13 mayo 2010
Ladrido confesional
Estoy eh.
No escribo pero los leo. Y meto algún comentario por aquí y por acullá.
Y también tuiteo. Gran cosa el twitter. Me divierte esa necesidad de abreviar al mango, ese microbloging extremo. Ojo: puede ser adictivo. Como le dije una noche de hace poco, entre vino y vino, a Matías (un gran asador, por cierto, nuestro hombre en la TV): "Si a la mañana no entro a tuitear, no pasa nada. Ahora, cuando entré, no puedo salir. Jodido el tuiter eh. Es el paco 2.0". Para mejor ahí hay un mezcladito de público -otro público- que vale la pena cultivar.
Esto me lleva a otra cosa, choripaneros ciber ñoquis KKs: le decía al Dotor, como cuenta acá, al cruzarnos en la calle Florida la otra tarde, que cada vez me convenzo más y más que es en los márgenes, en las fronteras del proyecto político, si, ahí, en los arrabales confusos donde hay que estar. Al menos como blogueros, que no es lo mismo que ser militantes. Yo milito -o, para ser franco, trato de militar- en otro lado: mi laburo ponele. Digamos que el Dotor dice que ahí le hablé de nuestros propios troscos. No lo recuerdo, que ando frágil de memoria, pero la figura cabe (bueno, sí, ta bien, dije troscos, pero no me quiero pelear con todo el mundo che, que para eso ya soy funcionario).
El movimiento nacional y popular no puede ser nunca la pureza del dogma, la certeza revelada, el inexorable camino que nos llevará al triunfo si somos ¨puros¨. Puros peronistas, puros kirchneristas, puros progresistas o puros lo que sea. Cada vez ser puro es más jodido, vieron. O preguntale a DiegoF. Entonces cada vez somos menos y, cuando nos querramos acordar, patapufete, fuimos, perdimos.
Yo no soy, ni quiero ser, puro. Quiero tener requiebres, dudas, momentos de incertidumbre, de incertezas, de, vamos, momentos de cagazo. Para tipos que la tienen totalmente clara ya tenemos otros intelectuales críticos que bien hacen en criticarnos nuestra falta de crítica. (sí, Roberto, esta chicana es para vos. Acá, en mi terreno, en mi estilo, dale vení. Ahora te toca a vos jugar con mis reglas. Acá mis reglas se cagan en el derecho, en la constitución, en los tratados internacionales y en los seminarios de teoría. Acá la regla es la subjetividad Roberto. Dale, te toca a vos retribuirme. Divirtámonos un cacho Roberto. Largá los libros y abrime tu corazón).
Vuelvo al asado con el Emo y las chicas. Ahí yo ya estaba medio copeteado y hablábamos de la militancia, de toda militancia. De su formación militante en el cristianismo y en la Iglesia. Y Matias contó cuando iba a misionar, a llevar la palabra del señor a un pueblito de no sé donde y de su sorpresa de encontrar que aquellos a quienes supuestamente iban a evangelizar eran mucho más profundamente creyentes que él.
Y tuve, ahí, medio choborra de tinto, una epifanía: el verdadero militante popular sale a la calle, siempre, a aprender de su pueblo y nunca a enseñarle nada. No salimos a enseñar, salimos a aprender y a tratar de enamorar, porque te podrás olvidar de lo que aprendiste en el libro de historia de cuarto año, pero de la mina de rulitos esa que tanto te gustaba que iba a 3ro. B seguro que no te olvidás nunca más en la puta vida.
Y ahora me voy a contradecir. Que el militante debe ser humilde. Pero también soy bloguero y acá puedo ser un poco egocentrico y contradecirme y decirlo así, como si eso estuviera lo más bien: hoy, la calle, también es esto. Este blog, estos blogs, este quilombo enorme y hermoso que da vueltas disfrazados de ceros y unos por unos cablecitos y que ahora vos, y vos, y vos también, estás leyendo. Así que salgamos a esta calle también a aprender y a enamorar. Porque, acá va otro secreto muchachos: todos nos enamoramos más de aquellos y aquellas que tienen dudas y nos muestran sus debilidades que de aquellos y aquellas que de tan clara te apabullan. Esas minas, en mi caso, por ahora, su ruta.
Lo que no vengo leyendo mucho son los diarios. Ultimamente, me aburren los diarios. Salvo los puteríos que me cuenta normis de lo loca que anda determinada redacción. Pero esa es otra historia.
Como extrañaba sentarme un rato a escribir.
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10 comentarios:
"Todos nos enamoramos más de aquellos y aquellas que tienen dudas y nos muestran sus debilidades que de aquellos y aquellas que de tan clara te apabullan."
¿Será por eso que Cristina no enamora a nadie?
Bueno, si a ustedes, pero no a "su pueblo" (Mendieta dixit)
"El movimiento nacional y popular no puede ser nunca la pureza del dogma, la certeza revelada, el inexorable camino que nos llevará al triunfo si somos ¨puros¨. Puros peronistas, puros kirchneristas, puros progresistas o puros lo que sea. Cada vez ser puro es más jodido, vieron."
Coincido Mendieta, la pureza es para la gilada.
Salutes.
Clarito como el agua.
Mendieta, un poquito de duda posfrepasiana no viene mal, no?
Los que pasamos por ese camino-experiancia-calavario, va a ser dificil (casi imposible) que volvamos a estar alguna vez totalmente convencidos.
Y eso es una de las pocas cosas buenas que nos dejó esa historia.
La duda.
Un abrazo A
gran, gran post.
De dudas y contradicciones estamos hechos, por humanos nomás.
Ahora, que si lo que alguien quiere es certezas, que pase por acá: -->
www.po.org.ar.
Esos si que la tiene re-clara !!!
Muy buen post!
Bueno este che
Muy bueno (claro y comparado con el mio ni le digo).
Y si claro, la tensión entre respetar a los otros y "anunciar la palabra", pero como dicen los cristianos, no se anuncia a uno mismo sino a algo mas groso ¿un proyecto? ¿lo colectivo?
Muy bueno. Me hiciste pensar, y me dieron ganas de reirme y de llorar también un poquito.
Una vez me dijo un amigo que algo esencial del militante es mirar a las personas a los ojos y transmitirles que les hablás convencido, con la verdad. Al principio me sonó contradictorio con lo que vos decís acá, pero es casi lo mismo si uno lo piensa: lo importante es hablarles con "tu" verdad , desde el corazón , desde las tripas. Y bien sabemos que ese lugar está lleno de dudas, pero también de motivos para tener esperanza. Eso estaría bueno transmitir,creo.
Un abrazo.
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