A algunas cosas hay que saber dejarlas descansar. Una de esas cosas, además de los vinos, son las emociones fuertes. Por eso he escrito muy poco sobre los festejos del Bicentenario. Porque quiero que esas miles de imágenes que mis ojos bebieron en estos días se vayan asentando. Quiero esa distancia que más que apagar pasiones las consolidan. Así que uno se entrega a la espera, sabiendo que las cosas, esas cosas que uno quiere contar, irán brotando entre el asfalto de la racionalidad.
Por ahora, sólo estas:
La "carroza" de "las Madres" tirada por un Mercedes 1114 verde oliva del Ejército.
Mi hija, mientras caminabamos rumbo a casa por Rivadavia, buscando un taxi, a la altura de Once: Pobres chicos, papá. ¿Quiénes? Los de Malvinas con las cruces, eso fue triste, pero entendí.
Eso quiero decir. Mirar todo, todos, y que vaya quedando eso mientras volamos para allá.
1 comentario:
Un dato de color, pero no por eso menos significativo del cierre es que la preparación y ensayo fue desarrollado en la misma EX ESMA de forma secreta patrocinado por el gobierno nacional.
http://www.ambito.com/noticias/imprimir.asp?id=524688
Por si hay algún dormido, y no ven el contraste entre esta realidad que estamos viviendo, por mas desafíos que existan por delante, hasta no hace mucho la ESMA era un centro clandestino de detención por el que pasaron alrededor de 5000 personas. El Casino de Oficiales, utilizado por el Grupo de Tareas 3.3.2, fue el espacio central de alojamiento y tortura de los secuestrados.
Impecable Mendieta tus crónicas para fomentar y recordar que tenemos más motivos para brindar aunque quieran que reine la depresión, en lugar de la energía para seguir saldando los temas pendientes! Abrz!
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