24 septiembre 2010

Un viaje


Viajo en subte, cierro los ojos en Almagro y camino dos cuadras entre mi casa y el mar. Y soy un niño que va a la escuela.

Esta es la época del año en que los pinos más huelen y la savia se te pega en la piel y la ropa.

Hay viento, que casi siempre hay viento. Y vuelan las semillas que caen de las piñas. Mariposas transparentes de un ala y un lunar. 

A la siesta me hago un colchón de pinocha al sol. Voy a moder pastitos hasta tener los dientes verdes y los párpados naranja por dentro.

Ya me mojo la punta de los pies con la espuma blanca y fría. Llegué. Es Avenida de Mayo.  


Acá no lo voy a leer, pero tengo unas ganas.  

2 comentarios:

  1. Me lo has recordao, como dijo Sabina.
    He dormido siestas al solcito en la pinocha, rateándome, al reparo del viento.
    Y me había olvidado.

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