado a la conclusión de que somos así por el sencillo e inmodificable hecho  de que no podemos ver el horizonte. Reiteramos: en Buenos Aires no podés ver el horizonte casi nunca.
Y entonces, ante esta negación geográfica-existencial, el ser humano pierde toda noción que dimensione su propia naturaleza pequeña, su intrínseca debilidad y su histórica necesidad de humildad para sobrevivir. La necesidad, amigos, es prima hermana de la solidaridad.
Y ahí vamos, habitantes porteños, condenados a levantar la vista y ver edificios y más edificios y, a lo sumo, un cacho de cielo atravesado por cables. Es casi natural volverse medio hijo de puta.
Claro, podrán argumentar ustedes, ¿así que la falta de horizonte es lo que te hace una porquería de tipo insensible y no el pasar cada día al lado de cientos de tipos que duermen en las calles, en los pórticos y en la entrada de las bocas de subte? ¿Así que somos egoístas por una cuestión casi estética y no por ignorar a esos chiquitos y chiquitas que te dan en el bondi una fotocopia toda mugrienta pidiendo un mango para la leche de ellos y sus hermanitos? Nos defenderemos diciendo, desde el pragmatismo: ¿de verdad ustedes creen que son mayoría los que reparan en esas presencias que de tan habituales están pero no son?
No faltará el que argumente: si vivís en una torre de Puerto Madero, todas las mañanas, las tardes y las noches podés ver el horizonte. ¿Entonces los que allí viven son buenas personas?
Casi con seguridad hay de todo, como siempre, como en todos lados, responderemos. Pero ese es otro horizonte.
No el que queremos ver nosotros.

9 comentarios:

elgitano22 dijo...

Estoy completamente de acuerdo con vos, adhiero a tu conclusión.

Fabiana dijo...

Hola. Estoy de acuerdo con lo que decís. Ayer veía los maravillosos documentales de Brian Cox sobre las maravillas del sistema solar, y el tipito decía algo parecido. Planteaba que las personas que vivimos en las ciudades, al no poder ver el cielo estrellado por el reflejo de la luz eléctrica, de alguna manera hemos perdido esa conexión universal y astral que nos hacía pensar en nuestro lugar en el mundo con mucha más profundidad y humildad. Que este no ver lo que es y como es, de alguna manera nos hacía perder la perspectiva de nosotros mismos como individuos y como sociedad en conjunto. Algo parecido a lo que decís con respecto al horizonte. Saludos.

El Canilla dijo...

La condición primera para estar en la búsqueda de una sociedad justa es poder mirar al otro no como un distinto incomprensible sino como una parte diferente del yo colectivo que integramos. Ahí es cuando podemos buscar ese famoso horizonte que se aleja, no ?

Ricardo Moura dijo...

No sé si sea debido a la falta de horizonte —intereseante hipótesis—, pero de lo que no me cabe duda es que la mayoría de los porteños SON insensibles, egoístas y agresivos al pedo. Lo digo, yo que nací, crecí y vivo acá.

Patriota dijo...

Mendieta: en mi BLOG, el programa completo de "Argentina para Armar" en el que estuvieron ALEJANDRO DOLINA y Enrique Pinti

http://masvocesmasvotos.blogspot.com/

IMPERDIBLE!!!

oscarfquinteros dijo...

Para mi, el unico horizonte válido esta en la mirada del niño que no tiene nada y que tiene todo, en la mano extendida y solidaria, en la alegría compartida, en la piedad con el dolor del otro que es mío tambien. Un horizonte que no está condicionado por ninguna geografía si no que se limita dentro de cada uno.Hay un puente de oro que siempre espera ser cruzado para llegar a ese horizonte, es cuestión de animarse.

@Meursault1 dijo...

Jeje! No quiero ser muy botón, pero esta teoría está íntimamente relacionado (por contraposición) con la esgrimida por Sarmiento en el Facundo, donde dice que el gaucho es vago por no ver ningún límite en el horizonte. Al no ver límites, no encuentra motivaciones a corto plazo y se entrega a la vagancia (algo así, masomeno´- lo lei hace mucho y tengo mala memoria).

Anónimo dijo...

ta bueno el texto
un poco pesimista
creo que desde puerto madero hasta villa lugano, pasando x el abasto donde vivo hay de todo.
no ver el cielo no me priva de tener inteligencia y sensibilidad
en todo caso es una formidable excusa para no estar consustan ciado con el otro

Anónimo dijo...

que interesante fue el programa donde hablaron pinti y el angel gris, alli se probo que no siempre el que ladra es el mejor pensandor
dolina (a pesar de sus innecesarias operaciones faciales) sigue siendo un gran pensador, el gordo es gracioso, pero carece de profundidad en sus razonamientos