Una receta contra la tristeza

Primero dorás las presas del pollo en una cacerola. Si el pollo es de campo, mucho mejor. Cuando están listas, las reservás y en esa misma olla salteás cebolla, morrón, zanahoria, unos dientes de ajo y, fundamental, un par de puerros. Condimentás: sal, pimienta y lo que te guste. Mientras tanto, en la sartén vas friendo unas papas cortadas en cuadraditos.

A esta altura se aconseja servirse la primera copa de tinto y brindar por los amigos, los compañeros.

Cuando ya tenés todo dorado, le metés un chorrito de vino tinto y dejás que se evapore el alcohol. Ahí agregás un par de tazas de caldo de verdura (sí, puede ser de caldito) y metés las presas de pollo que tenías doraditas. Y dejás un buen rato, fuego moderado y cada tanto lo revolvés.

Otra copa de tinto, brindás por las tristezas de ayer, la perseverencia y la esperanza de hoy y las alegrías de mañana. Y subís la música (Elis Regina puede ir muy bien)

Por último, agregás a la cacerola las papas fritas, una lata de arvejas y revolvés un rato hasta que todo toma la misma temperatura. Ah, y le echás perejil picado grueso.

Listo. A triunfar.

Gracias vieja por la data. Te extraño.