21 septiembre 2009

Septiembre




Me imagino, ahora, acá, los aromos en flor. Y  los pinos rebosantes de esa savia pegajosa que ni se te vaya a ocurrir treparte a uno sin haberte garantizado antes tener a mano un bidón de alcohol fino y diez kilos de algodón.
Me imagino, ahora, a esta hora, una brisa fresca y sostenida desde la playa. Una brisa que levanta granos de arena y mueve los médanos igual que una sudestada pero más lento.
Me imagino, acá, a los pibes pateando piñas contra los cordones y cortando los plumeros de las cortaderas para jugar a los indios. Me imagino, también, a las madres combatiendo el polen y las alergias.
Me imagino la primavera de mi pueblo. Y sueño conque en la playa y en la plaza los chicos y las chicas se maten a besos y se juren un amor eterno, que es como decir hasta el verano.
Me imagino, hoy, ahora, acá, las primaveras de mi pasado. 
Y estoy ahí.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

hay vida en setiembre, más allá y más acá de todo.
q bueno q nos invite a sentir lo q nos pasa.
un abrazo mendieta.
y feliz primavera, donde le toque.
normis

Clandestina dijo...

uhhhh... tremendo, Mendieta!!

Cuánto salta de esas líneas. A cada imagen un aroma, una sensación, un sonido, una paleta de colores...

Es como volver, aunq sea x un ratito, a la plaza de la adolescencia otra vez... gracias :)

Anónimo dijo...

Ah... los pajaritos.
Ja, saludos.

José Pepe Parrot dijo...

Las primaveras en mi pueblo allá en Mendoza eran como un grito. Acá en la ciudad de Baires se nota que llega otra estación porque la gente se viste distinto.
Pero en pleno campo la cosa es mucho más contundente.

Un detalle: ayer vi demasiados cadáveres de flores para "festejar" la primavera. Curioso ¿no?

Cecilia desde el Bosque dijo...

Aca también florecieron ya los aromos, los ciruelos y los cerezos. Los pajaritos están anidando y es hermoso escucharlos.
Privilegios de vivir junto a la naturaleza después de tantos años de jungla de cemento.
saludos patagónicos, Mendieta