No quiero que renuncie Cobos

Como con casi todas las cosas, tengo varios motivos para desear que Julio Cobos no renuncie. Algunos de ellos de lo más elevados y algunos otros de lo más pedestres. Cada uno sabrá elegir cuál le parece cuál.

-    Tendría que haber renunciado antes de votar en contra de su propio gobierno la noche de la 125. Ahora es tarde para renunciar.

-    Tendría que haber renunciado antes de intentar capitalizar a su favor –y apalancarse en ella para mejorar su imagen- la tremendísima oposición mediática que este gobierno supo construir con sus medidas de, precisamente, gobierno: Retenciones, anulación de las AFJP (me resisto, perdonen, a hablar de “estatización de los fondos de las AFJP: los fondos nunca fueron de las AFJP), Ley de Medios o matrimonio igualitario. Ahora es tarde para renunciar.

-    Tendría que haber renunciado antes de seguir usufructuando su privilegiado posición de “Vicepresidente de la Nación, candidato de la oposición”, lugar que le permitió emitir e intentar tornarse “figura de consulta”. Ahora es tarde para renunciar.

-    Tendría que haber renunciado antes de volver a votar en contra de su propio gobierno, de la coalición política que lo sentó en donde lo sentó, la bochornosa y demagógica noche del 82% móvil para los jubilados (¿no era que la demagogia es patrimonio nuestro?). Ahora es tarde para renunciar.

-    Tendría que haber renunciado antes de que muera Néstor la semana pasada y el saliera a decir, tan miserablemente, que “fue un gran Presidente”. Sabés que, Cleto? Hay que bancar los trapos Cleto. Si reflexionaste y cambiaste de opinión con respecto al kirchnerismo (cosa que todos tenemos el derecho de hacer), bancá los trapos de tu propia autocrítica y no seas genuflexo. Decí que lo apreciabas a pesar de tus diferencias, poenel, pero no que “fue un gran Presidente”. Por eso, ahora es tarde para renunciar.

-    Tendría que haber renunciado antes de que miles y miles de compatriotas se dieran cuenta de que, además de un traidor, es un tipo sin ninguna densidad política propia. Capaz de decir hoy a y mañana b. Un cachivache. Ahora, esos mismos que en algún momento hasta lo vieron con simpatía, lo ven como un monigote menor. Por eso, ahora es tarde para renunciar.

-    Porque tendría que haberlo hecho antes de que se lo pidan –cientos de miles-apelando a valores que evidentemente carece. La lealtad, ponele. Y si renunciara ahora, que sería bien visto, lo haría por valores que evidentemente posee: la búsqueda de alguna ventajita.

Porque ahora, esta mañana, hoy, es tarde para que renuncie, lo prefiero ahí.
Quedate ahí, Cobos. Destellantemente ausente.