El tipo, cincuentón, bien vestido, zapatillas de marca, llega y se sienta. Mientras espera que le traigan su pedido, carne al horno con papas, acomoda unos formularios y unos papeles membretados en su carpeta. Yo estoy con Cachorra, en la mesa de al lado, también almorzando. Bife con papas fritas y coca.
La cosa es que, de golpe, el vecino de mesa se larga a hablar. Yo le veo la espalda de refilón. Acompaña su monólogo con ademanes y gestos enfáticos.
Es lo que te expliqué anoche y esta mañana, sabés. No entiendo cómo no me escuchás, no me entendés, no. Y eso que te explico y te explico. Pero no entiendo.
Y ahí nomás me dan ganas de ir a sentarme enfrente suyo y poner una oreja, robar una historia para el blog, compartir una café.
Y otra vez pienso en lo que pienso cada vez más seguido: la cantidad de personas que veo, en la calle, en el subte, en los bares, en la plaza, caminando por ahí, hablando solas.
Y entonces, cuando pienso en eso, después pienso en otras cosas: ¿no será que el principal problema de nuestra sociedad no es la inseguridad, ni el empleo, ni la inflación, ni nada de eso?. ¿No será la soledad? ¿No les gustaría un candidato que haga política hablando también de estas cosas? ¿Hacer política no es también hablar de estas cosas?
También me pregunto, cuando pienso en esto, la cantidad de veces que me habrán visto, en la calle, en el subte, en los bares, caminando por ahí, hablando solo.
11 comentarios:
Últimamente no hablan solos. Uno cree que hablan solos. Pero resulta que tienen una cosa metida en la oreja y hablan por el celular.
Igual, de locos.
Mientras te leía pensaba en lo que comentó Ana C., eso de los "celulares invisibles" me despista. Pero como yo soy capaz de andar por la calle hablando sola, en realidad lo hago bastante amenudo, compruebo que no siempre tiene que haber un celular en el asunto, lo bueno es que ahora quienes me ven seguro suponene eso!. Saludos
Yo hago que tengo el celular, igual nadie me cree porque tengo la frente como el ingeniero.
Cuando lo leí recordé un afiche que adornaba mi cuarto de adolecente. Era la clásica imagen de Marilyn en la que se levanta el vestido por el paso del metro. Un artista de la zona había hecho su "performance" con colores rosas estridentes y la siguiente leyenda:
"ni el sida, ni el puto gobierno. El mal del siglo es la soledad"
Claro que era en el siglo XX
Saludos
Mendieta, no des ideas que ya me veo a Mauricio hablando de estas cosas en o de Majul.
Y la falta de escucha, Mendieta. La soledad es en el 90% sentir que uno no tiene quien lo escuche.
No nos escuchamos. De ahi a la justicia social hay sólo un pasito.
hay 2 medidas que siempre me parecieron imprescindibles trabajar en una buena politica sanitaria:
la capacidad de escuchar (y de transmitir )
Y el piropo/felicitacion/sonrisa diario
Con estas dos cositas arrancamos, y ya estariamos bastante mejor...
Y Mendieta como ya dijeron las feministas "lo personal es político".
Marcela
Sí, la soledad nos acompaña.
Es -casi- la única compañía.
Efectivamente, se oye poco al 'otro'.
Recomiendo un libro de Chacón. 'Los Otros'-arqueología de la soledad.
yo lo voto definitivamente... también le presto mis orejas pa que no hable solo
Pasa que todos tenemos argentideas pero nadie nos escucha.
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