Sólo puede preguntarse aquello que ya se conoce o, al menos, ya puede ser nombrado por el interrogador. Por eso, la pregunta ¿
qué es eso? es la base del conocimiento, en donde
eso es una moneda falsa. Por un lado es el único arma que el lenguaje nos ha dado para enfrentarnos a la selva interminable de dudas. Por el otro, no habría selva interminable sin
eso. Sin
eso, todo sería preguntar preguntas cuyas respuestas –de
algún modo- ya conocemos. Un eterno rulo, una cadena de adn sobre sí misma, el modo de concebir el tiempo para los chinos. Por ejemplo: ¿en ésta casa hay pozo ciego, verdad? O bien: ¿en serio les gustaría un gobierno de Cobos?
yo creo que no Mendieta, que ni ellos quieren. es puro márketing.
ResponderEliminarA la pregunta "en serio les gustaría un gobierno de Cobos?" yo respondería... "Qué es eso?" Un abrazo y bienvenido de vuelta!
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