Lo digo de una: en principio ésta es la campaña más aburrida que recuerde en terminos publicitarios. De hecho es más aburrida que la última presidencial, lo cual ya es mucho.
Incluso puede ser aburrida en relación al futuro resultado electoral, que puntito más, puntito menos, ya todos sabemos cómo va a salir (Sí, cuando digo todos es todos, desde Kirchner hasta Pitrola, todos sabemos cómo van a salir los comicios).
Y a tal punto llega esa sensación que, si miramos un poco más allá de las declaraciones altisonantes de cada día, lo que estamos presenciando es el posicionamiento relativo de cada contendiente para el día después.
Y es en este punto en donde toma sentido gran parte del dispositivo mediático y político que veremos en este último mes hacia el 28 de junio. Por un lado, como sucede en toda elección, a medida que se acerca el día D, todas las campañas se van volviendo "conservadoras" por una sencilla razón: toda acción debe mensurar la posibilidad de ganar más votos y el riesgo de perder los ya obtenidos. Y cuanto más cerca del domingo, más riesgo. Por ende, todo se limita a cometer la menor cantidad de errores posibles.
Si a eso le sumamos que el escenario aparece medianamente consolidado (como ya dije: puntito más o menos) la verdadera batalla, en la cabeza de los estrategas de campaña de todos los partidos (o frentes, para hablar con mayor propiedad), pasa a ser el lunes 29 de Junio. Es decir, cuál va a ser la lectura que se imponga en la opinión pública de los resultados del domingo.
Y es aquí en donde el oficialismo lleva las de perder. Y es por eso que florecerán, en estas próximas cuatro semanas, los rumores de fraude, los análisis de "legitimidad segmentada" alla Carrió, y etcéteras de este tenor.
El punto es que el kirchnerismo tiene un solo argumento para contraponer a este escenario que habilmente están trazando las oposiciones políticas y la oposición mediática: juntar más votos que los hasta aquí supuestos por los analistas y por las encuestas.
Todo esto nos lleva a una paradoja: la campaña que debería tomar más riesgos (puesto su necesidad de estirar la diferencia hasta aquí lograda según las encuestas) es la del oficialismo que, además, puntea en las encuestas.
Y esto sí que no se ve muchas veces. Y esto sí que no es aburrido.
PD: Si yo estuviera en la campaña K, estaría evaluando los pro y los contra de planchar un poco mis números. Y digo un poco, porque nunca hay que olvidar ese porcentaje de votantes que aman "votar a ganador".
PD 2: Volví a full, no?
4 comentarios:
muuy bien mendieta, pero solo un consulta... cuales son os resultados de las elecciones a nivel nacional, que parece ser que todo el mundo lo sabe pero yo todavia no me enteré?
Disculpe mi ignorancia pero tengo mis dudas al respecto y agradecería me las despeje.
SDS
SAYGAM
pd2: si.
abrazón,
pepe subizar
a full!
Mendieta:
¿Sabe que yo no pienso igual? Me parece que hay una incógnita cuyo resultado efectivo puede tener influencia decisiva en el post-28.
La sucesión de purgas encaradas por de Narváez está dejando un tendal de heridos rencorosos que, sumados a Patti y el homónimo, junto con un renovado peso del voto radical tradicional del interior bonaerense, pueden costarle al pelirrojo el segundo lugar (así sea por un voto).
Eso no es lo más probable y hace diez días se podía considerar imposible. Hoy no lo es.
Y, si fuera así, tendríamos un escenario muy cambiado. Ningún presidenciable claro en la oposición (sí, ya sé, Carrió) y un reflujo de náufragos hacia la nave que abandonaron en frágiles botes por miedo a hundirse y acabaron en una isla poblada por caníbales.
Si usted quiere decir que estoy loco y que veo visiones, seguramente estará en lo cierto (pero no necesariamente por este comentario). Pero no me diga que esa incógnita tiene algo de aburrida.
Un abrazo
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